Luego de la renuncia de Evo Moralesa la Presidencia de Bolivia, de su vicepresidente Álvaro García Linera, y de gran parte del gabinete, el país está sumido en un vacío de poder que podría ser llenado por una mujer: la senadora opositora Jeanine Añez Chávez.
Pese a que la Constitución boliviana indica que la sucesión del mando presidencial recae sobre el vicepresidente, tras la dimisión de Álvaro García Linera; de la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra; del primer vicepresidente de la Cámara Alta Rubén Medinaceli y del presidente de la Cámara de Diputados, Víctor Borda, la Presidencia ahora le corresponde a la senadora Jeanine Añez Chávez, una dura opositora de Evo Morales.
► Una turba invadió la casa de Evo Morales y destruyó todo lo que encontró | FOTOS Y VIDEOS
Así lo establece el artículo 169 de la Constitución boliviana, en su inciso I: “En caso de impedimento o ausencia definitiva de la Presidenta o del Presidente, será reemplazada o reemplazado en el cargo por la Vicepresidenta o el Vicepresidente y, a falta de éste, por la Presidenta o el Presidente del Senado, y a falta de ésta o este por la Presidente o el Presidente de la Cámara de Diputados".
La senadora ya está en La Paz para, tras juramentar, convocar a nuevas elecciones en un plazo de 90 días.
Jeanine Añez, de 52 años, es licenciada en ciencias jurídicas y derecho. Pertenece a la alianza opositora Unidad Demócrata.
En el 2006, Añez, se desempeñó como asambleísta constituyente para la redacción de la nueva carta constitucional y participó de la comisión de la organización y estructura del nuevo Estado.
En el 2010 fue elegida senadora por el partido del Plan Progreso para Bolivia-Convergencia Nacional, representando al departamento del Beni en la Asamblea Nacional.
Áñez apoyaba la candidatura de su colega senador, Óscar Ortiz, que para las elecciones del 20 de octubre se presentó con la fórmula Bolivia Dice No. Ortiz logró el cuarto lugar en los conteos preliminares, los mismos que dieron la ventaja a Morales en medio de acusaciones de la oposición de un fraude electoral.
Está casada con el político colombiano Héctor Hernando Hincapié Carvajal.
“Voy a asumir el reto solamente para estar lo necesario para llamar a elecciones transparentes, para que los bolivianos tengan la certidumbre de que su voto va a ser respetado”, dijo Añez en una entrevista con el canal de televisión Red Uno, en la que no aclaró cuando podría producirse su asunción.
Al llegar al aeropuerto de El Alto, cerca de La Paz, Añez fue llevada por un helicóptero de la Fuerza Aérea a una academia militar, desde donde sería trasladada al Congreso, dijo a periodistas el senador Arturo Murillo.
Antes de que Jeanine Añez preste juramento, la Asamblea Legislativa debe aceptar formalmente la renuncia de Morales y demás autoridades.
Convulsión social
La crisis en Bolivia se aceleró en la mañana del domingo con un informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) que señaló que las elecciones del 20 de octubre deberían ser anuladas para dar paso a nuevos comicios, luego de haber encontrado “irregularidades” que cuestionaron la victoria de Morales.
El lunes la OEA pidió que, frente a la “crisis política e institucional”, se reúna la Asamblea Legislativa “en forma urgente” para nombrar nuevas autoridades que garanticen un nuevo proceso electoral.
Tras hacer un llamado a nuevas elecciones que no fue escuchado, Morales dijo el domingo que renunciaba para reducir la violencia que se ha apoderado de la nación andina y denunció un “golpe de Estado” en su contra.
Las tensiones en todo el país, que han estado presentes durante semanas, aumentaron durante la noche del domingo y la madrugada del lunes con el vacío de poder luego de la renuncia de Morales y muchos aliados políticos del Gobierno.
En la capital y en la ciudad oriental de Santa Cruz, multitudes celebraron la renuncia de Morales, quien intentó buscar un cuarto período al mando del país en una elección que estuvo plagada de acusaciones de fraude.
Pero al caer la noche hubo saqueos de negocios e incendios de propiedades. La prominente figura de oposición y académico Waldo Albarracín publicó en su Twitter que su casa había sido incendiada por seguidores de Morales.