El martes, más de 10 meses después del crimen que conmocionó a Ecuador, empezó el juicio contra cinco acusados por el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio. En esta primera audiencia, un testigo protegido declaró que se pagó 200.000 dólares por la muerte del también periodista de investigación y que fue organizado por la banda criminal Los Lobos, la más grande del país.
Fernando Villavicencio fue asesinado el 9 de agosto del 2023 pasadas las 18:00 horas, once días antes de las elecciones presidenciales. Estaba saliendo de un acto de campaña en un colegio del norte de Quito, cuando fue atacado a tiros por un sicario.
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El político y periodista, de 59 años, también fue asambleísta y una figura reconocida en Ecuador por haber denunciado diversos casos de corrupción que llevaron a prisión a ministros y otros altos funcionarios, especialmente del gobierno del expresidente Rafael Correa (2007-2017).
Estas son las claves del juicio:
Los procesados
Seis colombianos fueron detenidos por el crimen, pero un mes después los asesinaron en una cárcel de Guayaquil. Luego, la Fiscalía detuvo a otras siete personas, de las cuales una fue sobreseída y otra falleció, por lo que solo quedan cinco procesados.
Los enjuiciados por el crimen de Villavicencio son cuatro ecuatorianos y un colombiano. Estos fueron identificados como Carlos Angulo Lara (alias ‘El Invisible’), Alexandra Elizabeth C. F., Erick Marcelo R. P., Víctor Alfonso F. (colombiano) y Laura Dayanara Castillo V.
Los abogados defensores de los presuntos sicarios negaron la participación de sus clientes en el crimen.
La tesis fiscal
La agencia AFP informó que a la audiencia se presentaron a dar testimonio los peritos que levantaron el cadáver de Villavicencio y de su asesino, que murió al enfrentarse con los guardaespaldas. También estuvo el médico que realizó la autopsia.
Según la teoría expuesta por la fiscal Ana Hidalgo, Carlos Angulo Lara, alias ‘El Invisible’, habría ordenado cometer el crimen desde la cárcel de Cotopaxi, donde permanece internado.
Este sujeto lidera la banda denominada Los invisibles, que es un brazo armado de Los Lobos, organización criminal dedicada principalmente al narcotráfico.
La Fiscal indicó que Laura Castillo estuvo a cargo de la logística, entregando dinero, armas, vehículos, motocicletas y ropa para los sicarios. Ella También coordinó el atentado. Es señalada de formar parte de Los Lobos.
De acuerdo con el portal Primicias EC, la Fiscalía acusa a ‘El Invisible’ de ser el autor mediato del crimen y a Laura Castillo de coautora. Los otros tres procesados son acusados como cómplices.
De ser hallados culpables los procesados podrían recibir una pena de entre 22 y 26 años de prisión.
La Fiscalía no ha identificado al autor intelectual del crimen de Villavicencio.
Por Julio Echeverría,
Sociólogo y politólogo ecuatoriano
La situación de la administración de la justicia en Ecuador es complicada, hay instancias que están seriamente cuestionadas y comprometidas, como el Consejo de la Judicatura, que es el órgano de gobierno de la administración de justicia; también la administración de justicia de la provincia de Guayas, donde se descubrió, a través del Caso Metástasis y del Caso Purga, la existencia de redes de corrupción que condicionaban la actuación de jueces y de administradores de justicia.
Pero hay instancias como la Fiscalía que funcionan con absoluta institucionalidad, ahí hay una reserva de integridad en el manejo de la justicia, especialmente en lo que tiene que ver con la investigación del delito, que ha permitido descubrir casos de corrupción en la administración de la justicia.
También hay que hablar del sistema penitenciario, que está vinculado con la administración de la justicia, especialmente en lo que tiene que ver con el seguimiento de los delitos y donde se detectó que había serias fallas por parte de autoridades que están coludidas con el crimen organizado.
En el caso de Fernando Villavicencio, si se llega a dar con el autor intelectual y a esclarecer el crimen, sería un triunfo para el país. Fue un hecho grave para la nación que puso en evidencia este peligroso entramado de la narcopolítica y su generalización en el Estado.
Para muchos sectores, los avances en la investigación han sido lentos, pues ya se debió haber identificado a los autores intelectuales. Solo se han podido establecer las responsabilidades de los autores materiales, se han lanzado algunas afirmaciones sobre la responsabilidad del correísmo en haber intervenido de alguna manera en el delito, pero no se ha avanzado en la identificación de pruebas que sean contundentes.
El testigo protegido
Como parte de las pruebas de la Fiscalía, la perito Daysi Toaquiza presentó la grabación del testimonio anticipado de J.P.A.M, quien es testigo protegido y pieza clave en el juicio, pues este habría formado parte de la planificación inicial del crimen de Fernando Villavicencio, indicó Primicias EC.
En el video presentado por la Fiscalía, el testigo aparece con gafas, gorra y capucha para proteger su identidad.
J.P.A.M. indicó que trabajaba para un líder en la cárcel de Cotopaxi, conocido como alias ‘Chino Onda’.
De acuerdo con el portal periodismodeinvestigacion.com, el ‘Chino Onda’ es Darío Suárez, quien cumple 34 años de prisión por ser coautor del asesinato de Harrison Salcedo, exabogado del exvicepresidente Jorge Glas; y de José Luis Zambrano, alias ‘Rasquiña’, cabecilla de Los Choneros.
El testigo protegido mencionó que antes del asesinato de Villavicencio, una persona identificada como alias ‘Cura’ le comentó que “había un ‘camellito grande’ y que “ya nos iban a avisar quién era”.
J.P.A.M. dijo que el 5 de agosto del 2023 conoció a una persona a la que se refirió como ‘El Gatillero’, que era de Colombia. Este le dijo que necesitaba “un volante” (conductor) para ese trabajo. Ahí fue que se enteró que el trabajo que le había comentado alias ‘Chino Onda’ era el asesinato de una persona política.
Ese mismo día, según el testigo, se reunió con otras tres personas. Todos se conectaron, a través de una videollamada, con la cárcel de Cotopaxi. Sus interlocutores fueron ‘Chino Onda’ y ‘El Invisible’.
Según J.P.A.M., él decidió no entrar en ese trabajo, ya que pese a que necesitaba el dinero, tenía miedo. Y aseguró que incluso se peleó con su esposa Laura Castillo, ya que ella sí quería formar parte del equipo de sicariatos, anota Primicias EC.
J.P.A.M. aseguró que horas antes del asesinato, su esposa Laura Castillo fue arrestada en medio de un operativo relacionado con el microtráfico de drogas. También dijo que ese mismo día recibió una llamada de alias ‘Chino Onda’, quien le amenazó de muerte si “la vuelta se caía”.
Custro días después del asesinato, el testigo protegido dijo que tuvo contacto con uno de los involucrados en el crimen. Este le había confirmado que “esa cabeza (la de Fernando Villavicencio) valía 200.000 dólares y la mandó a hacer (matar) el Gobierno de Correa”.
Según la fiscalía, quien hizo esa aseveración es José M., alias el ‘Cura’, quien fue asesinado en la cárcel después de ser detenido.
La Fiscalía no informó si tiene líneas de investigación abiertas contra Correa o contra sus colaboradores por este caso.
Correa reaccionó en su cuenta de la red social X, donde dijo que “ya era hora. La misma fórmula: ‘testigo’ protegido y anónimo. En fin...”.
El testigo protegido también dijo que la banda criminal Los Lobos organizó el asesinato de Villavicencio.
Además, sostuvo que el ‘Chino Onda’ quería asesinar a Villavicencio porque sería una suerte de “trofeo” y le serviría para escalar posiciones en el mundo criminal, además de tomar el control “de medio Quito”, el manejo de las cárceles y conseguir la rebaja de penas e incluso para obtener la libertad.
Mencionó también que quienes querían asesinarlo consideraban que “si llegaba a la presidencia iba a cambiar los resultados de las drogas e iban a cambiar los códigos de las penas”.
La detención de los sicarios
En el primer día del juicio también participó el capitán de la policía Andrés Auquilla, quien dio detalles del operativo que llevó a la detención de los sicarios colombianos.
Dijo que gracias a las cámaras de seguridad de la escena del crimen y del entorno, a lo narrado por testigos y a un operativo conjunto, en menos de tres horas la policía ya había dado con el escondite de los seis sicarios.
Auquilla manifestó que los testigos describieron las características del vehículo en el que escaparon los sicarios, su vestimenta, sus rasgos físicos y su acento colombiano.
Con toda la información, se trasladó hacia el sur de Quito. Llegó al sector de Monjas y empezó a preguntar a los vecinos. Una señora se acercó al capitán y le contó que un vehículo llegó a alta velocidad y se estacionó afuera de una casa. Que del auto se bajaron varios hombres a ingresaron al inmueble, indicó el diario El Universo.
Auquilla fue a la vivienda, vio que afuera estaba estacionado un auto con las características del vehículo sospechoso: color gris y sin placas. Se acercó al inmueble y escuchó a los sujetos conversando adentro en voz alta, tenían acento extranjero.
El oficial dijo que se comunicó con su superior e informó de la situación, este le ordenó que permaneciera vigilante. Instantes después llegaron refuerzos policiales y se inició el operativo.
Los sujetos fueron capturados dentro de la casa de dos pisos. Varios de los sicarios intentaron huir: uno por la terraza, otro en moto, otros se escondieron en un vehículo y a otro se lo encontró en una cama.
El capitán dijo que uno de los sospechosos tenía en su poder las llaves del auto. El sicario manifestó que era de su propiedad, pero los agentes comprobaron que estaba reportado como robado.
Al revisar en el interior del auto, la policía encontró seis armas de fuego: un fusil, una subametralladora y cuatro pistolas. También tres granadas de uso militar.
Por su parte, el teniente de la policía Daniel Viteri, quien también fue parte del operativo en Monjas, dijo en su testimonio que las seis armas de fuego estaban dentro de una maleta y que también se hallaron 384 municiones.
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