El presidente de Brasil, Michel Temer, se aferró este jueves a su cargo pese a las graves acusaciones de corrupción surgidas en su contra y a la erosión de su base aliada, que ya impulsó la primera baja en su gabinete: la del ministro de Cultura.
"No renunciaré. Repito, no renunciaré", proclamó el mandatario en un mensaje televisado a la nación, después que el Supremo Tribunal Federal (STF) decidiera abrir una investigación sobre los señalamientos surgidos la víspera.
Pero en las calles, miles de personas marcharon este jueves en Sao Paulo y Rio al grito de "¡Fora Temer!" y también de elecciones "¡Directas ya!", una consigna que movilizó masivamente a los brasileños al finalizar la dictadura militar (1964-1985).
"Creo que deben haber elecciones directas ya. Es muy duro, porque Brasil necesita mejorar en varios aspectos, pero la única medida razonable es que la gente elija a un nuevo presidente", dijo a la AFP Patricia Zerbinato, una productora de cine de 44 años, que se manifestaba en Rio.
Los movimientos que sacaron a millones de personas a las calles para pedir la salida de Rousseff -acusada de manipular las cuentas públicas- también llaman a volver a las calles para castigar a los "corruptos".
Temer fue grabado por un empresario cuando supuestamente daba aval al pago de sobornos para comprar el silencio del expresidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, en prisión en el marco de la operación 'Lava Jato'. La grabación fue entregada a la justicia.
Fuente: AFP
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