Tesoros en el fondo del mar: la misión colombiana para recuperar los restos del galeón San José

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En el 2022, una grabación de alta tecnología mostró por primera vez al legendario galeón San José en el fondo del mar. Dos años después, el Gobierno Colombiano acaba de anunciar una misión sin precedentes para sacar a flote parte de los restos del pecio que, desde 1708, reposa a más de 600 metros de profundidad en las aguas del Caribe.

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Nadie sabe exactamente dónde está. Desde que Colombia obtuvo sus coordenadas en el 2015, la ubicación del galeón –que hoy sería entendido como un convoy– ha sido un secreto de seguridad nacional. La fascinación que rodea al galeón se explica en su historia, sus tesoros ocultos y las disputas que siguen a flote hasta hoy.

El San José, de bandera española, fue hundido por una flota de corsarios ingleses cuando se dirigía a Cartagena de Indias cargado, según crónicas de la época, con cerca de 11 millones de monedas de ocho escudos en oro y plata que había recogido en la feria de Portobelo (Panamá).

Los tesoros a bordo se estiman en millones de dólares. Además de un pedazo de la proa del barco, casi mimetizado con algas y conchas, las imágenes divulgadas dos años atrás muestran lingotes y monedas de oro, espadas, cañones de 1655 fabricados en Sevilla y una vajilla china. El botín no ha sido saqueado, ni ha sufrido alteraciones desde que fue descubierto.

La tarea puesta en marcha por Colombia tiene una hoja de ruta para la exploración inicial, en la que se espera retirar piezas del pecio para su estudio científico. El proyecto se realizará en los próximos meses, según lo permitan las condiciones marítimas.

Para lograrlo, el gobierno de ese país cuenta con tecnología de punta. En la superficie, la base de la exploración será el moderno buque hidrográfico multipropósito ARC Caribe, una nave de la Armada colombiana de 3.200 toneladas fabricada en China y que ya ha hecho “exploraciones no intrusivas” del pecio del galeón. La embarcación cuenta con “un sistema azimutal” que permite que la hélice pueda girar 360 grados y enfrentar las olas y el viento en todos los movimientos en seis direcciones, según las autoridades colombianas.

Debajo del agua, la estrella de la misión será el robot submarino Saab Seaeye Lynx. Desarrollado por la compañía sueca Saab, líder mundial en este campo con sus vehículos operados a distancia (ROV), este robot cuenta con pinzas y tiene capacidad de llegar hasta los 900 metros de profundidad. Fueron sus cámaras de alta definición las que obtuvieron las imágenes divulgadas en el 2022.

¿Qué se espera recuperar? Los investigadores buscan tomar algunas muestras de piezas superficiales para analizar sus materiales. Los objetos, que pueden ser desde monedas hasta planchas de plomo, tendrán que recibir un tratamiento especial antes de ser sacados a la superficie debido a que la presión del agua del mar a ese nivel de profundidad puede dañar los restos al llegar a la superficie.

Héctor López Aréstegui, abogado experto en el tema, destaca que estas operaciones son sumamente costosas y sofisticadas, y que requieren una inversión y un planeamiento a largo plazo, por lo que pone en duda que Colombia pueda sostener la misión. “Cualquiera puede hacer una exploración, la Armada colombiana ya lo ha hecho, pero sacar los restos es otro cantar”, dice a El Comercio.

Aunque para muchos la posibilidad de rescatar el tesoro del pecio puede ser lo más llamativo, Colombia ha enfatizado que su objetivo es recuperar el patrimonio cultural sumergido del San José. Los investigadores vinculados al proyecto han afirmado que su meta es descubrir cómo era la vida a bordo de 600 personas que convivían en la embarcación, así como estudiar las costumbres y mercancías de la época colonial en esta parte del mundo.

“La historia es el tesoro”, dijo el ministro de las Culturas y las Artes, Juan David Correa, quien insistió que el pecio tiene valor cultural y no monetario. “No vamos a recuperar tesoros, son pecios arqueológicos”, subrayó.

De hecho, no habrá una extracción total del galeón, sino solo la recuperación de algunos de sus objetos o piezas.

La misión colombiana ha removido las disputas jurídicas por las riquezas del pecio y enfrentamientos por la propiedad del galeón.

El gobierno no solo inició formalmente un litigio arbitral con la firma estadounidense Sea Search Armada, que reclama un monto por la mitad del tesoro del galeón que alega haber descubierto en 1982, sino que mantiene una tensa situación con España, que reclama la titularidad del galeón amparada en una convención de la Unesco.

Pese a ello, España ha defendido la posibilidad de participar en la investigación del pecio con criterios científicos y patrimoniales, mientras que Colombia se ha mostrado abierta a tratar al San José como parte del patrimonio compartido entre ambos países y otros pueblos.

Nuestro país también forma parte de esta historia. López Aréstegui recuerda que el San José está vinculado con el Perú porque el galeón salió del Callao y porque mucho de su tesoro vino del Virreinato del Perú. Sin embargo, aclara que legalmente no tenemos nada que exigir en esta disputa.

El experto, para quien la titularidad española del galeón es indudable, considera que Colombia está yendo en contra de la corriente internacional sobre la conservación del patrimonio cultural subacuático y las reglas del derecho marítimo, por lo que destaca que la principal misión de las naciones debe ser proteger y respetar los restos que yacen en el fondo del mar.