Buenos Aires. El jefe de gabinete Aníbal Fernández dijo el jueves que si fuera fiscal habría pedido la detención de la madre del fiscal Alberto Nisman, a la que acusó de obstruir la investigación en la muerte de su hijo.
"Todos los elementos indican que hay demasiadas cosas que pasaron cerca de la señora que tienen que ver con el ocultamiento de pruebas, la modificación de la escena de los hechos", afirmó Fernández a la radio Vórterix al dirigir sus críticas a Sara Garfunkel, madre del fallecido Nisman.
El jefe del gabinete presidencial cuestionó que la madre de Nisman haya "ocultado" la existencia de una pistola que, al parecer, pertenecía al fiscal y que estaba en el guardamuebles del edificio donde ella reside. También que pocas horas después de la muerte de su hijo, Garfunkel "vaciara" el contenido de dos cajas de fuertes en las sucursales de un banco las cuales eran propiedad del investigador, y que además quisiera mantener en secreto la existencia de una cuenta que compartía con su hijo en Estados Unidos, que en la actualidad es investigada por la justicia.
Garfunkel y un custodio de Nisman encontraron el 18 de enero al fiscal muerto de un tiro en la cabeza en su departamento de Buenos Aires. El hallazgo del cuerpo sin vida del investigador ocurrió cuatro días después de que éste denunciara a la presidenta Cristina Fernández como supuesta ideóloga de un plan para encubrir a ex funcionarios iraníes, por el Caso AMIA.
Viviana Fein, fiscal a cargo de la pesquisa por la muerte de Nisman, aún no ha concluido si el hecho obedeció a un asesinato, a un suicidio voluntario o a un suicidio inducido. La ex mujer del investigador y querellante en la causa, la jueza Sandra Arroyo Salgado, sostiene por su parte que fue un crimen.
Aníbal Fernández opinó que el reciente hallazgo de una pistola en el edificio de Garfunkel que pertenecería a Nisman cambia el curso de la investigación, y puso así en duda la hipótesis de que el investigador pidió prestada un arma a su asesor informático un día antes de ser hallado sin vida.
En ese sentido, apuntó contra Diego Lagomarsino, quien trabajaba para Nisman y el cual reconoció haber suministrado un arma al investigador el día previo a que fuera encontrado sin vida, porque éste le dijo que temía por su vida y la de sus hijas. Esa pistola apareció junto al cadáver del fiscal y según las pericias fue la que efectuó el disparo.
"No entiendo porqué a nadie le llama la atención que este señor le dé un arma para que se produzca la muerte", sostuvo Fernández. Lagomarsino está imputado únicamente por haber prestado la pistola al fiscal, sin que hasta ahora recaigan sobre él sospechas de que intervino en su muerte.
El jefe de gabinete, quien actúa de portavoz del gobierno, opina con frecuencia sobre el caso de la muerte del investigador, al que ha criticado abiertamente al afirmar que era un "sinvergüenza" que usaba fondos del Estado para salir con mujeres.