Qué se sabe de los 4 niños desaparecidos hace 20 días tras un accidente de avioneta en la selva de Colombia

Una avioneta accidentada en la selva, tres adultos muertos, cuatro niños desaparecidos, un presidente que confirma que los hallaron vivos después de 17 días, pero al día siguiente se retracta. Colombia está en vilo por saber cuál será el desenlace de esta historia que conmueve al país.

En la mañana del pasado 1 de mayo, una avioneta monomotor Cessna 206 se precipitó a tierra en el departamento de Caquetá, cuando cubría la ruta entre Araracuara, en el departamento del Amazonas, y la ciudad de San José del Guaviare.

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Antes de ese fatal desenlace, el piloto de la aeronave había declarado una emergencia por una aparente falla en el motor.

Siete personas viajaban en la avioneta: el piloto y seis civiles, entre los que se encontraban los cuatro niños y su madre.

Los equipos de búsqueda liderados por militares hallaron la avioneta recién el pasado lunes 15 de mayo. Se había estrellado en una zona rural del municipio de Solano, departamento de Caquetá, informó la Aeronáutica Civil en un comunicado.

Junto a la avioneta se encontró un cuerpo del piloto Hernando Murcia, y pocos metros más adelante se hallaron los restos del director de la fundación de profesionales indígenas Yetara, Herman Mendoza Hernández; y de Magdalena Mucutuy Valencia, madre de los cuatro niños de la etnia huitoto que están desaparecidos, de acuerdo con el diario colombiano “El Espectador”.

En el lugar del siniestro no había rastro de los cuatro menores, que han sido identificados como Lesly Mucutuy, de 13 años; Soleiny Mucutuy, de 9; Tien Noriel Ronoque Mucutuy, de 4, y Cristin Neriman Ranoque Mucutuy, de 11 meses.

A partir de ese momento, el Gobierno del presidente Gustavo Petro dispuso que más elementos se sumen a la búsqueda de los niños. Así, más de 100 soldados con perros rastreadores se internaron en la selva entre los departamentos de Guaviare y Caquetá.

No pasó mucho tiempo hasta que los soldados se dieron con lo que denominaron un “refugio construido de manera improvisada con palos y ramas”, por lo que sospecharon que por lo menos hay un niño sobreviviente.

Los militares divulgaron fotos del refugio, donde había una tijera, ligas de cabello, zapatos, ropa y un biberón.

También encontraron “frutos propios de la selva mordidos”, dijo a la agencia AFP Germán Camargo, director de Defensa Civil en el departamento del Meta, desde donde se coordinaron las labores de búsqueda.

Tras esos hallazgos, en la tarde del miércoles el presidente Gustavo Petro sorprendió al país al anunciar que los menores fueron encontrados vivos.

“Después de arduas labores de búsqueda de nuestras Fuerzas Militares, hemos encontrado con vida a los 4 niños que habían desaparecido por el accidente aéreo (...) Una alegría para el país”, escribió Petro en su cuenta de la red social Twitter.

Para reforzar lo anunciado por Petro, un comunicado la compañía Avianline Charters’s, propietaria de la aeronave accidentada, aseguró que uno de sus pilotos en la zona de búsqueda fue informado sobre el hallazgo de los niños, y que estos “estaban siendo transportados en lancha río abajo y que todos estaban vivos”.

Además, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) aseguró en un comunicado que recibió información de que los niños fueron hallados con vida.

“En la tarde de este 17 de mayo (...) se recibió información proveniente de territorio que asegura el contacto con los cuatro niños y niñas que hacían parte de las personas que se transportaban en la aeronave”, señaló el ICBF.

El organismo también señaló que los menores, según ese reporte hecho por comunidades indígenas, “gozan de buen estado de salud”.

No hubo más detalles sobre el supuesto hallazgo. Pasaban las horas y no se divulgaron fotos, tampoco se informaba sobre cómo y dónde fueron encontrados los niños, o si fueron llevados a un hospital.

Todo cambió en la noche del mismo miércoles, cuando las Fuerzas Militares tuvieron a salir a decirle al país que aún no estaba confirmada la noticia dada por Petro y que por su lado la búsqueda continuaba.

Recién al día siguiente, tras borrar el tuit del miércoles, el presidente Petro se retractó.

“He decidido borrar el trino debido a que la información entregada por el ICBF no ha podido ser confirmada. Lamento lo sucedido. Las Fuerzas Militares y las comunidades indígenas continuarán en su búsqueda incansable para darle al país la noticia que está esperando. En este momento no hay otra prioridad diferente a la de avanzar con la búsqueda hasta encontrarlos. La vida de los niños es lo más importante”, escribió en Twitter.

En el tuit donde se retracta de la información errónea que dio Petro refiere que su fuente fue el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.

Según la prensa colombiana, fuentes de la Casa de Nariño aseguraron que la directora del ICBF, Astrid Cáceres, fue quien informó al presidente sobre el supuesto hallazgo de los niños.

Este jueves, Astrid Cáceres fue entrevistada por Caracol y RCN Radio, y reafirmó que los niños “están bien”. Insistió en que están vivos y bajo cuidado de trabajadores comunitarios.

Sostuvo que está con “mucha ilusión” a la espera de un nuevo contacto con quienes supuestamente están con los niños, debido a que la comunicación satelital se rompió y no se ha podido restablecer el contacto.

Sobre el estado de salud de los menores, dijo que tiene información de que están bien, con algunos rasguños.

Por su parte, las familias familias Mucutuy Valencia y Mendoza Hernández rechazaron la desinformación que circula en torno al caso de los niños y pidieron respeto ante las falsas expectativas que se han generado.

”La salud física y emocional no es un juego que pueda ser borrado y/o fácilmente olvidado”, dice un comunicado divulgado por medios locales.

“La persecución de los medios de comunicación para dar declaraciones no solo desconoce nuestros derechos, sino que violenta y aviva el dolor”, agregó.

Sobre las labores de búsqueda, la agencia AFP informó que árboles gigantescos de hasta 50 metros, animales salvajes y fuertes lluvias dificultaban el recorrido de los soldados e indígenas que van por los niños.

Para la denoninada Operación Esperanza, la Fuerza Aérea ha sumado tres helicópteros que sobrevuelan la tupida selva.

Uno de estos helicópteros lleva un parlante “capaz de cubrir un área de cerca de 1.500 metros” con un mensaje grabado por la abuela de los menores, indica AFP.

“Lesly, le pido un favor, que yo soy su abuelita Fátima. Tiene que estar quieta porque el Ejército los están buscando para bien de ustedes. Hija, le agradezco que esté quieta. Si usted escucha micrófonos, hija, esté parada ahí para que ellos la encuentren y la traigan”, dice en la grabación la abuela de los niños en su lengua huitoto.

Según el diario El Espectador, la zona en la que ocurrió el accidente es una selva poco explorada por el hombre.

Germán Camargo, director operativo de la Defensa Civil del Meta, la describió como un terreno difícil. “Se trata de una selva virgen, muy tupida y ligada al río Apaporis, por lo que hay partes que se convierte en fangosa y otras que, por los árboles de más de 30 y 50 metros, es difícil de andar por las grandes raíces. A eso se suma el clima, las tormentas, el calor y los animales de la selva”, dijo.

Además…

Una hipótesis sobre el accidente

El diario El Espectador confirmó que el piloto de la avioneta reportó una falla en el motor antes de desaparecer. Según Sergio París Mendoza, director de la Aeronáutica Civil, “esa falla en este tipo de aeronaves implica dos procedimientos: el del arborizaje, que permite sobrevivir” o la opción por la que optó el piloto: buscar un río dónde acuatizar.

“Sin embargo, por donde está la aeronave y el trayecto, se cree que él vio un espacio posible para hacer el arborizaje y decidió hacer un viraje, sino que con la altura de esos árboles la aeronave cayó al suelo”, indicó París.