Mourão, un general de reserva del ejército, de 68 años, fue consultado luego de que la prensa brasileña revelara audios inéditos que describen las torturas durante la dictadura militar.
Mourão, un general de reserva del ejército, de 68 años, fue consultado luego de que la prensa brasileña revelara audios inéditos que describen las torturas durante la dictadura militar.
/ Nelson Almeida / AFP / Archivo
Agencia AFP

El vicepresidente , , se rio el lunes acerca de la posibilidad de que militares sean investigados por torturas durante la última dictadura (1964-1985), después de que la prensa revelara audios inéditos que describen esa práctica.

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Mourão, un general de reserva del ejército, de 68 años, fue consultado por los audios divulgados la víspera por una columnista del diario brasileño O Globo sobre unas sesiones en que el Superior Tribunal Militar de la época examinó denuncias contra el gobierno de facto.

En las grabaciones, por ejemplo, un general defiende en 1977 una investigación sobre el episodio de una mujer embarazada de tres meses, que sufrió un aborto luego de descargas eléctricas en sus genitales.

“¿Investigar qué? Todos los tipos murieron ya”, aseguró Mourão el lunes, riéndose. “¿Van a traerlos de vuelta de la tumba?”, respondió a periodistas sobre la posibilidad de investigar esos crímenes a raíz de la publicación de estos audios, que constan de 10.000 horas de grabaciones y fueron previamente analizados por un historiador, Carlos Fico.

El vicepresidente agregó que esos episodios son “historia, ya pasó” y que se trata de “asuntos ya escritos en libros, debatidos intensamente”.

El régimen militar, habitualmente enaltecido por el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, quien niega que hubiera una dictadura, se inició en 1964 con el derrocamiento del presidente João Goulart y se extendió por 21 años.

A diferencia de sus países vecinos, Brasil nunca juzgó a los agentes del Estado acusados de cometer crímenes durante la dictadura, invocando la Ley de Amnistía de 1979.

En 2014, una comisión formada por juristas y abogados durante el gobierno de la expresidenta Dilma Rousseff investigó el período y determinó que la dictadura fue responsable por 434 asesinatos y desapariciones y además aplicó cientos de detenciones arbitrarias y torturas.

Previamente como parlamentario, Bolsonaro justificó en varias ocasiones la tortura e incluso dedicó en 2016 su voto en favor del impeachment de Rousseff, detenida durante la dictadura, a la “memoria” de su torturador.

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