Fernando ya no aguanta más la situación y decidió abandonar su casa de Morón, en Buenos Aires, que él mismo construyó y en la que vivió toda su vida. Los 11 hechos de inseguridad sufridos en los últimos dos años lo hicieron colapsar. "Contra esto no puedes luchar. Y este es el primer paso. El segundo paso será irme a la China...", sostuvo, frustrado, luego de un nuevo asalto.
El último robo sufrido por la familia terminó con el secuestro de uno de los hijos de Fernando. Según contó en diálogo con TN, el hombre salió a trabajar el sábado último, cerca de las 8, y a los pocos minutos su hijo lo llamó para decirle que, en la puerta, lo habían interceptado al menos tres delincuentes.
"En ese momento le agarraron el teléfono y me dijeron que querían plata y que se lo estaban llevando", contó el hombre. Enseguida, Fernando comenzó a comunicarse con amigos y comerciantes del barrio, para que le presten dinero.
"Me llamaban cada 3 o 5 minutos y yo les iba diciendo lo que iba juntando. Me decían que no les alcanzaba y yo les pedía unos minutos más", relató Fernando, que desesperado recolectaba todo el dinero que podía.
"Cuando junté una cifra que más o menos les cerró, me citaron en un lugar en Ciudad Evita y ahí me hicieron esperar", agregó. Luego de unos minutos, una vehículo pasó por allí, levantó el dinero juntado y se fue.
"A los pocos minutos mi hijo me llamó desde su propio celular, que se lo dieron, y me dijo que ya lo habían liberado. Lo busqué y lo encontré caminando, descalzo", indicó el padre de la víctima, que ya decidió que con su familia abandonará el barrio de Morón..