Desde que resultó ganador de las primarias argentinas en agosto, el libertario Javier Milei mostró su lado más desafiante y defendió sin mesura sus polémicas propuestas. Su confianza y ataques altisonantes a sus rivales aumentaron aún más en las últimas semanas, cuando se posicionó como el favorito de las encuestas y hasta se llegó a plantear su posible triunfo en primera vuelta. Por eso, la versión edulcorada que ha mostrado desde las elecciones del domingo 22 supone un giro radical en una figura a la que pocos asocian con la moderación.
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Milei, de la Libertad Avanza, obtuvo el segundo lugar en los comicios presidenciales y disputará la presidencia el 19 de noviembre con el oficialista Sergio Massa, representante de la coalición Unión por la Patria y actual ministro de Economía, quien sorprendió al quedar primero pese a que Argentina tiene una inflación anual de 140%. En tercer lugar quedó Patricia Bullrich, candidata de la coalición conservadora Juntos por el Cambio.
Pese a la expectativa generada en torno a Milei, el libertario obtuvo el mismo porcentaje de votos que en las primarias, lo que evidencia un estancamiento que no es una buena noticia para él con miras a la segunda vuelta presidencial. Su estrategia ahora parece ser buscar la conciliación.
Desde el domingo, el autoabanderado candidato de la lucha ‘anticasta’ se lanzó a la caza de los votos de otras fuerzas políticas, especialmente de Juntos por el Cambio. Si el mismo domingo había hecho un llamado a unir fuerzas para enfrentar al kirchnerismo, en los últimos días Milei también propuso sumar a su eventual gobierno a la misma Patricia Bullrich.
“Cómo no la voy a incorporar, si ella ha sido exitosa combatiendo la inseguridad”, dijo Milei sobre la exministra de Seguridad del gobierno de Mauricio Macri (2015-2019).
En su afán por sumar apoyos, el libertario también ofreció cargos a la izquierda. “Nosotros tenemos el ministerio de Capital Humano y en algunos aspectos de las áreas que entran ahí las personas que más saben de ese tema son de izquierda (...) Si va a aportar una solución, ¿qué me importa qué piensa sobre la teoría del valor? Me importa tres rábanos”, dijo en una entrevista con el canal La Nación+.
El respaldo de los votantes de Bullrich (23,8%) sería vital para que Milei (29,9%) supere a Massa (36,6%), quien, según los analistas, tuvo un apoyo con tendencia de crecimiento en parte adjudicada a la campaña de miedo lanzada contra Milei.
Cambio de estrategia
La pregunta ahora es si Milei logrará atraer a nuevos votantes hacia su discurso de kirchnerismo versus antikirchnerismo, sobre todo si se considera la vehemencia con la que atacó hasta hace pocos días a quienes hoy busca como aliados.
LIBERTAD vs. Kirchnerismo
— Javier Milei (@JMilei) October 23, 2023
Si no queremos perder el País en manos de este gobierno de delincuentes es fundamental que todos los que queremos un cambio trabajemos juntos.
Tenemos treinta días para hacer Historia.
VLLC...!!! pic.twitter.com/Q274NxtjFQ
En su columna de opinión en el diario “La Nación”, el periodista argentino Martín Rodríguez Yebra, apunta que desde que ganó las primarias Milei “confundió la ventaja que le sacó a los partidos del sistema con la destrucción misma de todas las lógicas intrínsecas de la política (…) Hizo una colección de enemigos con sus apariciones públicas y con los ejercicios de libre pensamiento de sus referentes en las materias más diversas”.
“Atacó visceralmente a los dirigentes de Juntos por el Cambio, con la única excepción de Mauricio Macri. A Patricia Bullrich quiso demolerla al retratarla como una ‘montonera tirabombas’. A los radicales los trató de ‘basuras’. Como si no hubiera un mañana donde tuviera que pedirles que lo acompañen con el voto”, añade.
El politólogo argentino Santiago Rodríguez Rey afirma que el problema de Milei es que ahora “necesita una parte de la casta a la que antes denunciaba” y que, además, se ve un cierto desorden en esa búsqueda de aliados.
“Hay mensajes cruzados, hay demasiadas personas de su entorno hablando, diciendo cosas similares y diferentes, ofreciendo cargos. Ese tipo de conversaciones no se hacen en público, ofrecer cargos a diestra y siniestra no es la forma y denota este caos interno. Tal vez era más prudente esperar algo más de 48 horas para empezar a hacerlo”, dice a El Comercio.
¿Conseguirá esos votos?
Mientras Milei busca votos, los propios partidos intentan fijar su posición. Rodríguez Rey apunta que se viene una división interna en Juntos por el Cambio, coalición que, además, obtuvo menos apoyo el domingo que en las primarias de agosto.
“El voto de Patricia Bullrich es un 23%. Un grupo seguramente apoyará a Milei, pero no creo que sea mayoritario”, dice el experto.
Agrega que si bien puede haber mayor apetito por el voto de Juntos Por el Cambio no hay que dejar pasar que hay 10 puntos más entre el peronista no oficialista Juan Schiaretti y Miriam Bregman del Frente de Izquierda y de los Trabajadores-Unidad, los otros dos candidatos que compitieron el domingo.
“Por más que el planteamiento de Milei ahora es kirchnerismo versus antikirchnerismo las opciones de alianzas son muchas. Y creo que la postura que está planteando Sergio Massa es más amplia. En la Libertad Avanza se ven incluso mensajes que hablan a convocar a la izquierda y Milei no tiene opción con ellos. A la hora de hacer tratos las charlas tienen que ser más serias que un tuit, un meme, una persona diciendo algo en el aire, que es lo que está sucediendo ahora”, apunta.
En ese escenario, añade que Milei debería dejar que pase el efecto de triunfo que hoy acompaña a Massa antes de lanzarse a ofrecer cargos y querer asegurar alianzas. “La única razón por la que se busca apurar los tiempos es para tener lo antes posible a los socios del lado propio, el tema es que eso no permite que se reorganicen o se ordenen los grupos con los que uno se quiere asociar. Este tipo de conversaciones que quiere tener de manera apurada deberían ocurrir la semana que viene”, concluye.