Al folclorista y cantante llanero John Vergara, conocido como el Duende, lo asesinó su esposa Liliana Montealegre, que se unió con la empleada de confianza Meldri González y su pareja Óscar Fonseca para desaparecerlo y quedarse con sus propiedades. Ocurrió en Colombia.
A esa conclusión llegaron los investigadores luego de cuatro años de pesquisas por el asesinato de quien era conocido como el Duende, tras ganar el Festival del Duende de Nunchía (Casanare), reveló el comandante de la Policía en Casanare, coronel Efraín García Hernández.
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El asesinato se produjo el 28 de febrero del año 2016, en la residencia de Vergara en el municipio de Maní (Casanare), cuando la esposa -en compañía de la empleada de servicio- le propinaron un golpe con un elemento contundente en la cabeza que lo dejó inconsciente.
Luego, lo atacaron con un cuchillo que usaba el folclorista como parte de la cultura autóctona de la región, según establecieron los dictámenes de Medicina Legal.
Finalmente, la empleada y su compañero sentimental lo trasladaron en vehículo a la vereda Mate Piña, de Maní, donde lo abandonaron. Posteriormente, fue hallado desnudo y sin vida por campesinos de esa zona rural.
Datos relevantes indicarían que la empelada de confianza Meldri González, alias Leidy, presenta anotaciones judiciales por el delito de fabricación, tráfico o porte de estupefacientes y estaría con libertad condicional por el delito de hurto calificado.
”El complot para asesinarlo presuntamente se hizo para quedarse con unos bienes materiales que tenía el folclorista, entre otros, un establecimiento de comercio, un vehículo, la residencia y una tierra que tenía en el municipio de Maní”, reveló el coronel García Hernández.
La semana pasada, personal de la Sijín se trasladó a los municipios de Maní y Aguazul para hacer efectivas las órdenes de captura expedidas contra la esposa, la empleada de confianza y su pareja, y los dejaron a disposición de la Fiscalía 32 Seccional de Yopal, que en las audiencias legalizaron las capturas y le imputaron el delito de homicidio agravado, que los tres sindicados no aceptaron.