En entrevista exclusiva con EL TIEMPO, medio que pertenece al Grupo Diarios América (GDA), el canciller español José Manuel Albares habló desde Nueva York sobre los planes de España de volver a poner a América Latina en el centro de la agenda europea.
“Se han movilizado 45.000 millones de euros para inversión europea en América Latina”, dijo el canciller español en diálogo con este diario.
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También habló de retos comunes como la migración, la defensa de la democracia y el cambio climático.
¿Cuál es su misión durante la 78 Asamblea General de la ONU?
Hay dos temas que están marcando esta semana de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que es el sitio donde tratamos y abordamos todos los representantes de los países del mundo los desafíos globales. Por un lado, está todo lo que toca los objetivos de desarrollo sostenible, la financiación internacional, la lucha contra la emergencia climática que nos asola año tras año. Desgraciadamente, también está muy presente la agresión rusa a Ucrania, esa guerra ilegal, injusta e injustificada contra Ucrania y contra los principios de la Carta de Naciones Unidas. Mi labor es llevar la voz de España a todos esos foros, pero también la voz de la Unión Europea, porque España es en estos momentos país presidencia de la Unión Europea.
Justamente, desde la presidencia temporal de la UE, ¿cómo buscan atender el gran reto mundial del cambio climático?
Esta emergencia climática, año tras año, hace nuestros veranos más largos, los picos de temperatura mayores, va reduciendo la biodiversidad, hace que tengamos incendios en sitios insospechados. Por eso, tenemos un compromiso conjunto para luchar contra ello, para desarrollar energías renovables, para favorecer todas aquellas políticas que manejan y mantienen la biodiversidad, para hacer una apuesta también por esos grandes espacios internacionales como puede ser la defensa de la Amazonía en todo sentido.
¿Qué tan viable ve España la posibilidad que la UE adhiera a nuevas naciones al bloque, incluida Ucrania?
La ampliación de la Unión Europea es algo a lo que España siempre ha sido favorable. Bajo la presidencia de la Unión Europea, por supuesto, no solamente buscamos enfocarnos en aquellos que tienen recientemente el estatuto de candidato, como puede ser Ucrania o Moldavia, sino que hay una perspectiva europea para Georgia y los Balcanes Occidentales, con los cuales vamos a realizar una reunión con ellos precisamente para seguir avanzando en ese camino. Ahora mismo, estamos todos pendientes de lo que se denomina en la jerga de Bruselas el “paquete de la ampliación” que va a venir en el mes de octubre, donde la Comisión va a presentar su informe. España no va a escatimar esfuerzos por hacer avanzar, una vez que esté ese informe, a todos los involucrados.
Antendemos, muy especialmente, el caso de Ucrania, porque presenta un desafío que no presenta ni ha presentado nunca ningún país candidato a la Unión Europea, que es tener una guerra en su propio país, una guerra no querida por Ucrania, una guerra de agresión ilegal de Rusia contra Ucrania. Pero al mismo tiempo, eso hace que tengamos también que tener en cuenta esa especificidad de qué es lo que vamos a solicitar y en qué plazos, porque Ucrania está en una situación muy difícil. Esa guerra es una guerra, por supuesto, por la independencia y la soberanía de Ucrania, pero también es una guerra en defensa de los valores europeos.
Recientemente, usted aseguró estar convencido de que América Latina y el Caribe es la región más eurocompatible del planeta. ¿Cómo España busca reflejar esto desde la presidencia semestral en la Unión Europea?
Lo digo muy a menudo porque es una convicción profunda y sobre todo se lo digo sistemáticamente a mis colegas europeos en torno a la mesa en Bruselas. Siempre les explico que con América Latina y el Caribe compartimos idiomas, en plural, el castellano es uno de ellos, pero hay muchos otros que compartimos también una parte de los orígenes de la población en América Latina que proviene de Europa. Cada vez más, una parte de la población europea tiene sus orígenes en América Latina.
Compartimos lazos económicos, empresariales, pero sobre todo compartimos valores. Y eso es lo que hace de América Latina y el Caribe la región más eurocompatible del planeta: el rechazo de la guerra para resolver conflictos entre Estados, el anhelo de la paz, la búsqueda del desarrollo conjunto, la defensa del multilateralismo y de la Carta de Naciones Unidas. Se han movilizado 45.000 millones de euros para inversión europea en América Latina. Se ha establecido que las cumbres volverán a ser permanentes cada dos años, en vez de haber esperado 8 como ha ocurrido para celebrar esta cumbre de Unión Europea-Celac desde la precedente. Y va a haber un mecanismo de seguimiento.
De los 45.000 millones de euros en inversión, ¿podría especificar en qué líneas de acción van a empezar a efectuarse esas ayudas?
Estamos todavía en el proceso de definición, pero es claro que lo que buscamos es una mayor conectividad, una mayor conectividad digital, hacer avanzar también esa lucha contra el cambio climático, apostando por el hidrógeno verde, por las energías renovables. Todos esos grandes capítulos, esa transición digital y esa transición verde son centrales a la agenda del Global Gateway, que es como se denomina la agenda de inversión de la Unión Europea.
España batió récord poblacional, entre otras razones, gracias a la migración de naciones como Colombia y Venezuela. ¿Por qué apostarle a la regularización migratoria antes que al cierre de fronteras?
Es evidente que ningún colombiano y yo diría ningún latinoamericano, es extranjero en España, como ningún español se siente extranjero en América Latina. Hay unos vínculos de todo tipo culturales, lingüísticos, históricos, pero sobre todo humanos y sentimentales que hacen que sea así en ambas direcciones. Solamente Estados Unidos tiene y acoge a más colombianos que España.
Hay comunidades autónomas, Madrid, la Comunidad Autónoma de donde yo provengo, o Canarias, donde los colombianos representan una parte importantísima de la población y participan y están perfectamente integrados. Y esto lo quiero subrayar, en la vida social española y ayudan al crecimiento económico y a la sostenibilidad demográfica de España.
En toda Europa, la población envejece y la natalidad va reduciéndose. Y es necesario también para nuestro entorno laboral y nuestro encaje económico que vengan personas desde fuera a ayudar a ese crecimiento económico. Y sobre todo, cuando son personas como son los colombianos que se encuentran en estos momentos perfectamente integrados en España. Y además, yo siempre recuerdo que tenemos que ser implacables en la lucha contra las mafias que trafican con seres humanos, pero que no hay mejor desincentivo a la emigración irregular que ofrecer cauces de migración regular como los que tiene España con América Latina.
¿España puede entonces servir de ejemplo para mostrar una solución eficaz a la crisis migratoria europea y la necesidad urgente de apalancar esfuerzos comunes?
España siempre ha sido favorable a un pacto europeo de migración y asilo, el reto migratorio es un reto europeo y por tanto la respuesta solamente puede ser europea. Es un reto que España conoce bien porque somos país de primera entrada. La península Ibérica se encuentra a 14 km de África y España tiene una frontera terrestre en Ceuta y Melilla con África. Por lo tanto, conocemos bien el fenómeno y cuando la ruta italiana está creciendo más de un 300 por ciento, la ruta a través de España ha caído con fuerza y eso se basa en un triple enfoque que ha sido exitoso.
Un diálogo político al más alto nivel con los países de origen y tránsito de la migración, una lucha implacable contra las mafias que trafican con seres humanos y unos programas de cooperación al desarrollo que permite ofrecer oportunidades a aquellos países emisores de migración. Hemos triplicado nuestra cooperación el desarrollo con los países africanos y lo que está claro es que no nos podemos resignar a que el Mediterráneo, la ruta atlántica a través de Canarias hacia Europa, año tras año sea la tumba de miles de personas inocentes.
Desde su perspectiva, ¿cómo se puede mejorar la relación de la democracia con una ciudadanía cada vez más desencantada con el modelo gubernamental y que amenaza con abrir espacio para más dictaduras y regímenes autoritarios?
Es un grave problema a nivel mundial. Hemos visto cómo los parlamentos de Estados Unidos o de Brasil han sido asaltados, cosas impensables. Y en estos momentos, la agresión rusa a Ucrania también es una agresión contra los valores democráticos de pluralidad, de diversidad, de igualdad soberana de los Estados. En Europa, los valores europeos, a sus valores democráticos de tolerancia, de pluralidad, están siendo atacados desde fuera de nuestras fronteras con la región rusa a Ucrania, pero también desde dentro de nuestras fronteras vemos cómo las fuerzas de extrema derecha, que desprecian todo lo que es la base de la democracia: tolerancia, pluralidad, diversidad, que quieren imponer la ley del más fuerte, crece. Y ante ellos, los demócratas nos tenemos que unir y tenemos que hacerles frente, porque la democracia no es un bien público global adquirido, es algo que tenemos que defender y construir cada día. Y desde luego, el Gobierno de España es en lo que está.
Ministro, ¿la presidencia semestral española de la Unión Europea se mantendrá sólida independiente de la formación de gobierno que podamos tener en los próximos meses tras las elecciones generales de hace unos meses?
Por supuesto, la presidencia española de la Unión Europea se diseñó como un proyecto de país, conjuntamente con todas las fuerzas políticas, con las comunidades autónomas. Solamente el Partido Popular se ha ido excluyendo de ese proyecto de país y ha intentado politizar la presidencia, no acudiendo a las reuniones que yo hacía con los eurodiputados españoles en el Parlamento Europeo o escribiendo cartas a las instituciones europeas para que no se pudieran celebrar las reuniones de la Unión Europea en España. Pero salvo esa fuerza política que en todo momento ha intentado sabotear y politizar la presidencia española de la Unión Europea, la presidencia avanza, avanza como proyecto de país, avanza con reuniones en toda España, porque además no es la agenda política de una persona o de un partido político, es la agenda política de Europa. Hemos tenido ya grandes éxitos. Esa cumbre Unión Europea-CELAC, un antes y un después en la relación con América Latina, normativas importantísimas con respecto a la lucha contra el cambio climático, con respecto a la inteligencia artificial, reuniones fundamentales para dar el apoyo que necesitan estos momentos Ucrania. Todo eso es fruto del liderazgo de la Presidencia española de la Unión Europea.
STEPHANY ECHAVARRÍA
EDITORA INTERNACIONAL
EL TIEMPO