En su primer discurso como presidente electo, Javier Milei dejó en claro a quién le debía la exitosa campaña: “Gracias a mi hermana Karina, que es ‘El Jefe’. Sin ella no hubiera sido posible nada de esto”. Al lado del escenario montado en el hotel Libertador, la referida sonreía. Por fin se materializaba lo que ella misma había presagiado algunos años atrás en un ritual esotérico.
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Juan Luis González, autor de “El loco” la biografía no autorizada del presidente, describe este hecho -ocurrido en 2020- poniendo a la hermana como la médium que comunica una misión a Javier: debía meterse en política ya que estaba destinado a ser presidente. “Es Karina (quien se había formado en el espiritismo) la que recibe la información desde el más allá”, refirió González.
El mismo mandatario aportó carga mística a la descripción de su hermana. “Moisés era un gran líder, pero no era bueno divulgando. Y entonces Dios le mandó a Aarón para que divulgue. Bueno,’ Kari’ es Moisés y yo el que divulga”, dijo en una entrevista en 2021, cuando iniciaba su carrera política como diputado.
En el plano más terrenal y cotidiano, Karina es estrictamente ‘El Jefe’. El curioso apelativo ha sido refrendado con hechos durante estos siete meses de gestión. A los pocos días de asumir, el mandatario modificó una norma que prohibía el nepotismo en el Ejecutivo y así Karina pudo asumir la Secretaría General. Es la primera mujer que ocupa dicho cargo en la historia argentina.
Pero, ordenar la agenda presidencial y resolver la logística operativa de cada paso que da Javier no son las únicas responsabilidades asumidas por Karina. En lo que va del 2024, varios ministros han visto con cierta resignación que parte de sus funciones fueron siendo absorbidas por la poderosa secretaria.
La agencia de comercio internacional, la marca país, los canales de comunicación oficial, la agencia de inteligencia, son algunas áreas que recayeron bajo el ala de Karina. “La concepción es que ella es él (Javier). Los ministros ahora lo entienden. Si hacés un arreglo con ella, sabés que tiene el aval del presidente”, dice Martin Rodríguez Yebra, secretario de redacción de “La Nación”.
Cada vez que la pareja de hermanos atiende a líderes empresariales y políticos se replica un mismo patrón. Los visitantes suelen dirigirse inicialmente al presidente, pero en algún momento entienden que en realidad quien ejerce el liderazgo de la reunión es la hermana. “Eso nos han referido diversas personas que se han reunido con ellos”, refiere Rodríguez Yebra.
En el seno libertario, Karina es una referencia ineludible. Aylin Wisnia, coordinadora de la juventud de La Libertad Avanza, responde a quienes cuestionan el ascendente rol de la secretaria. “Es lógico que el presidente quiera tener a alguien de confianza como su hermana, por ello le da cierto poder de decisión”, menciona.
“Le han dicho de todo, la menospreciaron, la han insultado, injuriado y calumniado. Sin embargo, ‘El Jefe’ nunca bajó los brazos. (...) Demasiada grandeza para ser entendida por el humano promedio”.
Javier Milei
Para Gabriela Pepe, reportera que sigue las acciones en Casa Rosada, esta dinámica en el binomio no es sino la continuidad de algo que surgió muchos años atrás, cuando eran adolescentes. Según el mismo presidente, Karina fue su contención familiar y quien mediaba entre él y sus padres, con quienes tenía diferencias.
Ya siendo adultos, la alianza emocional se complementó con el compromiso laboral. A partir de su formación como licenciada en Relaciones Públicas, buscó apoyar a su hermano. “Karina es fundamental en toda la carrera de Javier Milei. Desde que empezó a ser una figura pública le manejó la agenda, las apariciones televisivas, las cuentas. Durante la campaña fue la encargada del armado de la candidatura, lo de hoy es la continuación de esa relación. Ella siempre estuvo”, explica.
En los viajes presidenciales, uno de los primeros asientos asegurados es el de la secretaria. Tal proximidad ha generado algunas situaciones incómodas. En febrero, durante la ceremonia de canonización de Mama Antula (la primera santa argentina), el locutor de la señal oficial del Vaticano confundió a Karina como la esposa. “En los actos públicos ejerce de primera dama. Es una situación inusual en Argentina, nunca los presidentes llevaron a la hermana. Al divorciarse, Menem llevó a la hija. Y otros iban solos”, cuenta Rodríguez Yebra.
¿Candidatura a la vista?
En las últimas semanas, Karina se puso al hombro otro encargo: la expansión territorial de La Libertad Avanza. De cara a las elecciones legislativas de 2025, el partido de los Milei busca candidatos puros para evitar prestaciones de otros espacios. Por ello, la hermana (quien también figura como apoderada legal de la agrupación) recorre diversas provincias, depura listas y tramita inscripciones.
“Al presidente no le interesa el armado electoral y la rosca política, no es su tema, sólo le interesa la macroconomía. Por eso, delega todas estas cuestiones en ella”, refiere Pepe.
- Según la prensa argentina, Karina Milei está cerca de incorporar la Secretaría de Cultura a los sectores bajo su dominio.
- La Secretaría General de la presidencia, que encabeza la hermana del presidente, también se hará cargo del partido inaugural del Mundial 2030.
Karina ha asumido esa necesaria tarea con diligencia. Para los libertarios, es el motor que activa el engranaje. “Es la armadora del partido. Se está encargando de gestionar la selección de personas a poner en los cargos”, cuenta Wisnia.
Todos los fines de semana viaja a una localidad distinta para verificar los avances. Wisnia destaca el trajinado rol de la secretaria, a quien describe como una persona laboriosa, pragmática y estructurada. Pone en valor esas aptitudes para contrarrestar a quienes cuestionan el ascenso de Karina, un personaje sin formación política que pocos años atrás manejaba emprendimientos ligados a la repostería y a las reparaciones de neumáticos.
Los recorridos por el interior del país le han valido algunos baños de popularidad. El más ruidoso ocurrió en mayo en Rosario, donde un entusiasta grupo de jóvenes la recibió con banderolas con frases que hacían alusión a una naciente corriente libertaria: el ‘karinismo’.
Estas muestras de aceptación despertaron expectativas en la interna oficialista. ¿Tendría Karina también un destino electoral? Por lo pronto, las encuestadoras ya empezaron a medir sus posibilidades. Según el último estudio de Opinaia, la secretaria presidencial cuenta con un 37% de imagen positiva.
La omnipresencia de Karina en las acciones del gobierno, contrasta con su mutismo mediático. No ha brindado nunca una entrevista y evita los discursos públicos. Asumir una candidatura significaría trastocar ese perfil silencioso, que ha sabido construir. “Pero al no haber muchos referentes en el partido, mucha gente cree que al presidente no le va quedar más remedio que ponerla en una boleta para capitalizar el apellido”, analiza Rodríguez Yebra.
Es invierno y Karina Milei sigue deshojando margaritas respecto a la posibilidad electoral. Las circunstancias y la supervivencia del proyecto la pueden empujar al centro del escenario. ¿Quién si no otra Milei para mantener la llama libertaria?
En la interna oficialista tienen claro que oponerse a Karina Milei podría conllevar a la expulsión del círculo de poder. Descrita por sus allegados como una mujer de carácter, la secretaria no ha tenido inconvenientes en apartar a funcionarios y ministros que no respondían a sus expectativas o habían mostrado alguna deslealtad. Uno de los últimos fue Nicolás Posse, ex jefe de gabinete acusado de usar los servicios de inteligencia para espiar hacia adentro.
Otras víctimas de los cruces con la hermana del presidente fueron los legisladores Ramiro Marra y Carolina Píparo, dos de los rostros más visibles de la campaña, pero a quienes dejó fuera del gabinete. También Marcela Pagano, la diputada que fue desplazada de su rol como presidenta de la comisión de Juicio Político.
La relación más compleja la sostiene con la vicepresidenta Victoria Villarruel. “A ella no la puede echar como a los ministros. Entonces, ambos lados son conscientes de que no se pueden permitir una crisis que fracture el gobierno”, explica Rodríguez Yebra, secretario de Redacción de “La Nación”.
La propia Villarruel describió a Karina como una mujer “brava”, pero que ella también lo era y que el presidente quedaba en el medio. “Pobre jamoncito” dijo refiriéndose a Javier en una curiosa analogía que no cayó bien en la oficina presidencial.