Hace diez años, el incendio de una discoteca se cobró la vida de 242 personas en la ciudad universitaria de Santa María, en el sur de Brasil.
Fue una de las peores catástrofes de este tipo ocurridas en el mundo y se ha convertido en el tema del nuevo drama de Netflix, Todos los días la misma noche.
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Los familiares de las víctimas y los 680 heridos siguen esperando justicia.
Kelen Ferreira sufrió lesiones que le cambiaron la vida en la tragedia y habló con la BBC sobre su larga batalla para dejar atrás aquella noche de hace diez años.
"Fue como volver a estar en ese horrible lugar", contó a la BBC la joven de 29 años.
Ferreira habla de Todos los días la misma noche, un nuevo drama de Netflix inspirado en el incendio de la discoteca Kiss, una tragedia en la que murieron 242 personas y unas 680 resultaron heridas en enero de 2013.
Ella tenía 19 años y sufrió quemaduras graves en el incendio, además le amputaron parte de la pierna derecha.
Serie polémica
Tres de sus siete amigos de la universidad que asistieron con ella a una fiesta en la discoteca nunca volvieron a casa. Ferreira dijo que no fue fácil verse "a sí misma" luchando por su vida en televisión: un personaje inspirado en su historia es interpretado por la actriz Paola Antonini, también amputada.
"Los productores recrearon el club nocturno a la perfección e incluso hay un personaje basado en mí. Era imposible no dejarse llevar", afirmó.
"Pero quiero dejar claro que apoyo la serie. Nuestra historia necesita ser contada una y otra vez para que la gente no la olvide", agregó.
Ferreira se refiere a la polémica que rodea a Todos los días la misma noche. Los familiares de 40 víctimas se han opuesto al drama de Netflix y están estudiando emprender acciones legales contra la plataforma. Una de sus alegaciones es que el servicio de streaming está "lucrándose con su tragedia".
La BBC se puso en contacto con Netflix para pedirle comentarios, pero al momento de redactar este artículo no había recibido respuesta.
La tristeza de enero
Durante los últimos 10 años, Ferreira ha tenido que tomar pastillas para dormir en enero y para hacer frente a las pesadillas que la persiguen repetidamente en esta época del año.
Los recuerdos de la tragedia son abrumadores y no ayuda que sobrevivientes como ella. y los familiares de los fallecidos sigan esperando justicia.
El incendio de la discoteca Kiss conmocionó a todo el país. Según la investigación policial, el fuego comenzó cuando los miembros de una banda que actuaba en el local encendieron unas bengalas y éstas alcanzaron el techo.
Se produjo una estampida, pero la mayoría de las víctimas murieron por inhalación de humo.
Según la policía, la discoteca carecía de extintores y la señalización de emergencia era deficiente.
Los funcionarios descubrieron que sólo había dos salidas de emergencia.
El incendio se produjo durante una fiesta universitaria y la mayoría de las víctimas eran estudiantes de entre 17 y 30 años.
Ferreira fue uno de los testigos en el juicio celebrado en diciembre de 2021, cuyas sesiones se retransmitieron en directo por televisión, lo que atrajo la atención del público.
Cuatro personas (los dos propietarios de Kiss y dos músicos) fueron condenadas a largas penas de entre 18 y 22 años de prisión.
Sin embargo, en agosto del año pasado un tribunal anuló las sentencias argumentando que se habían producido irregularidades en la selección del jurado del juicio.
Los fiscales han presentado un recurso ante el Supremo Tribunal Federal de Brasil, que aún se está tramitando.
"Espero sinceramente que la decisión de dejarlos en libertad sea revocada. Los responsables de esta tragedia tienen que rendir cuentas por lo que hicieron", afirmó.
"Al fin y al cabo, volverán a casa con sus familias cuando terminen sus penas de cárcel. Los que murieron nunca lo harán".
Trauma y reinvención
Ferreira dice que tuvo suerte de escapar con vida, ya que cayó al suelo durante la estampida. Pero la joven estuvo hospitalizada casi tres meses.
Tardó mucho más en curarse psicológicamente: pasó semanas viviendo recluida en casa de sus padres, lidiando con ataques de pánico. Durante años intentó ocultar su discapacidad, vistiendo ropa larga incluso en pleno verano brasileño.
"Vivimos en una sociedad que exige un cuerpo perfecto y yo me sentía muy acomplejada. Hice las paces con las cicatrices de las quemaduras en los brazos, pero escondí la pierna amputada", aseveró.
"Hacía 40 grados fuera, pero seguía llevando jeans y botas", relató.
Pero Ferreira se reinventó como influencer de la discapacidad. Su cuenta de Instagram tiene actualmente más de 200.000 seguidores y se ha convertido en portavoz de una empresa de prótesis, ofreciendo consejos para las personas que pierden algún miembro.
La misma mujer que ocultó su pierna amputada durante tanto tiempo ahora publica selfies en bikini.
"Quiero demostrarles que la vida debe continuar, por muy difícil que sea para alguien que sufre un trauma", afirmó.
"Dios me dio una segunda oportunidad aquella noche. Es como si fuera un ave fénix que resurge de las cenizas de aquella tragedia", explicó.
‘Me imagino a mis amigas hoy’
Otra fuente de motivación es el recuerdo de las personas que no salieron vivas de la discoteca, entre ellas sus tres amigas. Ferreira aún intenta imaginarlas vivas.
"Pienso en ellas constantemente. Intento imaginar qué estarían haciendo hoy, si se hubieran casado y hubieran tenido hijos", explicó.
Nunca sabrá qué habría sido de la vida de sus amigas si hubieran sobrevivido, pero recordarlas la ha motivado a unirse a otras víctimas y a sus familiares para hacer campaña en favor de la justicia y buscar cambios en la legislación sobre locales de ocio en Brasil.
Esto último se hizo realidad con la aprobación de nuevas leyes federales sobre la prevención de incendios en 2017. Pero el verdadero cierre, cree Ferreira, no llegará hasta que se produzca una decisión judicial favorable.
"Se lo debemos a mis amigos y a las demás personas que no volvieron a casa aquella noche", dijo.
“Sus muertes no pueden olvidarse sin más. Ese es mi mayor temor estos días”, sentenció.