Aunque en el caso del Perú la secuencia es un poco más larga, hay una fórmula que, mal que bien, se ha repetido en Latinoamérica durante los últimos años. Esta es: el primer paso es la vacancia presidencial, mientras que el segundo consiste en que el vicepresidente o el presidente del Poder Legislativo, aun sin el apoyo popular, asume el liderazgo del país.
La represión policial en Latinoamérica: ¿un mal generalizado?
Así ha funcionado en Brasil, Ecuador, Honduras, Paraguay, y con algunas mayores complicaciones en Bolivia y Argentina.
El poder vacante: cuando Argentina tuvo 5 presidentes en solo 14 días
Ahora que Francisco Sagasti se convierte en el nuevo presidente del Perú, refrescamos la historia reciente de otros países de la región.
GUSTAVO NOBOA
A finales de 1999, Jamil Mahuad era muy criticado en Ecuador. Sus medidas para evitar la quiebra de los bancos fueron un fracaso, sobre todo porque se terminó por afectar el dinero de los ciudadanos.
En enero del 2000, la situación se tornó imposible de manejar. Las manifestaciones y la impopularidad de Mahuad terminaron con el retiro del apoyo de las Fuerzas Armadas.
Después del intento de armar un triunvirato y una vez que el Congreso declaró cesante a Mahuad, quien terminó por asumir el cargo fue el vicepresidente Gustavo Noboa.
Jurista y catedrático recordado por haberse desempeñado como gobernador de la provincia de Guayas, Noboa asumió el poder el 21 de enero del 2000 y lo dejó el 15 de enero del 2003.
Como presidente, trató de incentivar la privatización de las empresas del Estado, aunque no tuvo mucho éxito. También impulsó la Ley para la Transformación Económica del Ecuador.
EDUARDO DUHALDE
En el 2001, Argentina vivió una de las peores crisis de su historia. Después de un intento por equiparar el peso al dólar y de agotar su crédito con el Fondo Monetario Internacional, al país solo le quedó congelar los ahorros de los ciudadanos y, con eso, empezar a pagar la deuda.
Allí fue que el descontento estalló.
Las marchas y cacerolazos causaron la renuncia de Fernando de la Rúa, quien fue reemplazado por un par de días por Ramón Puerta, a quien le sucedió Adolfo Rodríguez Saá, Eduardo Camaño y, finalmente, Eduardo Duhalde.
Sería Duhalde quien terminaría por liderar a Argentina desde el 1 de enero del 2002 hasta el 25 de mayo del 2003.
A Duhalde se le recordaba por haber sido vicepresidente de Carlos Menem, hasta que la oportunidad de llegar al cargo más importante le llegó cuando fue senador nacional por la Provincia de Buenos Aires.
Entre los aciertos de su gestión, “La Nación” recuerda que logró que las protestas no se descontrolaran y mejoró la imagen del país frente a los grandes prestamistas del mundo.
Como crítica, se anota que no intentó hacer cambios estructurales (la enorme deuda externa, debilidad del sistema financiero, etc.), sino que los “congeló” para que otros gobiernos lo resolvieran.
ROBERTO MICHELETTI
Entre las medidas que el presidente hondureño Manuel Zelaya tenía pensadas para su gobierno, destacaba un plebiscito para determinar si se armaría una Asamblea Nacional Constituyente para cambiar la Constitución de 1981.
Pero el resto de poderes del Estado estaban en contra y la medida se declaró ilegal.
Era el 2009 y se había hecho evidente el divorcio entre Zelaya y el resto de los poderes del Estado, incluido el de la Fuerzas Armadas.
El día del plebiscito, un grupo de militares lo sustrajo de su casa y lo torturó.
Ese día, el Congreso leyó una carta en la que Zelaya anunciaba su renuncia al cargo, y lo desterró a Costa Rica. Desde allí, Zelaya negó haber escrito la misiva.
Entonces, Roberto Micheletti (a quien se le recordaba porque en el 2006 había electo presidente del Congreso Nacional) fue convocado por el Congreso para asumir la presidencia. La Corte Suprema aceptó el nombramiento.
El 28 de junio del 2009, y en medio de protestas sociales, Micheletti asumió la presidencia, cargo que dejaría el 27 de enero del 2010.
Su gestión se recuerda como accidentada, principalmente por su carácter represivo en contra de los zelayistas. Se recuerda, además, “restrictivos toque de queda” y el cierre de dos “medios de comunicación afines a Zelaya”.
También quedará para la posteridad su opinión sobre Barack Obama: “El presidente de la República de Estados Unidos, que lo respeto al negrito, no conoce dónde queda Tegucigalpa”.
FEDERICO FRANCO
Fernando Lugo no pudo superar la crisis causada por el enfrentamiento policial contra unos campesinos que terminó con varios muertos. Por ese evento, la Cámara de Diputados le inició un juicio político que terminaría con su vacancia.
Su vicepresidente, Federico Franco, debió asumir el cargo. Desde el 22 de junio del 2012 hasta el 15 de agosto del 2013, él tuvo que enfrentarse al rechazo de la comunidad internacional que estaba en desacuerdo con su designación.
Se recuerda una reunión en la OEA en donde muchos representantes abandonaron la sala, como advirtiendo que no lo reconocían como presidente, cuando a él le tocó hablar.
Entre las cosas que dejó para el siguiente gobierno, se recuerda el déficit fiscal de más de mil millones de dólares, uno de los más grandes de la historia del país. Además de varias acusaciones de corrupción.
MICHEL TEMER
En el 2016, la Cámara de Diputados de Brasil creó una comisión para investigar a Dilma Rousseff por haber cometido crímenes de responsabilidad. Aunque ya habían acusaciones de corrupción, lo que terminó por hundir a la presidenta fue violar normas fiscales, “maquillando el déficit presupuestal”.
Por esa razón, fue destituida.
Entonces, desde el 31 de agosto del 2016 hasta el 31 de diciembre del 2018, su vicepresidente Michel Temer asumió la presidencia.
Su mandato fue muy accidentado porque sus ministros y asesores fueron constantemente acusados de corrupción y tuvieron que renunciar. A ello se le sumó una crisis económica y el aumento de la pobreza extrema.
JEANINE ÁÑEZ
Cuando Evo Morales renunció a la presidencia, Jeanine Áñez era la vicepresidenta de la Cámara de Senadores de Bolivia. Pero, así como Morales se fue, también lo hizo Adriana Salvatierra, la presidenta del Senado, de modo que el camino quedó despejado para Áñez.
Morales calificó su llegada al poder como el “golpe más artero y nefasto de la historia”.
Desde el 12 de noviembre del 2019 hasta el 8 de noviembre pasado, Áñez fue la segunda mujer en alcanzar la presidencia boliviana, hasta que fue reemplazada por Luis Arce.
Durante su gestión, ella se esmeró por crear juzgados especiales para atender los casos de feminicidio. Para luchar contra el coronavirus, ella decretó una cuarentena estricta que luego fue dinámica; aun así, su manejo de la pandemia le valió muchísimas críticas.
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