Fueron apenas cinco minutos. En ese tiempo de lectura, la jueza Alejandra Ongaro sintetizó el horror de un caso que conmovió a la sociedad. Con solo unas pocas palabras de la parte resolutiva del veredicto se pudo sentir en la sala el calvario vivido por Lucio Dupuy en el que era considerado su hogar. Catorce meses pasaron desde el asesinato hasta ese momento en que la magistrada tomó la palabra en representación de sus colegas Andrés Olié y Daniel Sáez Zamora para anticipar que la madre de la víctima, Magdalena Espósito Valenti y su pareja, Abigail Paéz, habían sido las culpables de asesinar a Lucio a golpes y patadas. Ambas fueron declaradas culpables del delito de “homicidio calificado por alevosía y ensañamiento”; en el caso de la madre, también agravado por el vínculo. Además, a Páez la encontraron culpable de “abuso sexual” del menor, decisión que no alcanzó a Espósito Valenti por el beneficio de la duda.
Si bien la pena se conocerá en una audiencia programada para el próximo 13 de febrero, la calificación del delito que hizo el tribunal solo puede derivar en la prisión prisión perpetua de las acusadas, un pedido que había sido expresado en sus alegatos por la fiscalía y la querella, que anticipó su decisión de apelar la absolución de la madre de Lucio en la acusación de abuso sexual. De una u otra manera, con el actual veredicto ninguna de las imputadas podrían salir de prisión antes de cumplir 50 años de encierro.
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Espósito Valenti y Paéz no estuvieron en la audiencia, a diferencia de lo ocurrido durante las jornadas de debate. Permanecieron en la prisión de San Luis donde están alojadas para evitar potenciales enfrentamientos con otras reclusas en esta provincia, donde fueron arrestadas tras el homicidio del 26 de noviembre de 2021. Si, en cambio, escuchó el veredicto el padre de Lucio, Christian Dupuy, quien lloró emocionado junto con su abogado querellante José Aguerrido. Fuera de la sala, amigos y vecinos mostraban su reclamo de justicia con carteles con el rostro del niño.
La audiencia de hoy fue la primera a la que tuvo acceso la prensa desde que comenzó el juicio el 10 de noviembre pasado. Todo el proceso probatorio, que finalizó el 22 de diciembre, se desarrolló a puertas cerradas ya que la víctima del crimen era un menor de edad y se debatía un delito contra la integridad sexual.
A las 9, tres horas antes de que se leyera el veredicto, en la entrada del Centro Judicial de Santa Rosa, ya había personas que vestían remeras con el rostro del niño y llevaban carteles que rezaban “Justicia por Lucio”. Algunas otras, aprovechaban la visibilidad mediática para exponer otros casos de violencia infantil.
Durante los días previos, la familia Dupuy había pedido a la sociedad que los acompañara durante la lectura de la sentencia y unas 200 personas se acercaron a apoyarlos.
Sin embargo, buena parte de la sociedad siguió en vivo la lectura del veredicto y se expresó en las redes y en la palataforma Change.org, donde en pocas horas más de 26.000 personas acompañaron un reclamo para destituir a la jueza Ana Clara Pérez Ballester, que había entregado la tenencia de Lucio a su madre, ahora condenada por el homicidio. Legisladores pampeanos acompañarían esa propuesta y, encabezados por la diputada provincial Alicia Mayoral, presentarían el pedido de enjuciamiento por mal desempeño de Pérez Ballester.
“Vine a acompañar porque no puedo creer que en Santa Rosa haya pasado esto. No hicieron nada en la salita, en el jardín, en el hospital. Se podría haber salvado. Esa es la impotencia”, dijo Graciela Gatica, de 73 años, con los ojos húmedos y una fotocopia con el rostro de Lucio.
Andrea Ramirez también vive en Santa Rosa y participó de la manifestación junto a su hijo de 11 años y su sobrino de 9. “Vine como mamá, con mucho dolor, a acompañar a la familia de Lucio. Este caso genera una impotencia bárbara. Espero que las asesinas no salgan más y no tengan ningún privilegio”, dijo. A su lado, los dos chicos sostenían carteles que decían “Lucio será el ángel de todos los chiquitines” y, nuevamente, “Justicia por Lucio”.
Minutos antes de que la jueza Ongaro leyera el veredicto, el padre de Lucio, y su abogado aguardaban la resolución con la cabeza gacha y las manos cruzadas sobre el regazo. A la izquierda de los dos hombres, Ramón Dupuy y Silvia Gómez, padres de Christian y abuelos de Lucio, junto a otros familiares y acompañantes, también aguardaban las palabras de la magistrada.
Luego, unos minutos pasadas las 12, la jueza Ongaro, presidenta del tribunal, dio inicio a la lectura del veredicto: “Resolvemos, primero: rechazar los planteos de actividad procesal defectuosa efectuados por las defensas técnicas de las acusadas”, comenzó.
“Segundo: declarar a Magdalena Espósito Valenti autora material y penalmente responsable del delito de homicidio triplemente calificado por el vínculo, alevosía y ensañamiento en perjuicio de Lucio Dupuy; y, tercero: a Abigail Páez autora material y penalmente responsable del delito de homicidio doblemente calificado por alevosía y ensañamiento en concurso real con el delito de abuso sexual con acceso carnal por vía anal ejecutado con un objeto fálico agravado por tratarse de la guardadora y por haberse cometido contra un menor aprovechando la situación de convivencia preexistente como delito continuado”, continuó.
En ese momento, el padre de Lucio, que permanecía sentado escuchando atentamente el veredicto asentía y se secaba las lágrimas que no podía contener.
En un cuarto punto, la jueza agregó que Valenti fue absuelta por el “hecho de abuso sexual agravado por el que fuera acusada” y, por último, fijó una nueva audiencia para el 13 de febrero a las 8, cuando se dará lectura al fallo condenatorio y a sus fundamentos.
De esta forma, salvo por la absolución de Espósito Valenti con respecto al abuso sexual, el tribunal condenó a las acusadas por los delitos solicitados por el Ministerio Público Fiscal y la querella. Aguerrido también había solicitado el agravante de “odio de género”, pero los jueces no aceptaron ese pedido.
Al finalizar la lectura, el silencio fue total. Alguien intentó un aplauso que no prosperó y Christian Dupuy y Aguerrido fueron los primeros en fundirse en un largo abrazo. Ramón Dupuy se acercó y también se abrazó con su hijo mientras le acariciaba la nuca y le decía algo al oído. Enseguida se sumaron otros familiares, los fiscales y todas las personas que acompañaron a la familia.
Aguerrido, que ya había ingresado en la sala visiblemente conmovido, dijo a instantes de finalizada la audiencia: “Estoy relativamente conforme. Vamos a ver qué dice el fallo ahora. Durante un año conviví con el horror. Es muy difícil todo. Esto tiene que ser una bisagra en la Argentina”.
Una vez fuera de la sala, Silvia Gómez, abuela de Lucio, comentó que cuando escuchó el fallo sintió un alivio grande.
“Ahora hay que esperar un tironcito más hasta el 13. Este es un sufrimiento con el que convivimos todos los días desde hace un año y unos meses. Hay muchos chicos violentados que no deberían pasar por todo lo que pasan. Nosotros quisimos transformar nuestro dolor en lucha y estamos luchando día a día por los chicos. El sistema le ha fallado a Lucio en muchos aspectos. No queremos que haya otro Lucio en el mundo”, expresó.
“Agradecemos a todo el mundo que nos apoya y contiene desde el día uno. Queremos que Lucio descanse en paz”, agregó.
Luego, Silvia y Ramón se retiraron del centro judicial en medio de una multitud que los abrazaba y les acercaba su mano, una postal similar a la que se vio en los instantes previos a que ingresaran a la sala.
“Me está explotando el corazón. Gracias por los kilómetros que han hecho para conocer la culpabilidad de estas asesinas. No me salen las palabras, estoy muy emocionado. Esperemos que los jueces vean todas las pruebas que hay. Y sí, justicia es perpetua”, había dicho Ramón Dupuy antes de conocer el veredicto.
Muchos de los manifestantes que se acercaron a los tribunales lloraron mientras hablaba Ramón. Se escucharon gritos de apoyo como “¡estamos con ustedes!” y los autos que pasaban por la puerta del centro judicial hicieron sonar sus bocinas al grito de “Justicia por Lucio”.
En declaraciones a la prensa, el fiscal Walter Martos dijo que se sienten satisfechos porque ambas mujeres fueron condenadas a prisión perpetua. Con respecto a la absolución de Espósito Valenti del delito de abuso sexual, expresó: " Analizaremos el tema. Todavía no conocemos los argumentos de por qué lo hicieron”.
Según pudo saber LA NACION, de forma unánime, el Tribunal de Audiencias de Santa Rosa entendió que se debía aplicar el principio de in dubio pro reo, es decir, el beneficio de la duda en favor de la imputada.
“Si bien entonces no albergo dudas acerca de la ocurrencia del hecho [el abuso sexual], el modo, el tiempo y elemento utilizado (o al menos uno de ellos); sí, en cambio, creo que las partes acusadoras solo han logrado producir prueba respecto de la autoría de una de ellas: Páez”, sostuvo el juez Olié en su voto, al que adhirieron sus colegas.
Para explicar la absolución de abuso sexual de Espósito Valenti, se afirmó en el fallo: “El plexo probatorio reunido, especialmente el referido a la prueba pericial genética, determinó el hallazgo de material genético de ambas acusadas y de Lucio. Si lo primero es perfectamente razonable y esperable, en tanto se trata de un elemento destinado al empleo por ellas [el objeto fálico], lo segundo deviene incriminatorio respecto del abuso sexual atribuido, aunque no es posible asegurar, con el rigor que exige una sentencia de condena, que ello obedezca –también– a la acción de Espósito Valenti: es perfectamente factible que su ADN ya estuviera allí, por empleos anteriores, cuando la restante acusada agredía sexualmente al niño”.
Mientras se retiraba abrazado por una multitud, Ramón Dupuy, tal vez el representante de la familia que mayor visibilidad mediática tuvo, dijo: “Paz no voy a tener nunca, porque voy a defender a todos los niños de la Argentina que pasaron lo mismo. Esto va a marcar historia y estoy agradecido al país por todo lo que nos dieron”.
Por Josefina Gil Moreira