Bogotá [EFE]. El asesinato la víspera de la Navidad de Lucy Villarreal, una joven gestora cultural del departamento de Nariño (suroeste), prolonga la orgía de sangre que se ha cobrado la vida de cerca de un centenar de líderes sociales este año en Colombia.
La mujer fue asesinada por un sicario en la carretera que conecta a Tumaco, segundo puerto de Colombia en el Pacífico, con Pasto, capital de Nariño, tras concluir un taller con niños y mientras viajaba a su casa para pasar la Navidad con su familia.
“Nunca hemos recibido amenazas, entonces nos sorprendió muchísimo”, afirmó a periodistas Melisa Herrera, hermana de Villarreal.
El caso ha estremecido a Colombia y ocurre tan solo horas después de que las autoridades hallaran los cadáveres de una pareja de recién casados que estaba desaparecida desde el pasado viernes cuando se dirigían a Palomino, una zona turística del Caribe situada cerca de Santa Marta y muy frecuentada por extranjeros.
Villarreal, que tenía dos hijas, era reconocida en la región por su trabajo como integrante de la Fundación Cultural Indoamericanto, integrada por músicos y bailarines que trabajan desde 1994 para mostrar su espectáculo artístico durante el Carnaval de Negros y Blancos que se celebra en Pasto todos los años en enero.
“¡No puede ser tanta infamia! Asesinaron en Tumaco a Lucy Villarreal, lideresa, cultora del carnaval y defensora de la vida. Lo hicieron cuando terminaba un taller con niños. La tristeza es inmensa. Esta noticia empaña la Navidad”, afirmó en Twitter el gobernador de Nariño, Camilo Romero.
El director ejecutivo para las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, también condenó el crimen y aseguró que aunque el Gobierno colombiano "crea que todo terminó" hace un año con la muerte del jefe disidente de las FARC Walter Patricio Arízala, alias "Guacho", la verdad es que "la violencia no cesa en Tumaco".
“Qué desolador el asesinato de la líder Lucy Villarreal. Debe haber justicia y sobre todo medidas serias para que esto deje de ocurrir”, manifestó Vivanco en un mensaje en Twitter.
CIFRAS ESCANDALOSAS
Según la Fundación Desarrollo y Paz (Fundepaz), que tiene sede en Nariño, con el homicidio de la joven ya son 22 los líderes sociales que han sido asesinados en lo que va del año en ese departamento fronterizo con Ecuador.
A comienzos de este mes la Oficina en Colombia de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos había manifestado que en lo que va de año al menos 86 defensores de derechos humanos han sido asesinados en el país.
El organismo alertó que esa cifra les ha permitido identificar causas estructurales de estos crímenes que derivan de la falta de presencia integral del Estado en las regiones, razón por la cual considera que defender los derechos humanos es una actividad de alto riesgo en Colombia.
Entre tanto la ONG Programa Somos Defensores detalló en el “Informe Semestral Enero-Junio 2019” que al menos 59 defensores de derechos humanos fueron asesinados durante el primer semestre de este año en Colombia, cinco de ellos en Nariño.
RECUERDO DE OTRA VÍCTIMA
El crimen de Villarreal trajo de nuevo a la memoria a la líder comunitaria María del Pilar Hurtado, cuyo asesinato conmocionó al país el pasado 21 de junio.
Ese día, presuntos paramilitares asesinaron a Hurtado, de 34 años y madre de cuatro hijos, delante de uno de ellos en una calle del barrio 9 de agosto en Tierralta, localidad del departamento caribeño de Córdoba.
Es por ello que los colombianos condenaron este 25 de diciembre el crimen de la gestora cultural y lo reflejaron en Twitter, donde las etiquetas #LucyVillarreal y #Tumaco fueron dos de las principales tendencias a lo largo del día.
“No más líderes sociales asesinados. La lideresa cultural Lucy Villarreal fue vilmente asesinada ayer después de dar un taller artístico a niños en el municipio de Tumaco (Nariño). Duele la Navidad”, dijo el cantante Fonseca, quien publicó una foto de la víctima.
El senador Luis Fernando Velasco, del Partido Liberal, fue más allá al señalar que si la Policía y las Fuerzas Militares “no pueden capturar asesinos, debe pensarse en nuevos oficiales para enfrentar esas mafias”.
OLEADA DE VIOLENCIA
El líder opositor Gustavo Petro, senador de la Lista de la Decencia, afirmó que el crimen ocurrió por “la toma mafiosa del territorio, liderada entre el Estado y los carteles mexicanos”, que “implica el arrasamiento cultural de los pueblos, la pérdida total de la autonomía ciudadana”.
El senador izquierdista Jorge Enrique Robledo, del partido Polo Democrático Alternativo, lamentó la oleada de violencia que vive el país, donde dice que "siguen asesinando a los líderes y al que deseen" como lo hicieron con Villarreal.
“Repugna que el Estado y esta sociedad enferma, porque la enfermaron, sean incapaces de superar este horror que tanto daño nos hace a los colombianos”, añadió.
El departamento de Nariño es una de las zonas con más conflictos de Colombia y allí operan disidencias de las FARC, la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y una docena de bandas criminales que luchan por el control territorial alimentadas por el narcotráfico.
El exministro del Interior Juan Fernando Cristo (2014-2017) lamentó los homicidios tanto de Villarreal como de la pareja de recién casados en el Caribe.
“Una Navidad triste para líderes sociales y ambientales en nuestra Colombia. En esta mañana de 25 no dejo de pensar en sus familias y en la impotencia que se siente”, apostilló Cristo en Twitter.