El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, continuaba en silencio hoy sin haber reconocido el triunfo en las elecciones de Luiz Inacio Lula da Silva, que sí recibió felicitaciones de los mandatarios de Estados Unidos, Italia y China, entre otros países, y hoy será saludado personalmente en San Pablo por el presidente argentino Alberto Fernández.
Bolsonaro es el primer candidato que no reconoció su derrota desde 1989, cuando Brasil tuvo las primeras elecciones directas tras el fin del régimen militar. Incertidumbre y una ola de especulaciones se tejían esta mañana en Brasilia, donde todos los ojos apuntaban al Palacio del Planalto.
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El presidente Jair Bolsonaro no puede ocultar el abatimiento y la decepción que tuvo con la derrota en las urnas a Lula, consignó el diario O Globo. Lacónico, ha mostrado un sentimiento de indignación hacia quienes han estado con él, agregó el diario.
Miembros del ala política que ya lograron hablar con Bolsonaro, sin embargo, han abogado por que el presidente se pronuncie pronto por el reconocimiento de la victoria de Lula. El principal argumento es que, con el gesto, protegería el capital político que había ganado y “saldría a lo grande” en las elecciones.
Este grupo aboga por que Bolsonaro destaque los más de 58 millones de votos que ha levantado y agradezca a esta porción del electorado. Tampoco descarta un posible regreso de Bolsonaro a la disputa electoral en 2026. Para eso, sin embargo, está la valoración de que Bolsonaro necesita reconocer pronto el resultado de las urnas.
Lula tuvo más de 60 millones de votos, que sumaron el 50,9% del electorado frente al 49,1% de Bolsonaro. La diferencia entre ellos fue, en números absolutos, 2.139.503 votos.
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La diputada Gleisi Hoffmann, que integra la mesa chica de lula , dijo que aún no se empezó el diálogo con el gobierno de Bolsonaro para la transición, y que hay 48 horas para el inicio de los contactos desde que se terminó el recuento.
Los ministros más cercanos a Bolsonaro se dirigieron al Palacio del Planalto, donde el presidente llegó alrededor de las 9.30. Desde que fue derrotado, el presidente ha rechazado prácticamente todas las llamadas telefónicas que ha recibido.
Fuentes parlamentarias ligadas al oficialismo dijeron a ANSA que el presidente no tiene el respaldo de buena parte de sus aliados legislativos, integrantes de la coalición conocida como el “Centrao”. Pragmáticos, los miembros de ese grupo parecen más proclives a tender puentes hacia la futura administración lulista que a quedar “pegados” a un gobierno al que le restan tres meses de gestión.
Sus aliados reconocen la derrota
Mientras el líder en funciones sigue sin manifestarse desde la confirmación del resultado de la segunda vuelta electoral el domingo por la noche, políticos aliados de Bolsonaro reconocieron la victoria de Lula.
“Bolsonaro dejará la presidencia de la república en enero con la cabeza alta, con la certeza del deber cumplido y amado por millones de brasileños”, dijo en las redes sociales la senadora electa Damares Alves (Republicanos), exministra de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos en el actual Gobierno.
Por su parte, la exministra de Agricultura de Bolsonaro, la senadora electa Tereza Cristina (PP), también reconoció el resultado y dijo que es necesario respetar las diferencias.
“En una democracia, nuestra elección no siempre prevalece en las urnas. El resultado electoral de hoy nos enseña a perseverar y a respetar las diferencias. Presidente Jair Bolsonaro, su gobierno ha hecho historia”, afirmó.
Durante meses Bolsonaro se ha negado a responder si aceptaría el resultado en caso de una derrota en las elecciones, diciendo que sólo reconocería unos comicios que considerara “limpios”, tras hacer acusaciones sin pruebas y ya refutadas sobre la seguridad de las urnas electrónicas.
Sin embargo, en la víspera de la votación afirmó que ganaría el candidato más votado.
Desde la confirmación por parte del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de que Lula volverá a gobernar el país a partir de enero, Bolsonaro ha permanecido en silencio. Hasta la madrugada del lunes, sus hijos tampoco hablaron públicamente.
La diputada federal bolsonarista Carla Zambelli (PL-SP) dijo en las redes sociales que su partido será “la mayor oposición que Lula jamás imaginó tener”.
En tanto, el diputado federal electo Ricardo Salles (PL), ex ministro de Medio Ambiente de Bolsonaro, instó a la calma y valoró el resultado de las elecciones.
“El resultado de la elección más polarizada de la historia de Brasil trae muchas reflexiones y la necesidad de buscar caminos de pacificación de un país literalmente partido por la mitad”, dijo.
“Ellos sabrán lo que es la oposición, hay un largo camino por delante”, dijo por su parte el diputado federal electo Nikolas Ferreira (PL), quien participó en actos de campaña en varios estados en busca de votos para Bolsonaro. “Hoy no hemos elegido a un presidente de derecha, quizás mañana sí”, agregó
Diario O Globo y agencias ANSA y Reuters