Venezuela seguirá luchando por alcanzar un precio del petróleo de 100 dólares por barril, dijo este jueves el presidente, Nicolás Maduro, luego de que la OPEP decidiera mantener sus niveles de producción, reseñó la agencia AFP.
"No lo logramos ahora (bajar la producción), pero lo lograremos y lo seguiremos intentando hasta que los precios lleguen hasta donde tienen que estar, alrededor de los 100 dólares" por barril, dijo Maduro en un acto público transmitido por cadena obligatoria de radio y televisión.
Venezuela, a través de su canciller Rafael Ramírez, representante ante la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), había pugnado en las últimas semanas por un recorte en la producción petrolera para apuntalar los precios del crudo, que han caído más de 30% desde junio.
El pasado viernes, el petróleo venezolano cerró esta semana en 68,97 dólares por barril, acercándose al límite de los 60 dólares estimado por el gobierno como precio del barril para su presupuesto del 2015.
"No hubo consenso de hacer un recorte importante de la oferta petrolera para recuperar los precios" del crudo, dijo Maduro al acusar a sus adversarios políticos en el mundo de buscar este declive en el mercado para afectar a la nación sudamericana.
"No lograrán derrotar la revolución bolivariana (...) a pesar de las afectaciones en los ingresos del país, yo les garantizo a ustedes todas las inversiones sociales económicas para el desarrollo y crecimiento", añadió.
Luego de que en la reunión de la OPEP, celebrada este jueves en Viena, se decidiera mantener el tope de producción de 30 millones de barriles diarios, el canciller Ramírez se retiró del encuentro, visiblemente molesto.
"Nadie está satisfecho con el precio del petróleo" por debajo de las expectativas, dijo tras el encuentro Ramírez al canal multiestatal Telesur, y confió en que continuarán los esfuerzos para apuntalar los precios.
Venezuela, que cuenta con las mayores reservas petroleras del mundo, obtiene del crudo el 96% de sus ingresos y la caída en los precios se produce en momentos en que el país es golpeado por una inflación superior al 60% a tasa anualizada, escasez de alimentos y una aguda sequía de divisas.