La historia parece sacada de una novela: Un alcalde ordena desaparecer a 43 estudiantes porque creía que iban a pifiar a su mujer en un acto público. Los secuestradores pertenecen a un cártel de la droga que a su vez era operado por la mujer de este alcalde. Y para coronar la increíble trama, este cártel se encargaba de seleccionar a los integrantes de la policía municipal y recibía un pago por ello.
Esas son las conclusiones de la investigación de la fiscalía general de México sobre un caso que ha sacudido al país: la desaparición y posible ejecución de los 43 estudiantes que fueron arrestados en la localidad mexicana de Iguala el pasado 26 de setiembre.
El procurador Jesús Murillo Karam señaló a María de los Ángeles Pineda Villa, esposa del alcalde prófugo de Iguala, José Luis Abarca Velázquez, como la principal operadora de actividades delictivas desde el palacio municipal.
Además, ella era una de las operadoras del cártel Guerreros Unidos, organización delictiva a la que la policía de Iguala entregó a los 43 estudiantes que previamente había detenido.
¿EL MOTIVO DEL ARRESTO?
Murillo Karam indicó que cuando los estudiantes llegaron a Iguala procedentes de la localidad de Ayotzinapa, criminales del grupo Guerreros Unidos y policías reportaron el arribo al centro de control policial.
Según el testimonio de personas detenidas, la orden de frenar su llegada fue dada por una persona identificada como A5, "clave que se utilizaba para identificar al alcalde de Iguala".
"Asumieron que el grupo que se aproximaba se dirigía a sabotear la celebración que se realizaba en esos momentos por la esposa del alcalde, María de los Ángeles Pineda, con motivo de su informe de actividad (como titular del DIF, el organismo encargado del bienestar de la infancia y la familia)", indicó el fiscal.
Había un antecedente al respecto. En junio del 2013 la alcaldía de Iguala fue apedreada durante un enfrentamiento entre personas afines al alcalde y un grupo de manifestantes entre los que se encontraban estudiantes de la misma escuela de los hoy desaparecidos.
En realidad, los estudiantes habían llegado a Iguala el 26 de setiembre para recaudar fondos para las protestas que protagonizaban contra unas reformas al sistema educativo que se habían establecido en el 2013.
ADMINISTRABAN LA POLICÍA
Gracias a la detención del líder del grupo criminal Guerreros Unidos, Sidronio Casarrubias Salgado, la semana pasada, se pasó de varias líneas de investigación a una sola, que está relacionada con la red de complicidad que había tejido esta organización con el alcalde, su esposa y la policía.
La organización recibía del alcalde hasta 220.000 dólares mensuales para que administre la policía municiapal. Además, los criminales se encargaban de la selección de los nuevos agentes policiales.
Luego del crimen, el acalde pidió licencia del cargo y se encuentra prófugo.
En tanto, se sabe que María de los Ángeles Pineda es hermana de dos narcotraficantes del cártel de los hermanos Beltrán Leyva, del que se escindieron varias organizaciones rivales entre sí, entre ellas Guerreros Unidos y Los Rojos.
LAS FOSAS
Una vez detenidos por la policía de Iguala, los estudiantes fueron llevados hasta un cerro ubicado en Pueblo Viejo, en donde se han encontrado nueve fosas, controlado por un lugarteniente de los Guerreros Unidos de nombre "Gil".
Murillo Karam explicó que en las nueve 9 fosas han sido hallados 30 cadáveres. Pero los informes preliminares señalan que no pertenecen a ninguno de los 43 estudiantes de la escuela magisterial de Ayotzinapa.
'Gil' está prófugo junto con otros dos miembros del cártel que presuntamente ejecutaron las órdenes de Casarrubias (cabecilla de Guerreros Unidos) para asesinar a los estudiantes, por lo que "su detención es crucial para la investigación y localización de los estudiantes", dijo el fiscal.