Leopoldo Brenes (izq.) y Silvio Báez caminan por las calles de Diriamba el día en que fueron agredidos cuando defendían a ciudadanos en la iglesia de San Sebastián. (Foto: EFE)
Leopoldo Brenes (izq.) y Silvio Báez caminan por las calles de Diriamba el día en que fueron agredidos cuando defendían a ciudadanos en la iglesia de San Sebastián. (Foto: EFE)

“Bueno, hermano, ahora sí literalmente esto me está costando sangre”. Este fue el mensaje que Silvio Báez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, le envió a uno de sus hermanos luego de la agresión física que él y otros religiosos sufrieran a manos de paramilitares el 9 de julio en .

Diez días después, el presidente nicaragüense, , acusó de golpistas a los obispos de la Conferencia Episcopal Nicaragüense (CEN) por sumarse al pedido de adelanto de las elecciones generales a marzo del 2019.

Solo tres meses antes, el régimen orteguista había urgido a esos mismos clérigos a actuar como mediadores en el diálogo nacional para salir de la crisis iniciada hace cien días.

Acaso atacar a los religiosos pueda ser uno de los mayores errores estratégicos de Ortega, que tras perder las elecciones de 1990 se acercó a la Iglesia Católica e incluso pidió perdón por los ataques sandinistas contra ella en la década del 80.

Y es que el clero mantiene intacto su prestigio en el país centroamericano. En diálogo con El Comercio así lo corrobora Azahálea Solís, activista de Coalición Cívica y representante de la sociedad civil en la mesa de diálogo hoy en pausa. “La CEN es la única institución con credibilidad en el país, y este reconocimiento ha crecido en estos tres meses porque el pueblo ha visto a obispos y sacerdotes actuando frente a la represión”, señala.

448 muertos se han registrado entre el 19 de abril y el 25 de julio, según la ANPDH. Además, hay 595 desaparecidos.

383 víctimas mortales eran civiles, 40 eran paramilitares y miembros de fuerzas de choque, 24 policías y un militar. 

Solís no ve opción de que pueda imponerse otro mediador –“el pueblo haría una fuerte presión en contra”– por más que algunos comandantes de la revolución sandinista, como Jaime Wheelock, hayan subrayado que “la Iglesia no es un mediador constructivo porque algunos quieren que se vaya Ortega”.

Diez obispos constituyen la CEN y cinco de ellos han intervenido activamente en la comisión de mediación. Pero son dos los que se han convertido, a juicio de Ortega, en sus mayores adversarios.

–Sabio y tuitero–

Silvio Báez tiene 60 años y es llamado el obispo intelectual por su vasto conocimiento de las Sagradas Escrituras y su dominio de cinco idiomas.

Luego de vivir casi treinta años fuera del país, regresó a Nicaragua en el 2009 desde Roma y apenas al año siguiente fue designado personaje del año por el diario “La Prensa” –el más importante del país– en mérito a que “se ha colocado como una de las principales voces críticas contra los desmanes de la clase política nacional”.

“Para ciertos sectores, es incómodo que un obispo hable de derechos humanos y del compromiso por el cambio de las estructuras injustas”, puntualiza Israel González, periodista nicaragüense experto en asuntos religiosos.

Báez se mantiene muy activo en las redes sociales. Su cuenta de Twitter rebosa de mensajes de esperanza y de preocupación, así como de agradecimiento y réplica a los mensajes de jerarquías católicas de otras naciones.

(Foto: Reuters)
(Foto: Reuters)

–Un pionero del pueblo–

Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, acaba de cumplir 69 años. Fue el tercer clérigo centroamericano en alcanzar la distinción de cardenal.

Proveniente de una familia de origen humilde, entre 1991 y el 2005 fue obispo de la diócesis de Matagalpa, una de las regiones que más sufrieron con los embates de la guerra civil de los años 80.

Larga historia

►Contra Somoza
No es nueva la presencia de la Iglesia Católica en la política nicaragüense. La jerarquía conservadora condenó la dictadura de los Somoza.
►Bienvenida a Ortega
En julio de 1979, cuando los sandinistas de Ortega llegaron a Managua, el arzobispo Miguel Obando hizo una misa para darles la bienvenida.
►No al marxismo
Cuando el gobierno sandinista robusteció sus políticas marxistas, el Vaticano se puso en contra y hasta suspendió a cuatro curas que tenían puestos en el régimen.
►Extorsión a curas
Durante los años 80, se supo que el régimen de Ortega extorsionó y colocó a sacerdotes católicos en posiciones comprometidas.

“El cardenal Brenes ha sido una voz, una conciencia viva en estas semanas difíciles, se lo ha visto en las procesiones y en medio de la represión tratando de neutralizar situaciones comprometidas, su papel ha sido muy relevante”, nos dice Azahálea Solís.

En sus últimas apariciones, ha elevado la voz diciendo que la Iglesia Católica es perseguida en Nicaragua y aclarando que los templos que han servido de refugio a manifestantes que huyen de los paramilitares y los policías no esconden armas de fuego. 

Álvaro Leiva Secretario ejecutivo de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH)

“No vemos que la paz pueda llegar pronto”

(Foto: EFE)
(Foto: EFE)

Desde hace tres meses, la mayor organización de derechos humanos de Nicaragua tiene trabajo extra. No es solo hacer el recuento de muertos y heridos, es también luchar por la seguridad de los ciudadanos que claman para que cese el infierno en que viven. Así nos lo cuenta su secretario ejecutivo.

—Cien días después de iniciada la crisis, ¿cómo califica la situación del país?
Estamos realmente preocupados de que las protestas cívicas y pacíficas se repriman cada vez con más fiereza, no vemos una pronta recuperación de la paz social que demanda la sociedad nicaragüense.

—¿El diálogo nacional en el país está muerto?
Diría que está en suspenso, la última reunión plenaria entre las partes fue el 16 de junio. Mantenemos la expectativa de que se retome, pero sin una voluntad política sincera del Estado ello será imposible.

—¿La única salida posible a la crisis es el adelanto de las elecciones presidenciales?
La prioridad es sentarnos de nuevo para ejercer el diálogo sin condicionamientos. Mejor es no tocar ese tema hasta que se reanuden los diálogos.

—¿El régimen de Ortega ha perdido el control de los paramilitares en la represión o está todo orquestado?
El gobierno tiene la grave responsabilidad de responder por lo que pasa, desde nuestra última medición el número de muertos ha subido en más de 90, hasta llegar a 448. Además, contabilizamos 2.830 heridos, entre graves, menos graves y leves. Hemos lanzado un grito de auxilio a la comunidad internacional.

— ¿Está satisfecho con la respuesta de esta?
Tanto de los pueblos como de los gobiernos amigos esperamos una atención e incidencia permanente y contundente. Uno siempre desea más.

—¿No ha sido entonces suficientemente fuerte?
En medio de los parámetros del derecho internacional, entendemos las grandes limitaciones que tiene la comunidad internacional. Pero la solidaridad con el pueblo de Nicaragua tiene que continuar.

—Las cifras de víctimas que da su organización son mayores que las de otras. ¿Por qué difieren tanto?
Tenemos distintas fuentes de información, acaso el trabajo territorial y área de cobertura es mayor en nuestro caso. Las víctimas nos han denunciado directamente los hechos.

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