La ciudad de Río de Janeiro está experimentando una explosión de casos de covid-19 en estos primeros días del año. Desde el lunes, se generan largas filas de personas con síntomas en puestos de salud, farmacias y laboratorios. La mayor demanda de testeos después de las Fiestas coincide con la llegada de la variante de ómicrón al municipio. Y es que, a pesar del apagón en la base de datos del Ministerio de Salud, las cifras oficiales ya comienzan a mostrar un crecimiento vertiginoso en los casos de coronavirus.
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El panel del municipio de Río muestra que, el 12 de diciembre, solo 18 personas fueron diagnosticadas con la enfermedad. El día 25, el número de infectados saltó a 269 y, el 1° de enero, subió a 1238. En una semana, desde Navidad hasta Año Nuevo, el aumento fue del 360%. Si se considera el período de 20 días, la subida fue del 6.778%.
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La ciudad no ha tenido tantas personas confirmadas con la enfermedad en un solo día desde el 30 de agosto, cuando aún enfrentaba la ola de enfermedad causada por la variante delta. Este número de 1238, que se refiere al número total de pacientes que informaron haber comenzado a sentir los síntomas de la infección el 1° de enero, debería aumentar ya que los nuevos casos tratados en los próximos días aún pueden ingresarse al sistema.
Durante el fin de semana, las imágenes de las playas de Río repletas de gente festejando Reveillon (Año Nuevo) frente a un show de fuegos artificiales dieron la vuelta al mundo.
Falta de números
Otra estadística publicada por el panel de la ciudad muestra la cantidad de registros de casos diarios. El lunes y martes se registraron 6307 notificaciones, pero la Secretaría de Salud municipal señala que la cifra se vio afectada por el bache provocado por el hackeo al sistema del Ministerio de Salud el 10 de diciembre.
El avance de la enfermedad se refleja en la tasa de positividad, que pasó del 13% la semana pasada al 41% en los primeros días del año. Este es uno de los indicadores que indican que la curva de contagio debería subir aún más. Los datos incluyen pruebas realizadas en redes públicas y privadas. Solo en las unidades de la ciudad, la positividad fue del 17% ayer. El gran volumen de personas que se están realizando pruebas retrasó la carga de resultados en los sistemas.
Desde la primera semana de 2021, cuando Río enfrentaba la segunda ola del coronavirus, la ciudad no tenía un porcentaje de casos positivos tan alto como ahora. Desde entonces, la ciudad no ha cruzado la barrera del 40%. En ese momento, sin embargo, el número de hospitalizados rondaba los mil, con 500 en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI).
Largas filas
Las filas de este miércoles en el Parque Olímpico, donde hay un puesto de vacunación y testeos, son una postal de este resurgimiento de la enfermedad. Un residente de Cachambi, conductor de una aplicación de 47 años, Julio Friques, comenzó a tener síntomas de resfrío el lunes. Ayer, él y su esposa fueron en busca del examen: ambos tienen Covid-19.
“Pasé la víspera de Año Nuevo con la familia, pero soy un conductor de una aplicación [de transporte] y es posible que me haya infectado en el trabajo. Llegamos a la clínica alrededor de las 12.30 pm, y me atendieron dos horas después, pero pasaron casi cuatro horas antes de que me dejaran ir. Tengo las dos dosis [de la vacuna] y me iba a dar la tercera ahora”, cuenta.
En 2021, Río experimentó tres oleadas de la enfermedad en la ciudad, que coincidieron con la llegada de variantes del coronavirus. Los expertos estiman que, con la llegada de la ómicron a la ciudad, la tendencia es que el proceso se repita.
Diego Xavier, epidemiólogo e investigador de Monitora Covid-19, de Fiocruz, observa que las experiencias de otros países con coberturas de vacunación similares a las de Brasil muestran que el número de casos debería aumentar. Según él, el hecho de que tanta gente esté viajando durante las vacaciones de enero es preocupante: “Todo indica que vamos a tener un ‘susto’, pero tenemos un factor atenuante, que es la vacuna. Lo bueno es que no hemos estado viendo un aumento de muertes y casos graves, como sucedió en otras oleadas de la enfermedad, y esto solo puede ser el efecto de la inmunización”.
Por Felipe Grinberg
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