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Tras la tragedia del niño brasileño que perdió un brazo al ser atacado por un tigre en el zoológico del estado de Paraná, el miércoles pasado, la policía aún investiga para determinar responsabilidades.
“El padre dijo que estaba viendo a su hijo de tres años cuando el mayor, de 11, se separó. Cuando se dio cuenta, según contó, ya era demasiado tarde y solo corrió para socorrerlo”, precisó Denis Merino, responsable de las investigaciones.
El día del trágico hecho, algunos testigos indicaron que el menor cruzó el cerco de seguridad para acercarse al tigre luego de recibir el aliento de su padre, quien ha sido identificado como Marco Antonio Rocha (43).
Rocha vive con su hijo mayor en Sao Paulo y había llegado a la localidad de Cascavel para visitar a su esposa y al pequeño de tres años.
Si se comprueba que alentó a su hijo a cruzar el cerco de seguridad, podría ser condenado por lesión corporal, delito que es castigado con una pena de entre dos a cinco años de cárcel. Los cuidadores del recinto también serán incluidos en el proceso.
Después del hecho, Rocha declaró ante las autoridades y de inmediato se dirigió a cuidar a su hijo al Hospital de la Universidad del Oeste de Paraná (HUOP).