El papa Francisco logró lo que quería, un encuentro cara a cara entre el presidente Juan Manuel Santos y el senador Álvaro Uribe Vélez.
Mediante lo que llamó "cultura del encuentro" los juntó, pero lo cierto es que ellos ni se revolvieron ni se revolverán así haya una bendición papal de por medio. La distancia entre el ‘Sí’ y el ‘No’ frente a lo que representa el acuerdo con las FARC para el fin del conflicto se mantiene.
A la salida del encuentro, Uribe Vélez resumió la reunión así: “En la democracia no hay odios, pero sí hay convicciones”.
La frase, que reconfirma su postura radical sobre el acuerdo con las FARC, no despertó oleadas de críticas en Colombia ni aplausos. La visita, de hecho, prácticamente había generado expectativas solo en los representantes de la Iglesia católica. Para muchos ciudadanos, Colombia está frente a una reconciliación a todas luces imposible.
El papa Francisco los convocó a ambos. Se reunió con cada uno en audiencias privadas. Luego los sentó frente a su escritorio, quizá con la esperanza de una reconciliación, pero tan solo logró decoro y reverencia, como seguramente ocurre con todos lo que son convocados por Su Santidad.
El Papa abrió la puerta a “un diálogo sincero entre todos los actores de la sociedad colombiana en este momento histórico”, según lo expresó el Vaticano en su comunicado oficial, pero ese diálogo le dijo a Colombia lo que ya se sabía: que no hay punto de encuentro.
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--- Los votos de la Iglesia católica que no surtieron efecto ---
Monseñor Darío Monsalve, de Cali, expresó que el resultado del encuentro sí produjo una ingrata sorpresa: “Nos sorprendimos y esperábamos una flexibilización, una distensión, un espacio de definición que le abriera horizontes a la aplicación de los acuerdos y la extensión de estos a otros grupos armados. Pero ese no parece ser el espíritu que anima a los sectores que tienen la hegemonía política como son Uribe y Santos”.
Monseñor asegura que en los corazones de muchos colombianos se ha sembrado una desilusión. “Se esperaba que un viaje tan inesperado y una reunión tan importante ante Su Santidad, entre dos personas que se confiesan católicas, promoviera una actitud mucho más constructiva frente a un país urgido, pero no pasó”.
“Yo esperaba que se convocara a un acuerdo de tipo social, no electoral ni partidista. Pero estamos frente a una involución grande como el ‘Brexit’, la elección de Trump y lo que pasa con el acuerdo de paz en Colombia. Por lo pronto hay que seguir haciendo votos porque el país tenga mejores aguinaldos”, dijo.
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--- Voces conservadoras divididas ---
Mientras el encuentro se daba, voces conservadoras en el Congreso hablaban del tema argumentando que Álvaro Uribe no iba a rechazar la invitación del Papa porque hubiese quedado muy mal parado. Pero era claro que tampoco iba a cambiar su posición y más bien aprovechó ese lugar para amplificar su mensaje.
“Sus críticas son de fondo y él está preparando la plataforma política para el 2018 sustentada en los cuestionamientos hechos al acuerdo con las FARC”, dijo un senador. Sin embargo, prefirió no hablar abiertamente sobre el tema. “No quiero involucrarme”, dijo. ¿Será que la polarización política y la inminencia de las elecciones está llevando a los políticos de todos los colores a reacomodarse? Seguramente.
Nicolás Echeverry, representante a la Cámara por el conservatismo, sí habló de frente sobre al tema: “Resaltamos el interés del Papa y se lo agradecemos, pero jamás hemos debido llegar hasta allá porque deberíamos tener la madurez política suficiente para sobreponer odios y rencores, pero no”.
El congresista considera válidos todos los esfuerzos que se puedan hacer para la reconciliación y el perdón en Colombia, pero la realidad es que seguimos inmersos en la confrontación, radicalización y polarización. “Esto es nefasto. Es lamentable que no seamos capaces de devolverle la esperanza a un pueblo que añora la paz”.
Echeverry asegura que el Congreso tiene una mayoría que acompaña al Presidente en el interés de implementar los acuerdos, pero a su juicio tanto para los del ‘Sí’ como para los del ‘No’ siempre será necesario un diálogo sincero suprapartidista y desinteresado. E incluso va más allá: “Lamentablemente todo esto quedó en el partidor de las elecciones de 2018 y sigue sin haber humo blanco”.
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--- 'La reunión realmente no sirvió' ---
Para el presidente de Fedegán, José Félix Lafaurie, el encuentro con el papa Francisco terminó siendo más de carácter “protocolario” que una reunión de fondo para intentar limar las profundas diferencias que todavía persisten entre el Gobierno y los críticos del acuerdo.
“Las reuniones son buenas siempre y cuando haya un ánimo de encontrar una solución a las diferencias de fondo”, dijo Lafaurie, quien insistió: “Santos defraudó a millones de colombianos que votaron ‘No’ al Acuerdo”.
“La información que tengo señala que la reunión realmente no sirvió para limar asperezas en los temas clave”, indicó.
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--- La desazón de la izquierda ---
“Es un viaje perdido. No sorprende el resultado. Es la reafirmación de lo que se ha visto en este tiempo con un sector empecinado en buscar un modificación imposible del acuerdo de paz y sin voluntad alguna de avanzar en un acuerdo nacional”, opinó el senador del Polo Democrático, Iván Cepeda.
Cepeda es pesimista y cree que, en el estado actual de las cosas, con elecciones en el horizonte, es “francamente imposible” lograr un entendimiento entre Santos y Uribe. “Insistir en asuntos que no se lograron durante el proceso a estas alturas es una ilusión vana”.
Por eso, consideró que ahora la responsabilidad está en el Congreso. Allí, con el acuerdo refrendado y el mecanismo de ‘fast track’ aprobado por la Corte Constitucional, “se deben tramitar de manera eficaz las leyes y los actos legislativos para avanzar en la implementación. Esto es indispensable”.
Según la Biblia, lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre, pero para el caso que ocupa a Colombia, dicha separación ni la iglesia católica tiene forma de recomponerla.
Fuente: El Tiempo / GDA
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