Rio de Janeiro. La policía de Brasil detuvo este lunes a dos adolescentes sospechosos de estar planeando ataques contra sus respectivas escuelas, menos de una semana después de una matanza que dejó siete víctimas en un colegio del estado de Sao Paulo.
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Sin conexión entre sí, los adolescentes planeaban irrumpir armados y provocar numerosas muertes en sus escuelas: uno en Rio de Janeiro (al sudeste de Brasil) y otro en la diminuta localidad de Pontalina (Goiás, en el centro-oeste del país), según la policía de ambos estados.
"Un ex alumno de una escuela localizada en la Praça da Bandeira [zona norte de Rio de Janeiro] estaba enviando mensajes sobre un atentado que cometería en su antiguo colegio", informó la Policía Civil de Brasil al detallar la operación, en la que se incautó de computadoras y celulares.
"El menor estaba exhibiendo, en Internet, fotografías de un arma de fuego y detalles de su [plan de] acción, inclusive con una ruta de fuga (...) Además, navegaba por la 'deep web' e ingresaba a foros sobre atentados efectuados en ambientes escolares", añade la corporación.
El chico detenido en Goiás "tenía planes de ejecutar una masacre en la escuela en la que estudiaba", pero de acuerdo con la policía de aquel estado, declaró que no había llevado a cabo su acción por no tener "acceso a un arma de fuego de repetición", capaz de realizar múltiples disparos de una vez.
Entre los elementos incautados al adolescente, que alegaba sufrir "bullying", figura un arma de fuego no automática que pertenecía a su padre, una capa, una máscara, borceguíes y un arco con flechas.
Según la policía de Brasil, al ser interrogado mencionó dos ataques recientes con amplia difusión en los medios: la matanza de cinco estudiantes y dos funcionarios en la escuela Raul Brasil de Suzano, cerca de Sao Paulo, practicada por dos ex alumnos de 17 y 25 años el 13 de marzo; y el asesinato de 50 personas en dos mezquitas de Nueva Zelanda a manos de un supremacista blanco el pasado viernes.
A pesar de ser uno de los países más violentos del mundo, este tipo de ataques es excepcional en Brasil, que debate si la matanza puede haber sido influenciada por imágenes de tiroteos en colegios y universidades de Estados Unidos y/o a la prédica a favor del porte de armas del presidente Jair Bolsonaro, que flexibilizó recientemente su tenencia.
El peor precedente de una masacre de este tipo en Brasil data de abril de 2011, cuando un ex estudiante mató a 12 alumnos e hirió a otros 20 antes de suicidarse en la localidad de Realengo, en Rio de Janeiro.
Fuente: AFP