La organización Human Rights Watch emitió un informe donde denunciaron que los carabineros, como se le llama a los policías de Chile, han cometido graves violaciones a los derechos humanos durante las masivas protestas que comenzaron el 18 de octubre.
El documento argumenta que los policías hicieron un uso excesivo de la fuerza en las calles, además de haber cometido abusos durante la detención de los manifestantes. Human Rights Watch se reunió con el presidente de Chile, Sebastián Piñera, el 26 de noviembre para hacerle entrega del informe.
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“Hay centenares de preocupantes denuncias sobre uso excesivo de la fuerza en las calles y abusos contra detenidos tales como golpizas brutales y abusos sexuales que no pueden quedar impunes y deben ser pronta y rigurosamente investigadas y sancionadas”, expresó José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch.
Human Rights Watch entrevistó a más de 70 personas en Santiago y Valparaíso en noviembre para realizar el informe. Dieron su testimonio manifestantes, carabineros, médicos, abogados, académicos, autoridades, entre otros.
A continuación, las 5 claves del informe de Human Rights Watch que condena el accionar de los carabineros:
1. Lesiones oculares
Human Rights Watch indica que, desde el 18 de octubre, al menos 1.015 personas resultaron heridas por impacto de perdigones durante las protestas. Entre las heridas más graves se incluyen las lesiones oculares.
“La escopeta antidisturbios fue la principal causante de más de 220 lesiones oculares documentadas por el Instituto Nacional de Derechos Humanos de Chile (INDH)”, indica Human Rights Watch.
Sobre esta situación, el Ministerio de Salud de Chile indicó el 17 de noviembre que 16 personas habían perdido la visión total en un ojo. Agregaron que 34 pacientes se encontraban heridos de un ojo y que su situación era complicada.
Pero no solo se trata de cifras. Hay testimonios que han causado indignación en la opinión pública chilena. Marlene Morales Canales (33 años) le indicó a Human Rights Watch que el 19 de octubre recibió un impacto de perdigón en el ojo derecho.
Aquel día se aproximó, acompañada de su hija de 14 años, a una multitud cerca a su casa en Santiago. Cuando notó que habían “carabineros a unos 20 metros de distancia, escuchó disparos y sintió el impacto de un perdigón en el ojo derecho”.
Marlene indicó que sangró bastante y que perdió la visión inmediatamente. Tras los disparos, los carabineros también empezaron a usar gases lacrimógenos. Finalmente, los médicos le dijeron que no hay posibilidades de que recupere la vista en el ojo derecho.
2. Uso indebido a de armas
La organización indica que existe un protocolo de Carabineros sobre uso de la fuerza, el cual les exige que su empleo ser proporcional a la amenaza.
Estos estándares exigen que los agentes de seguridad pública recurran en la mayor medida posible a medios no violentos y a desactivar la situación antes de usar armas de fuego.
“Cuando el empleo de las armas de fuego sea inevitable, los funcionarios de seguridad pública deben ejercer la moderación y actuar en proporción a la gravedad del riesgo que enfrentan”, asegura Human Rights Watch.
“El uso deliberado de la fuerza letal solamente es permisible cuando resulta estrictamente necesario para proteger una vida”, agregaron.
La organización recordó que el 19 de noviembre, los carabineros suspendieron de manera provisoria el uso de escopetas antidisturbios durante manifestaciones, mientras no se determine la composición de los perdigones.
“Debido a la falta de precisión propia de estas armas, su impacto indiscriminado y las pruebas de las graves lesiones que han causado, su uso debería suspenderse en forma indefinida en todas las circunstancias, hasta que autoridades idóneas e independientes lleven a cabo una amplia auditoría para determinar los riesgos que entrañan, sostuvo Human Rights Watch.
Sobre el uso del gas lacrimógeno indicaron que aunque no se trata de un arma letal, puede causar graves problemas de salud.
“No debería usarse en espacios cerrados y los cartuchos no deberían dispararse apuntando de manera directa hacia personas, así como tampoco a quemarropa. Las fuerzas de seguridad deberían dar la alerta antes de lanzarlos”, argumentan.
3. Desnudos y abusos sexuales
Human Rights Watch indicó que los carabineros han detenido a más de 15.000 personas y se han registrado varios casos de abusos a sus derechos.
De las 442 querellas presentadas por el INDH en representación de víctimas de abusos, 341 se refieren a señalamientos de torturas y trato inhumano, y 74 a denuncias de abusos sexuales.
“Numerosos detenidos afirman haber sido golpeados brutalmente por carabineros. Otra de las acusaciones más frecuentes fue que carabineros obligaron a detenidos, incluidos niños y niñas, a desvestirse y hacer sentadillas totalmente desnudos en comisarías”, indican.
El texto publicado en la web de Human Rights Watch indica que “los carabineros parecen ser más propensos a obligar a desnudarse a mujeres y niñas que a hombres”.
“Una abogada chilena de derechos humanos nos contó de un caso en donde, a pesar de que hombres y mujeres habían sido detenidos en las mismas circunstancias, carabineros obligaron a desvestirse únicamente a las mujeres. También mencionó otros casos en que carabineros tocaron los genitales de las mujeres tras obligarlas a quitarse la ropa”, indica la organización.
Josué Maureira (21 años) fue detenido, golpeado, obligado a gritar “soy maricón”, violado con un bastón policial y obligado a firmar una confesión preparada por los mismos carabineros en la cual admitía haber participado de un saqueo.
Maureira afirma que ingresó a un supermercado que había sido saqueado, “pues creyó haber escuchado a una mujer que pedía ayuda”.
4. Torturas y más golpes
Los testimonios recopilados para el informe son una alarmante muestra de la brutal represión que vienen sufriendo los manifestantes durante las marchas.
El 20 de octubre en Santiago, Claudio Muñoz (18 años) fue detenido por dos personas vestidas de civil y lo golpearon mientras se alejaba tras arrojar una piedra a un camión policial.
“Lo entregaron a carabineros, que también lo golpearon y lo trasladaron a una comisaría cercana. Allí dentro, más de 10 agentes le dieron puntapiés y puñetazos y lo golpearon con un bastón policial”, mencionan.
Pero la violencia no acabó ahí. Claudio Muñoz fue llevado a una comisaría mas grande donde también lo golpearon y le obligaran a desnudarse para hacer sentadillas. Luego, fue llevado a una celda de 3x3 metros con otros 14 hombres.
Su madre pudo verlo brevemente en la comisaría y notó que tenía la boca y la oreja ensangrentadas, además de golpes en la cabeza. “Aproximadamente a medianoche, un guardia roció a Muñoz y a los demás hombres en la celda con una manguera de agua fría a través de los barrotes, contó. Cerca de las 2 de la mañana, los carabineros metieron a otros 15 hombres en la celda donde estaba”, señala el informe.
El 21 de octubre en Valparaíso, infantes de Marina detuvieron a Juana Molina (seudónimo de una mujer de 39 años), cerca de un supermercado que había sido recientemente saqueado. Los agentes le jalaron el cabello, la arrojaron al suelo y le ordenaron que “caminara como un perro”.
Cuando llegó a una parte donde corría agua, le obligaron a que se arrastrara “como un gusano”. Todas estas órdenes fueron realizadas mientras le apuntaban con sus armas.
“Más tarde la llevaron al supermercado que había sido saqueado, donde los agentes la pusieron contra el piso, que estaba cubierto de vidrios rotos, y le pisaron la cabeza y los pies. Los agentes no llevaban placas identificatorias y tenían sus rostros cubiertos, dijo Molina a los abogados de la clínica jurídica”. Cuando fue llevada a la comisaría, los carabineros la obligaron a firmar un documento que decía que “no tenía lesiones”.
“Mientras estuvo detenida esa noche junto con otras mujeres, los agentes las despertaron en dos oportunidades y no les permitieron ir al baño. El 22 de octubre, fue acusada de robo y liberada pendiente de investigación, con la condición de no acercarse al supermercado”, asegura el informe.
5. Recomendaciones
Human Rights Watch dio una serie de recomendaciones. Entre ellas destaca la necesidad de adoptar un protocolo para que los detenidos sean sometidos a revisiones forenses independientes, que no se realicen frente a carabineros y ocurran a una distancia en la que no puedan ser escuchados.
También sugirieron cumplir la prohibición sobre desnudamiento de detenidos en protestas.
Otra recomendación fue la de instalar cámaras en todas las áreas de todas las comisarías, siempre tomando medidas para garantizar la privacidad de los detenidos.
“Suspender cualquier uso de perdigones —no solo durante manifestaciones— hasta que autoridades idóneas e independientes realicen un estudio adecuado de todos sus riesgos. Estudiar el uso de equipos menos letales alternativos que minimicen las lesiones”, menciona Human Rights Watch en otros puntos.
El informe también menciona que los carabineros han enfrentado condiciones de trabajo extenuantes durante las semanas de protestas. Por tal motivo, recomendaron que los policías deben contar con equipos de protección adecuados, tiempo de descanso considerado y remuneración de horas extra.