Dom Phillips (izq) y Bruno Araújo Pereira desaparecieron en 5 de junio en la Amazonía de Brasil.
Dom Phillips (izq) y Bruno Araújo Pereira desaparecieron en 5 de junio en la Amazonía de Brasil.
Agencia AFP

El periodista británico y el indigenista brasileño Bruno Araújo Pereira, desaparecidos hace 11 días y cuyos cuerpos fueron enterrados en la Amazonía según la confesión de un sospechoso del crimen, eran grandes entusiastas de la mayor selva tropical del planeta.

Phillips, un periodista apasionado por la Amazonía

Phillips, de 57 años, era colaborador del periódico británico The Guardian y trabajaba en Brasil desde hace 15 años.

Vivió en Sao Paulo, Rio de Janeiro y hace algunos años se mudó a Salvador (Bahía, noreste) junto con su esposa, la brasileña Alessandra Sampaio.

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Apasionado por la Amazonía, de la que escribió decenas de reportajes, el periodista británico se encontraba en la región hace varios días trabajando en un libro sobre conservación ambiental y desarrollo local, con apoyo de la fundación estadounidense Alicia Patterson.

En su trayectoria como reportero en Brasil, entre otros temas escribió sobre el avance de la minería ilegal y la agropecuaria en regiones protegidas, en colaboraciones para medios como The New York Times, The Washington Post y Financial Times.

“Amazonía hermosa”, escribió el 30 de mayo en Instagram, una de las últimas publicaciones que compartió, junto a un video navegando por un río en una pequeña embarcación.

Dom Phillips (izq) y Bruno Araújo Pereira desaparecieron en 5 de junio en la Amazonía de Brasil. (EFE/ Joédson Alves).
Dom Phillips (izq) y Bruno Araújo Pereira desaparecieron en 5 de junio en la Amazonía de Brasil. (EFE/ Joédson Alves).

Antes de llegar a Brasil, en 2007, Phillips escribía sobre música en Reino Unido. Fue editor de la revista Mixmag y publicó un libro sobre la cultura de los DJs.

Ese universo cultural le condujo a Sao Paulo, donde acabó quedándose a vivir. “En Brasil se sintió como en casa”, aseguraron la semana pasada en una carta abierta un grupo de corresponsales extranjeros, amigos de Phillips.

Al margen de su profesión, se involucró como voluntario en proyectos sociales en favelas de Rio de Janeiro y Salvador.

Sus amigos lo conocían “como un tipo sonriente” que se levantaba “antes del amanecer para hacer stand-up paddle”, agrega la nota de sus colegas, que aseguran que Phillips estaba esperando “ansiosamente” los trámites “para poder adoptar un niño con su esposa”.

Araújo, un experto “valiente y dedicado” que recibía amenazas

Bruno Araújo Pereira, de 41 años, era un experto de la agencia gubernamental de asuntos indígenas de Brasil (Funai) y reconocido defensor de los derechos de estas comunidades.

Fue coordinador regional de la Funai de Atalaia do Norte, municipio adonde se dirigían con Phillips cuando desaparecieron.

Además, coordinó la unidad de Indígenas Aislados y Recién Contactados de la Funai, donde tuvo a cargo una de las mayores expediciones de los últimos tiempos para contactar grupos aislados y evitar conflictos entre etnias.

Un oficial de la policía federal escolta a un sospechoso hacia un río en el área donde desaparecieron el experto indígena Bruno Araújo Pereira y el periodista británico independiente Dom Phillips. (Foto AP/Edmar Barros).
Un oficial de la policía federal escolta a un sospechoso hacia un río en el área donde desaparecieron el experto indígena Bruno Araújo Pereira y el periodista británico independiente Dom Phillips. (Foto AP/Edmar Barros).

Actualmente estaba de licencia laboral, dedicándose junto a oenegés a proyectos para mejorar la vigilancia en las aldeas del Valle del Yavarí, un territorio indígena remoto en la frontera con el Perú, amenazado por la presión de narcotraficantes, pescadores, madereros y mineros ilegales.

Su trabajo en defensa de los pueblos indígenas le valió frecuentes amenazas de estos grupos criminales.

Cuando desaparecieron, Araújo Pereira acompañaba al periodista británico como guía, en su segundo viaje juntos por esa región aislada de la Amazonía desde 2018.

El indigenista estaba casado y es padre de tres hijos. Cada vez que entraba en la selva, traía “esa pasión con el propósito de ayudar al prójimo”, declaró su familia en un comunicado divulgado días después de la desaparición.

Era “valiente y dedicado”, dijo Fiona Watson, directora de Investigación de la ONG Survival International.

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