“Así tengamos dos páginas, no importa con tal de salir”
“Así tengamos dos páginas, no importa con tal de salir”
Redacción EC

GABRIELA QUEVEDO CASTAÑEDA (@gabrielaquev)

Desde hace 110 años, todos los días a las 4:00 a.m., los quioscos de Lara -uno de los 24 estados federales de - ofrecen entre sus diarios a “El Impulso”, el periódico más antiguo del país que gobierna .

Justamente, una de las disposiciones económicas más parcializadas del régimen que sigue el modelo chavista ha mandado al paredón a “El Impulso”, c
omo ha ocurrido con varios diarios. La escasez de divisas ha , lo que haría que el periódico más antiguo de la nación bolivariana deje de imprimirse.

“Ahora resulta que nos vamos a en una supuesta democracia”, asegura el presidente de “El Impulso”, Carlos Eduardo Carmona. Aunque le cueste admitirlo, el diario de su familia tiene las horas contadas.

— ¿Desde cuándo está a cargo de “El Impulso”?
Yo estoy a cargo desde hace siete años como presidente y 31 años en diversos cargos. Esta es una empresa familiar. Yo pasé desde motorizado a administrador, a relaciones públicas, etcétera. Y a raíz del fallecimiento de mi padre [Juan Manuel Carmona], hace siete años, mis hermanos me pusieron bajo la responsabilidad de la presidencia.

— ¿Qué va a pasar en un par de semanas con el diario?
En tres semanas, si vamos a ser acertados, la idea es no cerrar, no tener fecha de defunción, no está prevista una fecha de muerte. Estamos agotando todas las instancias posibles. Así sea que nos tengamos que reducir a dos páginas, no me importaría con tal de seguir circulando. Pero la situación es tan grave que ningún proveedor quiere enviar papel para Venezuela hasta que no se paguen las diferentes deudas. 
 
— De acuerdo, pero al cabo de estas tres semanas ni siquiera la idea de circular con un diario de dos páginas sería posible, ¿cierto?
Es totalmente cierto, pero es una manera de tratar de sortear el escenario que no me quiero plantear. Estás viendo una realidad frente a tus ojos: vas a caer al abismo, pero yo me niego a caer todavía. En realidad sería muy sencillo decir: mira, cerramos, no sé qué va a pasar después, pero se cierra el periódico más antiguo del país. Suponemos que la sociedad se va a molestar mucho, porque están financiando a un medio por su forma de decir la verdad. Y a ningún presidente parece que le gusta que le digan las verdades.

— ¿Cómo está afrontando el potencial cierre del periódico?
Desde setiembre del año pasado nos hemos ido reduciendo. Pasamos de 32 a 28 páginas primero, y así sucesivamente. Eliminamos la revista, algunas cosas en la portada. Finalmente, llegamos a dieciséis [páginas], un solo cuerpo. Pero, en fin, son medidas de emergencia. Hemos armado un reportaje en el que hemos colocado todo esto por fechas para que los lectores lo sepan. 
 
— ¿Acudirá a instancias de justicia internacional?
Se ha solicitado un amparo, que es una medida legal gestionada a través de tribunales locales para que estos resuelvan a corto plazo. Dar este paso es obligatorio para ir a lugares internacionales. Yo tengo a bien seguir esto en la Comisión de los Derechos Humanos y en la ONU, pero tengo que dar el paso previo que es la denegación de la justicia. Por ende, tengo que solicitar su apoyo y así queda constancia de la denegación. El cierre del diario, si llega a pasar, eso sería evidencia.

— ¿“El Impulso” ha atravesado otro episodio en el que haya avizorado su cierre antes de verse amenazado por la escasez de papel?
Hace seis años, volviendo de una reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa, donde cuestionamos severamente lo que estaba ocurriendo en Venezuela, nos enviaron al Seniat, que es el órgano regulador de impuestos. Este ente nos hizo una investigación relámpago y en tres horas de inspección nos encontraron tres fallas que todavía están bajo demanda, porque yo contrademandé las tres fallas. Entonces, ordenaron el cierre del periódico por 24 horas. Lo que hicimos fue imprimir el periódico, con otro diario amigo; entonces, logramos circular al día siguiente a las cinco de la tarde. Fue la primera gran represalia.
 
— ¿Cuántas personas laboran en “El Impulso”?
Tenemos 290 trabajadores en nómina. Entre 42 periodistas, 18 fotógrafos y el resto son administrativos. Hay una cadena mucho más larga, los distribuidores y quiosqueros, que también se verá afectada. De los 290, lo que se ha planteado, si se llega a producir el cierre, que sería uno técnico, es que tendríamos que reducirnos a la página web y tratar de ver cuándo vendría el siguiente barco [con papel] para volver a circular. Todo dependerá de la buena voluntad del presidente Maduro. Pero reduciremos al 70% el personal.

— ¿Qué pasará con los lectores al día siguiente del cierre?
Yo creo que la gente se niega a imaginar ese día. Yo no sé hasta qué punto soportarán la desinformación. Por eso marchamos en respaldo de la libertad de los medios de comunicación.

— Si tuviera que resumir lo que pasa con “El Impulso” en un titular, ¿cuál sería?
Evidentemente, comenzaría con la palabra Maduro. “Señor Maduro, bajo su responsabilidad, nuestro cierre”. Ese sería.

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