Andrés Villavicencio se dio cuenta de que tenía que salir de Venezuela y en menos de media hora cruzó la puerta de su casa con dos maletas armadas a máxima velocidad. Ese sábado 10 de agosto, una camioneta pasó cuatro horas estacionada frente a su vivienda. El conductor tomaba fotos a la fachada, encendía y apagaba el auto, pero no se movía de ahí.
MIRA: Venezuela: Trasladan a 700 detenidos en crisis poselectoral a cárceles de máxima seguridad, según ONG
Casi una semana atrás, Andrés había sido testigo electoral de la oposición en Paraguaná, en el estado de Falcón, durante las elecciones del 28 de julio. Al día siguiente, dos sujetos quisieron entrar a su vivienda diciendo que eran técnicos de la empresa que le brinda Internet. Nunca dijeron sus nombres. Sus rostros estaban ocultos con mascarillas, capuchas y gorras. A diferencia de esa vez, el nuevo visitante no quería ocultarse. Con la matrícula del auto, un contacto ayudó a Andrés a averiguar quién lo vigilaba: “Si puedes irte, hazlo; tu detención es inminente, te van a llevar al Helicoide”.
“Fue un momento muy duro. Al despedirme de mi familia, desconecté el chip de mi teléfono para que no me pudieran localizar. En la madrugada del domingo partí por tierra a Colombia”, cuenta a El Comercio el joven que finalmente se trasladó a Madrid.
🇻🇪 Buenos días.
— Andrés Villavicencio (@AndVilla1) July 26, 2024
4:30 AM y ya estábamos aquí los testigos del Instituto Paraguaná Privado, listos para la instalación de las mesas. Llegamos primero que el chavismo y antes de que abriera la puerta el Plan República.
¡A ganar, cuidar los votos y cobrar esta victoria! pic.twitter.com/4iugzbwPKN
🇻🇪 Con la satisfacción del deber cumplido.
— Andrés Villavicencio (@AndVilla1) July 29, 2024
Tras 19hrs de trabajo, pelear por las actas de las tres mesas y casi ser detenido, ya con actas en mano, pudimos salir a dar el resultado:
Nicolás Maduro: 195
Edmundo González: 1046
Instituto Paraguaná Privado.
📍 #PuntoFijo, Falcón. pic.twitter.com/x6qM9h0sBT
Andrés siente que todo pasó en cámara lenta desde la jornada electoral. Primero lo invadió la esperanza al ver el desempeño de la oposición. “Nicolás Maduro: 195 votos, Edmundo González: 1.046″, se coreó como resultado de las tres mesas de su centro de sufragio. La alegría dio paso a la indignación cuando las autoridades electorales primero se negaron a entregar copias de las actas –algo que el joven nunca vio en los otros siete comicios en los que fue testigo electoral– y finalmente anunciaron como ganador al mandatario chavista, sin publicar el escrutinio mesa por mesa y pese a que las pruebas de la oposición muestran lo contrario. En medio de todo, el miedo crecía en todos los rincones del país.
Desde las elecciones, el régimen no solo ha anulado los pasaportes de cientos de venezolanos, entre ellos testigos electorales –incluido Andrés–, dirigentes políticos y periodistas, sino que ha emprendido una persecución de niveles inéditos para el país.
Tras semanas de ser hostigado por el régimen, y con información confirmada de que mi detención era inminente, he tenido que tomar la decisión más difícil de mi vida: huir de mi país.
— Andrés Villavicencio (@AndVilla1) August 19, 2024
Pero sé que nos veremos muy pronto en una Venezuela en libertad.
🇻🇪 ¡Viva Venezuela libre! pic.twitter.com/FIrxJ2ByYF
Sin garantías
La violencia y la represión poselectoral han dejado hasta ahora 25 muertos y 1.780 detenidos, incluidos 114 adolescentes. Es el mayor número de presos con fines políticos conocido en Venezuela, al menos en el siglo XXI, según la ONG Foro Penal, que señala que antes del 28 de julio había 199 detenidos de ese tipo en el país.
Uno de los líderes políticos privados de su libertad es el exdiputado opositor Williams Dávila, detenido el 8 de agosto en Caracas, durante una vigilia por los detenidos en las protestas. Su familia nunca recibió alguna comunicación oficial de su caso. Se enteraron de que estaba en el Helicoide tres días después y luego una llamada del hospital les hizo saber que había sido internado por una infección.
- Más de 700 detenidos fueron trasladados a cárceles de máxima seguridad esta semana en medio de “irregularidades”, indicó el Observatorio Venezolano de Prisiones.
- La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha alertado de un aumento de “la represión” en Venezuela.
“Cinco días después de haberlo secuestrado, lo llevaron a un hospital. Todo lo supimos por rumores y por conocidos. Hemos acudido a todas las instancias legales y no nos dan respuesta”, dice a este Diario su hijo, William Dávila Valeri, quien radica en España. ¿Qué cargos le achacan a su padre? Nadie lo sabe, pero sus seres queridos presumen que lo acusan de terrorismo o incitación a la violencia, una maniobra usual del régimen. En teoría, le asignaron un defensor público, pero la familia tampoco ha podido hablar con él.
Williams tiene 73 años y una patología en el corazón que hace que su familia tema por su vida. “Eso ha estado en la mente de todos desde hace días. Nos preguntamos qué va a pasar. Ahora está en el hospital; mi padre es una persona mayor. No sabemos si lo van a sacar y lo van a llevar al Helicoide. Hay mucha gente que desaparece y sus familias no tienen la capacidad de hablar con nadie. Es un drama”, dice Dávila Valeri.
Mi padre @williamsdavila de 73 años, se encuentra, por ahora, estable dentro de la gravedad, recibiendo tratamiento en el hospital. Después de 5 días en El Helicoide, fue llevado en estado de salud grave. Sería condenarlo a muerte que lo regresaran a ese lugar en su estado actual…
— William DavilaValeri (@ieWilliamDavila) August 17, 2024
“No sabemos qué va a pasar y, a pesar de todo, nosotros tenemos cierta suerte porque logramos enterarnos de dónde está mi papá, pero hay mucha gente que no sabe el paradero de su familiar”.
William Dávila Valeri
"Precedentes de horror"
Dentro de Venezuela, Andreína Baduel ha confirmado que el régimen siempre puede ser más cruel. Su padre, el general Raúl Baduel, exministro de Defensa que desafió a Hugo Chávez, murió en prisión en octubre del 2021. La causa oficial fue COVID-19, pero su familia y organizaciones como Provea señalan que su salud empeoró tras una intervención quirúrgica realizada contra su voluntad mientras estaba en los calabozos del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional conocidos como La Tumba.
Pero para Andreína el mayor recordatorio del horror que viven los presos políticos es su hermano Josnars, detenido desde hace cuatro años y sentenciado hace poco a la pena máxima de 30 años acusado de “conspirar” contra Maduro. En abril último fue trasladado al Rodeo 1, descrito como un centro de torturas a las afueras de Caracas. Su hermana cuenta que él está en una celda de dos por dos metros, donde solo tiene una letrina y una cama de cemento. No tiene acceso a la luz solar y está aislado las 24 horas. Tiene, además, restricciones de alimentación, de hidratación y de medicación.
“Lo vemos a través de un vidrio y nos comunicamos por un teléfono, pero no conforme con todas estas violaciones de derechos humanos, tanto él como los familiares que ingresamos a ese centro de tortura somos encapuchados para llegar al área de visita donde ni siquiera podemos darle un abrazo a nuestro familiar”, señala a El Comercio.
Andreina Baduel levantó nuevamente la voz por los presos políticos
— Francisco Caceres 🇻🇪 (@JFranco_Caceres) August 29, 2024
“Hoy mas de 2.500 familias vivimos este horror de torturas, de violación de derechos humanos” pic.twitter.com/akT74ad7od
“Hay familias que están aterrorizadas con tanta crueldad. No solo se llevan presos a uno, dos, tres miembros de una familia, sino que amenazan y hostigan al resto para que no denuncien”.
Andreína Baduel
La venezolana afirma que todas las víctimas de violaciones de derechos humanos unen esfuerzos para elevar su voz. “Es absolutamente repudiable que en Venezuela las violaciones de derechos humanos incrementen. El régimen ha marcado precedentes de horror. Es un horror esta cantidad de nuevas víctimas; antes éramos cientos de familias afectadas y ahora somos más de 2.500 las que estamos viviendo este infierno”, afirma.
EZEQUIEL MONSALVE
Abogado y coordinador de Litigio Internacional de la organización Defiende Venezuela
La situación de los presos políticos es extremadamente grave por dos razones. Primero, porque se han intensificado los patrones tradicionales de violaciones al debido proceso en situaciones de detenciones arbitrarias. Y, por otro lado, se han evidenciado nuevos patrones como la desaparición forzada de personas, que es casi una regla en este contexto. Además, donde hay detenciones arbitrarias de manera masiva o selectiva, los funcionarios se niegan a dar información del paradero de las personas. Uno acude a las instituciones, no recibe respuesta y luego termina enterándose del centro de reclusión de la persona a través de vías informales.
Otro patrón nuevo es la violación al derecho a la defensa. Se ha prohibido de manera absoluta el derecho a un abogado de confianza. Esto es muy grave porque todo queda en monopolio del Estado y las posibilidades de un juicio justo son muy limitadas.
No existen garantías sobre la integridad personal de los presos políticos en lo absoluto, porque no hay información de su estado de salud ni de su situación psicológica; ni información oficial de los traslados relacionados a los lugares de reclusión. La opacidad en este último caso es grave y por supuesto esto también viola los derechos procesales de los detenidos. Esta es la ola represiva más grande que ha registrado Venezuela en su historia.
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