Roma. El vicepresidente del Gobierno y ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, y la líder ultraderechista francesa, Marine Le Pen, vaticinaron hoy una "revolución" en las elecciones comunitarias de mayo, en las que aspiran a "salvar" Europa dando a sus naciones una mayor soberanía.
Los dos paladines de la extrema derecha se reunieron en la sede romana de un sindicato próximo a la Liga de Salvini y repasaron los puntos de su ideario ante las elecciones europeas del 23 de mayo, de las que, según dijo el político italiano, emergerá un "frente de la libertad".
Ante esa cita, Salvini y Le Pen rechazaron concurrir con una lista electoral única pero el italiano abogó por proponer, "si es posible, candidatos comunes para desempeñar los roles más delicados" al frente de las principales instituciones de la Unión Europea.
"Cada uno expondrá su propia victoria y después nos uniremos en Bruselas", insistió Salvini, mientras Le Pen asentía a su lado.
En este sentido explicó que bajo ningún concepto se pactará con la izquierda europea pero se mostró abierto a la posibilidad de debatir con el Partido Popular Europeo, al que invitó a prefijar su postura a este respecto en su congreso del próximo noviembre.
El ministro italiano consideró que las elecciones implicarán "el final de un recorrido, de una revolución del sentido común que está recorriendo toda Europa" y otros puntos del planeta, y celebró el éxito obtenido en la primera vuelta de las elecciones presidenciales brasileñas por el candidato ultraderechista, Jair Bolsonaro.
"Estamos aquí para dar sentido y alma a un sueño de Europa que los burócratas europeos han vaciado. Los salvadores de Europa están aquí, no en Bruselas", reivindicó el político italiano, a lo que Le Pen respondió entre risas: "¿Dónde debo firmar?".
Le Pen, líder de la Agrupación Nacional (el antiguo Frente Nacional francés) consideró que está próximo "un momento histórico, con 'H' mayúscula, que verá emerger una Europa diferente, la Europa de las naciones, del respeto y de la protección".
La idea de esa revolución, dijo Salvini, es "una comunidad" europea, que no unión, que en las próximas décadas "haga pocas cosas pero bien" y "reconozca la libertad de los distintos países, pueblos y Gobiernos" de legislar sobre agricultura, educación, comercio, economía, pensiones o modelos de familia, entre otros ámbitos.
Entre las pocas competencias de esa hipotética comunidad citó la protección de su frontera externa, y aunque no rechazó la moneda única, sí excluyó estipular acuerdos comerciales comunes con otros países o bloques que "arruinen a los agricultores" locales.
"Somos veintisiete y diferentes (los miembros de la UE tras el Bréxit). Tenemos historias, economías, culturas y exigencias distintas. Pretender decidir todo desde Bruselas, por los veintisiete, es una locura. Nuestra Europa será más respetuosa con las peculiaridades" de cada país, apostó.
Le Pen aseguró que su "primer objetivo" será otorgar más poder a los pueblos europeos: "Estamos en contra de la Unión Europea pero no contra Europa. De hecho queremos salvar a Europa", resumió.
En la persecución de ese ideal, los "enemigos" a batir son "los burócratas atrincherados en los búnker de Bruselas", en palabras de Salvini, que citó al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, o el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, y arremetió con especial ahínco contra los socialistas.
Sobre inmigración, el tema que más réditos políticos ha aportado a Salvini, este acusó a quienes apoyan la llegada irregular de personas al continente de querer "esclavos" y mano de obra barata, un análisis que la dirigente francesa compartió "plenamente".
Ambos defendieron la necesidad de impulsar la cooperación en África para evitar el éxodo hacia Europa y, ante las llegadas masivas, Le Pen planteó que "cada país pueda elegir la política de disuasión" que quiera en su frontera.
Durante el debate también salió a relucir el nombre de Steve Bannon, el polémico ex asesor del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que ahora prepara en Italia una academia para apoyar al frente populista y ultraderechista en Europa.
Le Pen, aunque aprobó esta iniciativa, recordó que Bannon "no es europeo" y, por lo tanto, aseveró que "la fuerza política que nazca de las elecciones europeas seremos nosotros y nadie más".
Fuente: EFE