Era casi mediodía en Salisbury, en el condado de Wiltshire, cuando dos activistas de Just Stop Oil se acercaron corriendo al famoso monumento prehistórico de Stonehenge para rociarlo de pintura naranja en polvo. Esta acción fue registrada en video y en él se aprecia que los manifestantes continuaron pintando la estructura de piedra pese al reclamo de visitantes. Incluso una mujer forcejeó con uno de ellos.
La policía detuvo a los dos activistas. Se trata de Niamh Lynch, una estudiante de Oxford de 21 años, y Rajan Naidu, un hombre de Birmingham de 73 años.
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Esta acción de protesta realizada este miércoles 19 contra el uso de combustibles fósiles se da a puertas de la celebración del solsticio de verano, que suele reunir a miles en Stonehenge. Según señala la organización en su página web, Lynch reclamó que se siga quemando petróleo, carbón y gas.
“Stonehenge en el solsticio se trata de celebrar el mundo natural, ¡pero mira el estado en el que se encuentra! Todos tenemos derecho a vivir una vida libre de sufrimiento”, indicó. Aseguraron también que la pintura está hecha a base de harina de maiz y que pronto desaparecerá con la lluvia.
En total son tres piedras afectadas con la pintura en polvo, según informe de BBC. El arqueólogo Mike Pitts indicó a dicho medio que el incidente es “potencialmente bastante preocupante”, si bien el monumento de unos 5 mil años de antigüedad tiene vallas y su superficie está protegida.
“Son sensibles y están completamente cubiertas de marcas prehistóricas que aún deben estudiarse por completo y cualquier daño superficial a las piedras es enormemente preocupante”, dijo. Además, señaló que en los megalitos hay un excepcional jardín de líquenes.
Por otro lado, el primer ministro británico, Rishi Sunak, calificó la protesta como “un acto vergonzoso de vandalismo”.
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Just Stop Oil: una disyuntiva
En el video de la última protesta se aprecia cómo una mujer trata de evitar que los activistas echen pintura a la estructura de piedra. Pero escenas similares se han repetido en las acciones de Just Stop Oil en los últimos tiempos.
Aunque argumentan que usan la resistencia civil no violenta, también son considerados como radicales. Y es que han atentado contra cuadros y esculturas en museos, han interrumpido eventos musicales, deportivos y de carreras de autos, y también han protestado contra un buen número de locales.
Su actividad parece entrar en una disyuntiva. ¿Estamos ante un activismo comprometido o un mero vandalismo?
Para Alex Huerta Mercado, antropólogo y docente de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), primero se debe entender que “el arte y los monumentos arqueológicos tienen un capital simbólico en el sentido de que se valora como algo correspondiente a la identidad o la memoria de un lugar”. A la luz de los últimos hechos, entre el discurso ecológico y el de la memoria colectiva, señala que todavía prima la segunda.
“El solo hecho de que con estos actos llamen la atención, pero al mismo tiempo generen indignación, nos habla de una desproporción entre el medio y el fin. Por lo que socialmente es considerado vandalismo”, indica a El Comercio. Sin embargo, también considera que llama a pensar la indiferencia ante la depredación y la desaparición del ecosistema.
Pero el punto más crítico ha ocurrido en las carreteras. En redes sociales se puede ver que bloquean las pistas, sentándose frente a los autos, y son los mismos conductores quienes los agreden por interrumpir el tránsito. Otras veces responden vecinos o transeúntes.
Hasta antes del 2023, los manifestantes que bloquearan una autopista podían recibir 51 semanas de prisión o una multa, pero los organismos de transporte han demandado nuevas medidas. En ese sentido, señala un informe de la BBC, el Parlamento aprobó una nueva legislación que reduce el umbral de “perturbaciones graves”, permite a la policía responder a acciones que impidan o retrasen actividades cotidianas y ha tipificado como delito el “bloqueo”.
Según la organización Just Stop Oil, se han producido cerca de tres mil arrestos.
Dos años de Just Stop Oil
Este grupo se formó en febrero del 2022. Menciona en su página web que una de sus finalidades es que el gobierno del Reino Unido deje de otorgar licencias a todos los nuevos proyectos de petróleo, gas y carbón. Para sus actividades cuenta con una fuente de financiamiento a través de donaciones.
El medio de pago es por depósito que puede ser mensual o pago único, y va desde 7 libras a 500 libras. “Sus donaciones hacen posible la acción radical”, indican. Sin embargo, la principal fuente de financiamiento proviene del Fondo de Emergencia Climática, una red estadounidense creada en el 2019 para financiar el activismo climático. Además, según medios británicos, entre los financistas aparece el nombre de Aileen Getty, nieta del magnate petrolero J. Paul Getty.
Señala el diario The Guardian que Margaret Klein Salamon, directora ejecutiva del Fondo de Emergencia Climática, respaldó en el 2023 el financiamiento porque cree que “la protesta disruptiva no violenta es la forma más rápida de crear un cambio transformador”. “Si bien estos activistas son controvertidos, tienen razón en cuanto a la ciencia, en cuanto a la eficacia de su enfoque y son moralmente justos”, apunta.
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Pero la actividad de Just Stop Oil también ha tenido sus divisiones en el lado político y económico. A finales del 2023, el empresario Dale Vince informó que dejaba de financiar por medio de Ecotricity al grupo de activistas pues sus nuevas medidas podrían “alimentar la narrativa de guerra cultural de los conservadores”.
“Un voto por alguien que no sea laborista, o ningún voto, es un voto por otro gobierno conservador, esta vez con el mandato de continuar su cruzada antiverde”, dijo en The Guardian.
Por otro lado, en abril de este año un grupo protestó pegando carteles que decían “Stop Tory Coal” en la oficina del diputado conservador Mark Jenkinson, a propósito de una inversión en minas de carbón. La cadena BBC informó que dos personas fueron detenidas y el parlamentario calificó a los manifestantes de “payasos climáticos mimados de clase media”.
¿Han tenido efecto las protestas?
Fue hace casi dos años que Just Stop Oil saltó a la fama mundial cuando se atacó el cuadro “Los girasoles”, de Vincent Van Gogh, que se encuentra en la National Gallery de Londres. Protestaban contra nuevos proyectos de extracción de gas y petróleo en el país.
Sin embargo, las inversiones en proyectos petroleros no se han detenido. A fines del año pasado, las autoridades aprobaron nuevas perforaciones de gas y petróleo en el Mar del Norte.
Se trata del plan de desarrollo del campo de Rosebank, al noroeste de las islas Shetland. Aseguran que creará empleos y reforzará la seguridad energética británica, informó la agencia AP en aquel momento. La zona alberga uno de los mayores depósitos sin explotar en aguas británicas, con una estimación de 350 millones de barriles de petróleo.
Aun así, las protestas ecologistas por la extracción de petróleo en esta zona continúan en Noruega, Reino Unido, Alemania, Suecia, Países Bajos y Dinamarca, donde también tiene presencia Just Stop Oil.