México va a elecciones generales el próximo domingo 2 de junio con dos mujeres liderando las encuestas: la oficialista Claudia Sheinbaum y la opositora Xóchitl Gálvez, de la alianza PAN-PRI-PRD. La primera es amplia favorita y cuenta con el respaldo del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que dejará el poder el 1 de octubre de este año.
El Comercio conversó sobre la coyuntura política y electoral en su país con el periodista mexicano Ignacio Rodríguez Reyna, quien tiene más de 30 años de experiencia profesional. Ha sido reportero, editor, directivo y colaborador de medios nacionales e internacionales. Actualmente es director general de Fábrica de Periodismo. Fue editor en jefe de la revista Milenio semanal, director editorial adjunto del diario El Universal, director general de la revista Emeequis y asociado fundador y director asociado de la organización Quinto Elemento Lab. Es profesor de la maestría de Periodismo Político en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García y de los diplomados de Periodismo de Investigación del CIDE y de la Universidad Autónoma Metropolitana.
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¿Qué tan importante para México es el hecho de que probablemente tenga a su primera mujer presidenta?
Es un hecho muy relevante, por supuesto, por primera vez en la historia va a haber una mujer presidenta. Pero creo que la segunda pregunta más importante es si eso va a significar un cambio en la conducción política del país, y ahí la respuesta es, me temo, que no. Ello porque cualquiera de las dos candidatas que llegue a la Presidencia gobernará bajo una perspectiva tradicional. En realidad, no veo que vayan a aplicar perspectivas de género en el ejercicio del poder, aunque sin duda habrá diferencias. Pero ambas han subido al poder con la misma lógica con la que lo han hecho los hombres, con una visión autoritaria de poder. Es muy importante saber si será posible que cualquiera de las dos rompa paradigmas y cambie la forma en la que se ejerce el poder, creo que eso sería lo verdaderamente relevante.
¿En la campaña Claudia Sheinbaum no ha ofrecido nada diferente a lo que es la gestión de AMLO, por ejemplo?
Ha hecho énfasis en que hacen gobiernos paritarios, que la mitad de los cargos los ocupan mujeres. En realidad eso no ha significado una gran transformación. Por ejemplo, con AMLO lo que sigue ocurriendo es que en realidad las mujeres sí participan, en un 50% al menos, pero les ofrecen cargos menores. El que asuman posiciones dentro del gabinete presidencial no significa que tengan la autonomía y la independencia para poder tomar decisiones en su área de responsabilidad. Prácticamente es el presidente es quien sigue decidiendo qué hacer y dando instrucciones a sus ministras. Sí hay una visibilización, por supuesto, de mujeres ejerciendo el poder, pero el problema es siempre bajo la tutela y las órdenes de un hombre. Con Claudia Sheinbaum no estoy muy seguro de que se empiece a gobernar con una perspectiva de género, que es como reclaman muchos grupos feministas. Hay que decirlo, Claudia Sheinbaum ha estado confrontada en estos últimos años con grupos feministas, a pesar de que hay un discurso que, evidentemente, pone la participación de la mujer en la toma de decisiones. Hay un discurso en ese sentido, pero a la vez hay grupos de mujeres y activistas que han cuestionado que adopte posiciones muy patriarcales y la propia Claudia Sheinbaum ha descalificado a grupos de feministas que han sido críticos con el Gobierno de AMLO.
¿Qué aspectos positivos destacaría del sexenio de AMLO y qué pasivos le deja al siguiente Gobierno?
Hubo varios aciertos en su gestión. Ha colocado en la agenda nacional y visibilizado a grandes grupos de la población que eran marginados, ahora han recibido una mayor atención por parte del Gobierno. Los programas de ayuda social son muy relevantes porque ayudan a la sobrevivencia de millones de mexicanos que están en pobreza. Ha habido algunas acciones importantes para tratar de fortalecer la capacidad del Estado Mexicano para el cobro de impuestos a las grandes corporaciones. Hubo esfuerzos importantes por tratar de fortalecer la capacidad adquisitiva de los salarios de un grupo grande de trabajadores. Esos son sus activos.
Pero también hay elementos de su ejercicio del poder bastante negativos. Uno es la intolerancia a la crítica. Es un Gobierno intolerante, es muy autoritario, no respeta el mínimo disenso y se ha dedicado a un acoso y hostigamiento sistemático contra aquella prensa independiente que hace un ejercicio de escrutinio del poder público. Eso me parece que ha sido terrible. Dos, también la descalificación de organizaciones de la sociedad civil. Otro de sus pasivos importantes es su ataque contra la división de poderes. Es público su intento de someter al Poder Judicial y también al Congreso para que acompañen sus políticas públicas. Hay un pasivo muy importante que internacionalmente se ha destacado, que es la construcción de megaproyectos faraónicos que han causado enormes destrozos al patrimonio ambiental, el derribo de siete millones de árboles para construir un tren en plena selva maya. La insistencia en estar utilizando combustibles fósiles cuando estamos viendo que la crisis del cambio climático ya está generando perjuicios. Su insistencia en la construcción de una nueva refinería de petróleo que, además, ha salido tres veces más caro del costo planeado. También está construyendo un canal interoceánico con grandes cuestionamientos porque ha implicado despojar a comunidades. Son megaproyectos que se le han impuesto a las comunidades. Hay algo más que me parece muy importante, el abandono y el desprecio absoluto a la ciencia y la cultura.
¿Qué explica que AMLO haya mantenido una alta popularidad a pesar de estos pasivos?
AMLO es un animal político en el mejor de los sentidos, tiene un enorme carisma, tiene una conexión casi religiosa con millones de personas que son convencidos seguidores de su liderazgo. Evidentemente, ha habido también un uso clientelar de recursos del Estado para otorgar una cantidad de programas sociales, que sí tienen un beneficio pero que no van a cambiar el estado estructural de la pobreza en México. Es decir, se ha logrado reducir para ciertos grupos los niveles de pobreza, y eso me parece maravilloso, nadie podría criticar. Sin embargo, el uso político de esos recursos forma un panorama bastante contradictorio.
Entonces él ha apelado al clientelismo, algo que el suele criticar al PRI por ejemplo por lo hecho en el pasado
El PRI tuvo una gran inserción social en México. De hecho se dice que cada mexicano lleva en su ADN un pequeño PRI. Él viene del PRI, de ese PRI acostumbrado al clientelismo y a la utilización y el canje de favores políticos por recursos públicos, programas sociales, que sí evitan que la gente muera de hambre, pero no está cambiando las condiciones estructurales de pobreza. Y AMLO tiene un gran manejo de esta conexión con millones de mexicanos que le ha dado resultados muy positivos, y por eso tiene una gran popularidad. Hay que decir que el país está absolutamente dividido y que él en lo personal tiene una tasa de aprobación por encima del 60%, que ha sido constante. Pero también ha ayudado a formar un país absolutamente polarizado, en el que cualquier disidencia es aplastada y en el que solo se busca imponer por encima del otro una visión única, un pensamiento único, una estrategia única, y me parece que en sociedades como las nuestras es imposible crear por decreto, por una decisión política, visiones únicas, cuando lo que somos es un mosaico de pluralidades que deberían estar enriqueciendo cualquier desarrollo democrático de nuestras sociedades.
Uno de los problemas que preocupa más a los mexicanos es la seguridad. ¿Por qué AMLO no ha afrontado con más decisión este asunto, combatiendo a las grandes mafias del crimen organizado?
Después de venir de un proceso de mucha violencia criminal, su política consistió en abrazos y no balazos. Lo dijo así, después de un par de años se arrepintió y ya no lo ha dicho, pero en la práctica sigue siendo lo mismo. Su renuencia a enfrentar al crimen organizado ha provocado que haya un crecimiento exponencial y que los cárteles, al no haber sido confrontados y realmente desarticulados, se han ido empoderando a tal grado que hoy es un monstruo imparable. El futuro de la democracia en México está amenazado por el crimen organizado. En el período electoral que viene de junio del 2023 al 17 de mayo, ha habido el asesinato de 36 candidatos a puestos de la política local. Pero si les sumas a familiares asesinados de candidatos, personas cercanas, militantes, la cifra sube a 74. Eso habla que, justamente, la disputa por los cargos locales es finalmente donde el crimen organizado puede imponer la violencia político-criminal y, por lo tanto, empezar a crear enclaves de poder político, que es lo que está ocurriendo en México. La política del presidente AMLO ha sido absolutamente ciega, errática, fallida, y no ha avanzado un solo centímetro en poner límites al poder del crimen organizado. Al contrario, dejó que creciera, que se extendiera, en su afán de querer diferenciarse de la política muy sangrienta de ataque sin ton ni son contra el crimen organizado que provocó que durante años hayamos tenido matanzas. Pero su política ha dado resultado igual, de hecho hay un mayor número de homicidios hoy que en gobiernos pasados, con el agravante que no ha habido ninguna política real para confrontar el poder del crimen organizado, que ya no es solo económico. En México ya no hablamos nosotros de narcotráfico, hablamos de crimen organizado porque, aunque siguen haciendo tráfico de drogas, la evolución ha hecho que sean hoy una industria criminal que tiene todos los tentáculos en prácticamente todas las actividades económicas. En muchas zonas del país, el poder real lo detenta el crimen organizado, se calcula que una tercera parte del territorio nacional está bajo su control. En enero, magistrados del poder electoral advirtieron que si sigue esta tendencia, no pasará demasiado tiempo para que el crimen organizado imponga un presidente de la república.
¿Por ahora están imponiendo entonces alcaldes, gobernadores...?
Imponen alcaldes, diputados, regidores, toda la política local lo imponen ellos. Han evolucionado su estrategia y ahora imponen a los directores de seguridad pública. Y al darse cuenta de que hay muchos recursos económicos, hoy también exigen todos los cargos que tengan que ver con obras públicas para manejar los presupuestos públicos. Han creado sus constructoras o han forzado a empresarios constructores a aliarse con ellos para ganar las obras, porque eso representa una tajada más grande del presupuesto público. Además, hay partidos que han rechazado presentar candidatos porque saben que cuando el crimen organizado designa a alguien, se van a convertir en un posible blanco de amenaza o asesinato. La penetración del crimen organizado en la política y su expansión territorial son amenazas fundamentales que el presidente no quiso afrontar. Yo puedo entender que él quiso atender las causas sociales de por qué los jóvenes deciden incorporarse a las filas de los criminales: por falta de oportunidades, por la nula posibilidad de obtener ingresos. Una una hipótesis no probada dice que atacando esas causas se reduciría la base social del narcotráfico. El problema es que no ocurrió nada de esto, y al contrario, el narcotráfico se han fortalecido.
¿Ve a las dos candidatas favoritas implementando una política de seguridad distinta a la de AMLO?
Otro de los pasivos es el proceso de empoderamiento de los militares, hoy el Gobierno de AMLO no se explica sin el respaldo del Ejército. Se ha cuantificado que en este sexenio, los militares han asumido tareas que les correspondían a los civiles de una manera exponencial, hay un estudio que ha encontrado más de 200 tareas y presupuestos que correspondían a civiles y que hoy han sido trasladados al ejército, que ha adquirido un poder político y económico nunca antes visto. Este Gobierno por primera vez fomentó e impulsó la creación de empresas militares. El pasado de los militares en México, como en otros países de la región, habla de que cuando adquieren poder se ven tentados de asumir posiciones que van en contra del régimen democrático. Este Gobierno les ha dado una capacidad económica enorme y la candidata del oficialismo, Claudia Sheinbaum, ha dicho que va a continuar gobernado con los militares. Y la candidata de la oposición Xóchitl Gálvez ha dicho que va a retirarlos de tareas que no tendrían que estar haciendo. Por ejemplo, ellos administran aeropuertos, hoteles, el Tren Maya, construyen bancos, obras de infraestructura. Gálvez los va a mantener en tareas de seguridad. En ese sentido, hay un giro en la política.
¿Por qué llega la oposición a estas elecciones con pocas opciones de ganar?
Las encuestas calculan 10 puntos de diferencia en favor del oficialismo. Pasa eso porque la oposición en México también es impresentable. Está representada por los dos partidos que gobernaron anteriormente, que son el PAN y el PRI. El PRI como sinónimo de corrupción y enriquecimiento y de un pasado autoritario y represor; y el PAN, un partido conservador que en dos gobiernos consecutivos demostró que fue incapaz de articular un proyecto distinto, democrático, que atacara la corrupción. Por el contrario, aparte de su orientación conservadora en lo político, económico, y su acercamiento a los núcleos empresariales, fueron también gobiernos marcados por la corrupción y por su vinculación con el crimen organizado. Entonces, ese es el gran problema que hemos detectado, el país está sometido entre opciones políticas que tienen secuestrada a la sociedad y que ninguna de ellas representa un cambio democrático al cual quisiéramos aspirar. El pasado rerciente de las oposiciones es lamentable.