“Las colas humanas son extremadamente infrecuentes y generalmente se diagnostican después del nacimiento”, escribieron los médicos en un artículo científico de la revista especializada ‘Journal of Pediatric Surgery Case Reports’ al atender un parto inusual, pues alzaron a una bebé que tenía dicha particularidad.
El hecho se dio en el estado de Nuevo León, en México. Aunque la identidad de la menor no se reveló, la publicación científica precisó que los padres estaban sanos y que incluso tenían otro hijo sin ningún tipo de complicaciones. Este se considera el primer caso en dicho país, aunque a lo largo del mundo hay registros de más.
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De acuerdo con el reporte dos médicos, dirigidos por el doctor Josué Rueda, el embarazo no tuvo complicaciones, pero cuando revisaron al recién nacido vieron que la extremidad sobresalía al final de su coxis. Al parecer, podía moverse sin causarle dolor a la bebé, pero no tenía ninguna clase de movimiento espontáneo. Durante las pruebas, la niña lloró al ser pinchada con una aguja, lo que probaba que había conexiones nerviosas.
“La estructura era suave, cubierta de piel y cabello fino. (...) El bebé lloró cuando le pincharon la estructura con una aguja”, explicaron.
La extremidad solo fue visible fuera del vientre de su madre. Tenía una longitud de 5,7 centímetros, con entre 3 y 5 milímetros de diámetro y se encontraba en la hendidura interglútea.El artículo refirió que el nacimiento de la pequeña había ocurrido con normalidad. Fue una cesárea en un hospital rural. Además, durante el embarazo no hubo ningún registro de exposición a radiación o teratógenos, que son los agentes capaces de los defectos congénitos.
¿Cómo se formó la cola?
Los especialistas describen que hay dos tipos de colas humanas. Las primeras son las pseudocolas, que son crecimientos que se parecen a una, pero en realidad se originan en la columna vertebral o tumores. Por otro lado, las colas verdaderas contienen músculos, vasos sanguíneos y nervios.
Luego de detectar esta anomalía, se hizo una radiografía con la que se descartaron irregularidades o estructuras óseas dentro de la cola. Una ecografía abdominal eliminó también las posibilidades de malformaciones renales y del tracto urinario o reflujo vesicoureteral. La resonancia magnética no reveló tampoco alguna anormalidad cerebral. Su médula espinal también tenía características normales. Como era una bebé sana, la dieron de alta para continuar con su tratamiento ambulatorio.
A los dos meses del parto, la pequeña regresó a ser examinada por los especialistas. Según describieron en el reporte para la revista científica, tenía “el peso y el crecimiento adecuado para su edad”. La cola, así mismo, había crecido 0,8 centímetros “sin evidencia de lesiones cutáneas”.
Luego de la valoración, determinaron que debía extirparse, por lo que anestesiaron a la bebé y le retiraron la cola en un proceso que no tuvo complicaciones. La parte afectada se reconstruyó mediante plastia de Limberg.
“El informe histopatológico reveló que la pieza contenía tejidos blandos, incluyendo tejido fibroadiposo, estructuras vasculares y haces nerviosos, cubiertos por piel, sin alteraciones histopatológicas”, comentaron en el escrito.
Una vez sustraída, la menor fue dada de alta. No registró complicaciones en la recuperación.
¿Era una cola de verdad?
A partir de la clasificación médica, esta estructura podía ser una cola o pseudocola (estas últimas se parecen a una, pero son anomalías de las vertebras, bultos de grasas, entre otros). Sin embargo, gracias a los análisis, se comprobó que era una cola de verdad.
Las colas humanas tiene tejido adiposo, conectivo y muscular. Se diferencian de otras piezas porque no contienen vertebras o alguna estructura ósea.
“No se asoció a otras malformaciones, presentándose también en la región sacrococcígea, que es la localización más frecuente de colas humanas”, concluyeron.
Aunque sería el primer registró de este tipo en México, en Latinoamérica hubo un caso en Brasil. Allí médicos reportaron un niño que nació prematuro de 35 semanas por vía vaginal, el cual tenía una cola de 12 centímetros.
“Mostrando un eje con tejido adiposo, muscular y conectivo neural, además de grandes ramas vasculares y ausencia de tejido óseo o cartilaginoso, clasificado como verdadera cola humana”, sentenciaron en un artículo científico para la revisat ‘Journal of Pediatric Surgery Case Reports’.