México crea batallón militar para cuidar a turistas en sus playas y joyas del Caribe como Cancún

Da la impresión de que la cuna de Cantinflas, Frida Kahlo y Cuauhtémoc Blanco es tierra de nadie. Aun cuando el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se esmere por decir que hay paz y gobernabilidad, la reciente creación de un “batallón turístico” da pistas de todo lo contrario.

Ahora que el crimen organizado atenta en contra del turismo y pone en jaque a un sector que todavía no se recupera de la crisis sanitaria -la ocupación hotelera en el 2019 fue del 60,8%, el año pasado, 25,2%, y ahora va en 37,7%-, es que el gobierno ha decidido poner mano dura.

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En total, este nuevo batallón estará conformado por 1.445 miembros de la Guardia Nacional, quienes se desplegarán desde el 1 de diciembre en varios municipios de Quintana Roo -entre ellos la Riviera Maya- para proteger a los turistas nacionales y extranjeros que lleguen al Caribe mexicano a gozar de vacaciones. Estos casi mil quinientos agentes se sumarán a los 5.386 militares que ya están destacados en el mencionado estado.

Esto se sucede en un contexto terrible para la seguridad en México. En abril de este año, “El País” recordó que “las seis ciudades más violentas del mundo” se encontraban en ese país norteamericano, la cereza del pastel para una estadística nefasta: entre el 1 de diciembre del 2018 y a el 30 de setiembre del 2021 se registraron “100,344 muertes violentas: 97,532 homicidios dolosos y 2,812 feminicidios”.

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Según el portal Expansión, así se confirma que, a la mitad del camino del sexenio del presidente López Obrador, México ha tenido dos de los años más violentos y se prevé que el 2021 se sume como el tercero

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Cifras: homicidios dolosos

A las estadísticas también se les tendrán que sumar eventos recientes, como el tiroteo que hubo a comienzos de este mes en el hotel Hyatt Ziva Riviera Cancún, cuando un grupo de “entre 10 y 15 personas fuertemente armadas llegó a bordo de al menos dos embarcaciones por la playa y fueron directamente sobre dos personas”.

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LA LUPA SOBRE EL PROBLEMA

¿Cómo se puede interpretar la decisión de AMLO? ¿Es una forma de proteger a la gallina de los huevos de oro? Pablo Scuticchio, politólogo argentino e investigador del crimen organizado, explica que hay dos maneras de aproximarse a la decisión del gobierno.

“Desde la más escéptica se puede entender porque este sector representa la entrada de moneda extranjera a la economía. Es un circuito de lujo y, por lo tanto, ingresan muchos dólares. Pero la más benevolente es pensar que se trata de una respuesta rápida a una amenaza”.

“En todo caso, no se puede saber realmente lo que está ocurriendo, pero ambas versiones son compatibles”.

Scuticchio se distancia de cualquier especulación y recuerda que este tipo de acciones trascienden a un gobierno en específico. “Hay que tener en cuenta que, en México, esto es una suerte de modus operandi”.

Él explica que, cuando hay un crimen muy visible, uno que acapara la atención mediática, los presidentes mexicanos suelen crear unidades policiales especializadas y, a veces, militarizadas.

“Hace un par de años, hubo una serie de extorsiones y robos a mineras de oro. Después de la reacción del sector minero en Estados Unidos, el presidente mexicano decidió crear una policía minera”.

“Así que no hay que sobreinterpretar esta situación. México, desde hace más de 10 años, organiza estas misiones militares en lugares calientes”.

El especialista también anota que pensar que esta situación se debe únicamente a los cárteles o a los que se dedican al narcomenudeo, es insuficiente para entender el problema real.

Para él, si eso sucede es porque es más fácil ponerle un rostro o un nombre al contexto. “Creemos que esto funciona como en ‘El Padrino’, que está encabezado por un Corleone y que todos sus capitanes responden a él”.

Eso se combina con la forma en la que los medios de comunicación simplifican un problema que tiene varias causas.

Es verdad que el narcotráfico está presente y está involucrado, pero hay actores menos conocidos. “Grupos locales más o menos afiliados a grandes organizaciones”.

La extorsión es, anota Scuticchio, uno de los grandes problemas de México, y ello se maneja con “operaciones más artesanales”. El sector del turismo vive dentro de ese ciclo extorsivo al que se le llama derecho de piso y que se desarrolla, casi siempre, debajo de los radares de las autoridades.

No se equivoca. El portal México Evalúa recuerda que, en el 2020, según “el Observatorio de Seguridad y Género de Quintana Roo (OSEGE), [dicho] estado fue el segundo con mayor número de carpetas de investigación sobre extorsión por cada 100,000 habitantes”.

PICOS DE SECUESTROS Y EXTORSIONES

Además, según la Secretaría de Seguridad Pública del lugar, las denuncias sobre este tema al 911 aumentaron cerca del 50% con respecto al 2019.

El medio agrega:

“Según los datos del Secretariado Nacional de Seguridad Pública, delitos como el secuestro, la extorsión, los feminicidios, la trata de personas en sus diferentes modalidades, la venta de drogas, las “ejecuciones y las desapariciones forzadas por particulares han llegado a picos en los últimos seis años y, aunque Quintana Roo está lejos de la incidencia delictiva de otros estados del país, los delitos también se han diversificado hasta llegar al mar”.

Sobre el derecho de piso en el sector turístico, Scuticchio anota:

“Si quieres construir un hotel, tienes que empezar a pagar permisos, cupos. Incluso los empleados de construcción tienen que pagar una cuota diaria para que les permitan entrar al predio a trabajar”.

“Esto afecta a todos, a los hoteles importantes y a los vendedores ambulantes, y todo apunta a que el ciclo se ha venido profesionalizando. Esto no es algo menor y, a diferencia de otros crímenes, la extorsión es muy difícil de medir y perseguir”.

Los testigos o víctimas, por la naturaleza del crimen son reacios a denunciar, y luego, ¿cómo se prueba el delito? “No siempre viene alguien con una pistola”.

Si esto se suma al descontrol de las fiestas –muchos lugares no tienen en cuenta las medidas sanitarias para evitar el coronavirus-, la venta de drogas y al continuo flujo de dinero en efectivo, se puede comprender que hayan organizaciones delictivas interesadas en apoderarse de los territorios.

“No hay mucha evidencia en que a más presencia de la Guardia Nacional menos homicidios”, afirmó a la agencia AP el analista de temas de seguridad Alejandro Hope, al descartar que la decisión del gobierno pueda resolver el problema de violencia en Quintana Roo. Coincidiendo con Scuticchio, Hope alude a la delincuencia organizada por “el cobro de piso (extorsión)”. “El turismo en Quintana Roo es una máquina de lavado de dinero, genera muchos ingresos…es muy atractivo para las organizaciones dedicadas a extraer rentas”, agrega.

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