El caso ha generado versiones encontradas sobre lo que ocurrió el domingo 26 de febrero.
Lo que se sabe es que cinco de siete jóvenes que viajaban de madrugada en una camioneta en Nuevo Laredo, una ciudad fronteriza del estado de Tamaulipas, en el norte de México, murieron después de que efectivos del Ejército dispararan contra ellos.
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La Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) de México admitió el martes que su personal "accionó sus armas de fuego" contra el vehículo. Dijo que el personal disparó "al escuchar un estruendo".
Por su parte, organizaciones de derechos humanos señalan que, de acuerdo con las primeras versiones, los militares dispararon sin previa advertencia e insisten en que los jóvenes no estaban armados.
“Por un estruendo”
El comunicado de la Sedena indica que aproximadamente a las 4:50 a.m. el personal militar desplegado en Nuevo Laredo realizaba reconocimientos en el área "cuando oyeron disparos de armas de fuego, poniéndose en alerta, avanzando a la dirección donde se escucharon".
"Posteriormente visualizaron un vehículo tipo pick up con siete individuos a bordo, que se trasladaba a exceso de velocidad, con luces apagadas y sin placas".
Agrega que los jóvenes, "al observar la presencia de las tropas, aceleraron velocidad de manera intempestiva y evasiva" y que se impactaron contra un vehículo estacionado.
"Al escuchar un estruendo, el personal militar accionó sus armas de fuego", señala el comunicado.
Cinco de los siete jóvenes murieron en el hecho, uno fue internado en un hospital con heridas graves y otro sobrevivió aparentemente ileso.
La Sedena señala que actualmente se están llevando a cabo investigaciones de los hechos con "diversas autoridades", entre ellas la Fiscalía General de México (FGR).
La Secretaría de Defensa Nacional no indicó cómo o dónde disparó contra la camioneta.
Tampoco informó de si se encontraron armas en el vehículo.
Pero el sobreviviente del hecho ocurrido el domingo, Alejandro Pérez Benítez, cuyo hermano Gustavo es uno de los cinco muertos, indicó que los elementos del ejército les "dispararon directamente".
En una entrevista con la plataforma de noticias N+, Pérez Benítez contó que viajaban en la camioneta, después de pasar la noche en una discoteca, cuando fueron abordados por los elementos militares.
"Disparan directamente a través de las ventanas, disparando a quemarropa en contra de nosotros. Me puse de rodillas diciéndoles que no éramos delincuentes, pero ellos ignoraron lo que les decía", contó Pérez Benítez.
Asimismo relató que "alcanzó a ver" como a dos de las cinco víctimas mortales, entre ellas su hermano, las mataron "cuando estaban sometidas en el piso".
Las denuncias
Las muertes de los cinco jóvenes fueron confirmadas el lunes por el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, que informó que los familiares de las víctimas presentaron denuncias contra el personal militar, incluidas tres por homicidio.
"A través de las familias que se han acercado a identificar los cuerpos y a presentar las querellas correspondientes, tenemos cinco fallecidos y un sobreviviente, cuatro querellas en contra de personal militar, tres por homicidio y una por lesiones de un sobreviviente", señaló Raymundo Ramos Vázquez, presidente del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo.
En una entrevista con el periodista Joaquín López Dóriga, Ramos Vázquez indicó que, de acuerdo con testimonios de testigos y evidencia recogida en videos, al salir de la discoteca los jóvenes "se encontraron con cuatro vehículos militares".
"Lo que sabemos por el sobreviviente es que los militares dispararon a la cabina sin previa advertencia, sin agresión de por medio y, obviamente, sin que los militares estuvieran en riesgo", dijo Ramos Vázquez.
Algunos de los testimonios recogidos por el Comité de Derechos Humanos corroboran la declaración del sobreviviente, Alejandro Pérez Benítez, sobre los dos jóvenes heridos que "fueron privados de la vida con un disparo en la nuca".
Sobre la versión de la Secretaría de Defensa de que los jóvenes, al ver a los soldados, "aceleraron intempestivamente", Ramos Vázquez indicó que esa información debe darse a conocer con los videos de las cámaras instaladas en las unidades del Ejército.
Pero además, subraya, el Ejército tiene un protocolo especial que debe seguir en casos como este.
"Hay un protocolo de uso de la fuerza. Ese protocolo marca cinco advertencias antes de tirar a matar. Una de las advertencias es identificarse como integrante de las Fuerzas Armadas, la otra es, en caso de agresión, disparar a las llantas; una tercera es inmovilizar los vehículos y posteriormente disparos de advertencia", señaló el presidente del Comité de DD.HH.
Y agregó que sólo cuando "hay una agresión de por medio se realizan disparos en defensa de la vida".
Alejandro Pérez Benítez asegura que ninguno de los jóvenes llevaba a armas por lo que ninguno disparó previamente contra los elementos del Ejército.
Además del Comité de DDHH de Nuevo Laredo, otros organismos de derechos humanos, como el Centro Prodh, la organización Fundar y Human Rights Watch también están exigiendo que se investiguen los hechos.
La polémica “militarización” de México
Los hechos del domingo ocurren en medio de una creciente polémica por las políticas de "militarización" del presidente Andrés Manuel López Obrador.
En meses recientes el mandatario ha asignado a las Fuerzas Armadas cada vez más tareas de seguridad pública.
Los críticos dicen que los militares no están entrenados para tratar con civiles dentro de un enfoque de seguridad ciudadana.
"Los militares no están capacitados para estar en las calles a pesar de que ya llevamos años con ellos… y seguirán ocurriendo este tipo de hechos", le dijo a El Universal el director del Observatorio Nacional Ciudadano, Francisco Rivas.
"No están preparados para eso; las Fuerzas Armadas están preparadas para otra cosa, por más que sigamos insistiendo… Si vamos a usar mal a los militares, los elementos van a funcionar mal", agregó.
El miércoles el presidente López Obrador declaró que las autoridades de la Sedena "ya están coayudando en la investigación" de los hechos del domingo.
Y aseguró que si los militares “resultan responsables, serán castigados”.