Redacción EC

En la década de los 80, cuando los cárteles de la droga controlaban Colombia a su antojo, una frase se popularizó. “Preferimos una tumba en Colombia a una cárcel en Estados Unidos”, se escuchaba entre las redes del narcotráfico ante la amenaza de la extradición hacia el gigante de Norteamérica. El último miércoles, Gilberto Rodríguez Orejuela alias “El Ajedrecista”, no pudo cumplir aquel deseo. El cabecilla del temido Cártel de Cali murió en una celda de la cárcel federal de Butner, Carolina del Norte.