Redacción EC

Bangkok. El número de refugiados ha aumentado en el sudeste asiático durante el último año y medio, ha informado la Organización de las Naciones Unidas (), a través de su Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR) en un informe publicado este miércoles. La mayoría de ellos son musulmanes que huyen de la represión que esta etnia sufre en .

Según el documento titulado “Movimientos de refugiados en el Sudeste Asiático”, entre enero de 2018 y junio de 2019, 17.907 rohingyás, el 55 por ciento de ellos niños, huyeron de Birmania al complejo de campos de refugiados más grande del mundo en Cox’s Bazar, sudeste de .

“Los rohingyá sufren graves limitaciones de sus derechos humanos fundamentales en su país de origen que les despojan de las oportunidades para tener unas vidas decentes y merman sus esperanzas de un futuro seguro”, denunciaba ACNUR.

En total, unos 906.500 rohingyás viven hacinados en los campos de Bangladesh, de los cuales 741.947 llegaron tras la operación militar lanzada en agosto de 2017 por el Ejército birmano en el norte del estado Arakan, en el oeste de Birmania, contra esta minoría.

La operación militar fue una respuesta a los ataques coordinados contra varios puestos policiales en la zona por parte de la guerrilla del Ejército de Salvación Rohingyá de Arakan (ARSA) y, según una comisión de investigación de la ONU, fue realizada con “intención genocida”.

La ACNUR también señala un repunte en el número de refugiados y migrantes que se ponen en manos de traficantes de persones para huir de Birmania o el sudeste de Bangladesh y cruzar el golfo de Bengala hacia países como Malasia, Indonesia o Tailandia, un viaje que entre enero de 2018 y junio de 2019 han emprendido 1.597 personas.

Esta cifra supone un aumento con respecto a años anteriores, pero es 50 veces menor que la de rohingyás y bangladesíes que cruzaron el golfo entre principios de 2013 y mayo de 2015, cuando las autoridades de Tailandia y Malasia desarticularon las redes de tráfico de personas.

Los viajes que emprenden los refugiados cuando se echan al mar o cruzan el río Naf, que separa Birmania y Bangladesh, son sumamente peligrosos y, según ACNUR, al menos 15 refugiados han fallecido o han desaparecido en los mismos durante el periodo analizado en su informe.

Fuente: EFE