Este martes, el nuevo presidente de Irán, Ebrahim Raisi, pronunció el que hasta el momento es el discurso más desafiante de la 76 Asamblea General de la ONU, al comparar las sanciones dictadas por Estados Unidos con una declaratoria de guerra.
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“Las sanciones son la nueva forma de guerra de Estados Unidos con las naciones del mundo”, dijo en un mensaje pregrabado y reproducido frente a las decenas de líderes mundiales que acudieron a la cumbre.
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Raisi, quien juramentó al cargo el mes pasado, siguió cargando contra Washington al asegurar que “Estados Unidos no se retira de Afganistán e Irak, sino que es expulsado” y que “lo que vemos en nuestra región hoy prueba que no solamente el hegemonista y la idea de hegemonía han fracasado miserablemente, sino también el proyecto de imponer una idea occidentalizada de identidad”.
Pero lo de Raisi está lejos de ser una excepción.
Durante estos 76 años, la Asamblea General de la ONU no solo ha servido para inmortalizar alentadores discursos sobre el futuro del planeta, sino que también ha acogido tensos momentos.
Bolsonaro y la Amazonía
Entre enero y septiembre del 2019 el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil reportó casi 92 mil incendios en toda la región de la Amazonía concentrada dentro de sus fronteras.
El tema se convirtió en noticia internacional entre junio, julio y agosto, debido al imparable avance de las llamas. Grupos ambientalistas señalaron a la tala ilegal y al desenfrenado crecimiento de campos para ganadería como las principales causas de los incendios.
El Gobierno de Jair Bolsonaro, quien llegó al poder ese mismo año, fue criticado por su inacción ante la emergencia ambiental.
Pronto, las críticas dejaron de limitarse a entes brasileños para pasar a organizaciones internacionales e incluso gobiernos, como el de Francia, que urgía a Brasil a resolver la amenaza contra “el pulmón del planeta”.
Con el tema dominando la agenda ecológica global llegó Bolsonaro a su primera Asamblea General. El 24 de septiembre el mandatario brindó un discurso de 20 minutos que se enfocó, principalmente, en arremeter contra sus críticos y exigir respeto por la soberanía de su país.
“Es una falacia decir que la Amazonía es patrimonio de la humanidad y es una idea errónea, como atestiguan los científicos, que la selva es el pulmón del mundo. Recurriendo a estas falacias, algunos países -en lugar de ayudar- se aprestaron a mentir, actuando irrespetuosamente y con un espíritu colonialista”, dijo Bolsonaro.
“Cuestionaron lo que es más sagrado para nosotros: nuestra soberanía”, agregó.
“EE.UU. orquestó el 11-S”
Pocos discursos han generado una condena tan evidente entre los presentes como la que pronunció en el 2010 el entonces presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad.
Durante su participación, el líder iraní decidió poner en duda la versión oficial sobre los atentados terroristas del 11 de septiembre y señaló al Gobierno de Estados Unidos como el autor de los mismos.
“Algunos sectores dentro del gobierno de EE.UU. orquestaron los ataques (del 2001) con el objetivo de revertir su declive económico, mejorar su posición en Medio Oriente y salvar al régimen sionista” de Israel, dijo.
Las palabras de Ahmadinejad provocó que los representantes de 33 delegaciones diplomáticas abandonaran la sala donde se realizaba la Asamblea, en señal de rechazo.
“El Consejo del Terror”
El dictador libio Muammar Gadafi asistió a su primera Asamblea General de la ONU en el 2009, pese a que su régimen se había establecido en el país africano desde 1969.
Durante su extenso discurso, Gadafi arremetió contra el Consejo de Seguridad llegando a compararlos con el grupo terrorista Al Qaeda.
“No debería ser llamado Consejo de Seguridad, debería ser llamado Consejo del Terror”, dijo el dictador dentro de su alocución que se extendió por 100 minutos.
La peculiar intervención no solo se limitó a la ONU sino que también apuntó a Estados Unidos, país al que responsabilizó de desarrollar la gripe porcina poco después de que la enfermedad mantuviera en vilo a gran parte del mundo, y de dudar sobre la versión oficial del asesinato de John F. Kennedy.
“Huele a azufre”
Uno de los discursos más recordados que ha acogido esta cumbre es la que brindó en el 2006 el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
El líder socialista habló un día después que su par estadounidense George W. Bush y no desaprovechó la oportunidad de escribir una nueva línea en la larga lista de calificativos que le había dedicado al republicano.
“Ayer estuvo el diablo aquí, en este mismo lugar, huele a azufre todavía, en esta mesa, donde me ha tocado hablar”, dijo Chávez antes de sacar el libro “Hegemonía o Supervivencia” donde Noam Chomsky denuncia las consecuencias de la política imperialista de Estados Unidos.
Tras la participación de Chávez el libro de Chomsky se convirtió en el más vendido en Amazon.
“Nos están fallando”
Si bien este discurso no se dio durante la Asamblea General, la contundencia del mensaje fue tal que no solo impresionó a los asistentes a la Cumbre de Acción del Clima 2019 de la ONU, sino a todo el mundo.
“Nos están fallando. Pero los jóvenes están empezando a entender su traición”, dijo Greta Thunberg, la joven activista ambiental sueca, conteniendo las lágrimas y reflejando la indignación en el rostro.
El discurso fue la consolidación de la imagen de Thunberg como abanderada en la lucha contra el cambio climático. Muestra de ello fue que pocos días antes de su discurso más de 4 millones de adolescentes se manifestaron en todo el mundo contra la inacción frente al calentamiento global.
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