Para los palestinos, el ex primer ministro Ariel Sharon fue su peor enemigo y así lo hicieron saber tras conocer la noticia de su muerte.
"Sharon era un criminal, responsable del asesinato de (Yasser) Arafat, y esperábamos que compareciera ante la Corte Penal Internacional como criminal de guerra", dijo a la AFP Jibril Rabub, un alto responsable de Al Fatah, el movimiento del histórico líder palestino y del actual presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas.
Hasta la muerte de Arafat en noviembre del 2004, Sharon multiplicó las amenazas contra el dirigente palestino, alimentando las sospechas sobre un envenenamiento, algo que Israel ha negado siempre.
La organización extremista Hamas fue mucho más allá en sus calificativos y uno de sus voceros dijo que espera que “se haya ido al infierno”.
"Rezamos a Alá para que Sharon y todos los líderes sionistas que cometieron masacres contra nuestro pueblo vayan al infierno”, señaló Salah el Bardaweel, un portavoz del movimiento palestino que gobierna la Franja de Gaza.
"Cuando el pueblo palestino recuerda a Sharon, solo recuerda dolor, sangre, tortura, desplazamiento y crímenes", señaló. "Nunca sentiremos pena por su muerte".
Sharon fue declarado responsable indirecto de la matanza, en 1982, en el campo de refugiados de Sabra y Chatila, perpetrada en Beirut por las milicias cristianas libanesas pero bajo la permisividad del Ejército Israelí que había ocupado la ciudad. Sharon era en ese entonces ministro de Defensa.
Sin embargo, el ex primer ministro decidió en el 2005 desocupar los asentamientos judíos en la Franja de Gaza, lo que le valió duras críticas de los colonos y de la derecha israelí más radical.