¿Deberían ser los políticos de Iraq como sus futbolistas?
¿Deberían ser los políticos de Iraq como sus futbolistas?
Redacción EC

Uno de los clubes de fútbol más conocidos de el Kirkuk FC, lleva años en desgracia. La institución es un ejemplo de armonía entre distintas etnias pero en su historia ha soportado todo tipo de avatares, hasta una invasión de ratas en el campo de juego. ¿Podrá renacer ahora que los kurdos han tomado el control de la ciudad?

Con su resplandeciente sonrisa y su corte de pelo a la moda, Ramyar Ahmed es la imagen arquetípica del capitán de un equipo de fútbol.

Pero nuestro encuentro no transcurre en un restaurante caro o en un bar sitiado por paparazzi. Ahmed no recibe su sueldo desde noviembre, así que estamos almorzando en una tienda de kebabs.

"Te he traído al mejor barrio", me dice mientras ríe bajo la mirada asombrada del joven y torpe camarero.

"Éste es un lugar famoso en Kirkuk por las bombas que colocan en los caminos", añade.

El club de Ahmed, Kirkuk FC, fue fundado en las mejores épocas, y ha sobrevivido a las peores.

UNA VISITA POR LAS INSTALACIONES
De las paredes de las oficinas cuelgan las fotos en sepia de los equipos que vistieron su camiseta a través de las décadas, y en la vitrina de los trofeos llena de polvo se amontonan las copas de plata.

Sus instalaciones solían ser la envidia de todos los clubes de fútbol iraquíes.

Su fachada, antigua y elegante, parece haber sido trasplantada de la verde campiña inglesa. Fue construida por los británicos para albergar sus partidos de cricket en los años 40 y la gente de Kirkuk la preservó cuando se adaptaron como tribunas de fútbol.

"Es exacto como el primer día, nada ha sido renovado", dice Serwan Nejim, el encargado de las finanzas del club, cuando me muestra los alrededores.

"Todos los otros equipos querían jugar aquí. Ésta es una institución única en Iraq".

Pero hoy el campo está lleno de hoyos y el césped es amarillo; los vestuarios están vacíos y todo el club está invadido por un aire de abandono.

"En el 2007 fuimos atacados por las ratas. Hay una alcantarilla cerca y ellas cavaron hasta debajo del terreno de juego y luego salieron a la superficie. Nuestro arquero estaba a punto de patear el balón cuando saltó hacia atrás aterrado, ¡la cabeza de una rata se había asomado!".

EL DUEÑO DE LA PELOTA
En los últimos nueve años la multiétnica ciudad de Kirkuk ha estado dividida entre dos poderes.

El gobierno regional del Kurdistán en Erbil sostiene que la ciudad les pertenece, que es la capital histórica de los kurdos iraquíes.

El gobierno central en Bagdad no está de acuerdo y siempre se ha rehusado a renunciar a ella.

Las vastas reservas de petróleo de Kirkuk la hacen muy valiosa para ambas facciones como para dejarla ir.

Mientras Bagdad y Erbil están desesperadas por apoderarse de la ciudad, ninguna de ellas quiere hacerse cargo del club de fútbol.

Kirkuk no está bajo la jurisdicción del gobierno regional kurdo, por lo que el club no puede recibir fondos de ellos. Y quizás por la gran cantidad de jugadores kurdos en sus filas, tampoco recibe dinero del gobierno central.

Kirkuk FC se mantiene alejado de la política y participa en ambas ligas, la iraquí y la kurda. Sus jugadores provienen de las diferentes comunidades de la ciudad.

En el campo de juego, árabes, kurdos y turcomanos son simplemente compañeros de equipo.

Pero justo cuando la temporada comenzaba, el dinero se acabó.

SIN MOTIVACIÓN
Los jugadores del club no eran bien pagados de por sí (el salario de Ahmed es solo de US$350 al mes), pero de repente se enteraron que tenían que jugar gratis.

"Traté de explicare al equipo que se trata del deporte y no del dinero", dice Ahmed.

"Pero los jugadores recibían lo suficiente como para sobrevivir y una vez que perdieron eso, perdieron la motivación".

El equipo comenzó la temporada en el primer lugar de la liga kurda pero una vez que se enteraron de la mala noticia cayeron al quinto puesto.

Por ahora, no parece que el equipo vaya a tener suficientes fondos para competir en ninguna liga en el próximo campeonato, y eso si aún existe Iraq para cuando el campeonato comience.

Pero el desenlace de la crisis actual podría decidir el futuro del Kirkuk FC, e incluso salvarlo.

Desde el colapso del Ejército Nacional Iraquí a comienzos de este mes, la peshmerga -las fuerzas armadas del gobierno regional del Kurdistán- tomaron el control de Kirkuk.

EL GOL COMO ELEMENTO DE UNIÓN
La ciudad se ha vuelto, de facto, parte del estado kurdo, y con el gobierno de Bagdad bajo seria amenaza de colapso, parece que Kirkuk permanecerá en manos kurdos por mucho tiempo.

Ahmed espera que esto suceda porque cree que si el club es financiado desde Erbil puede salvarse.

Pero él añade que los líderes de Iraq deberían mirar a la institución deportiva como un ejemplo de cómo se vería un país pacificado.

"Kirkuk FC es especial, eso es un hecho", dice el capitán.

"Cuando un jugador marca un gol todos los otros jugadores celebran, independientemente de la etnia o la religión.

"Espero que algún día nuestros políticos actúen como nuestros futbolistas. Si así lo hicieran, Iraq sería un lugar mucho mejor".

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