Más de siete meses después de los ataques del 7 de octubre que sirvieron de detonante de la guerra en Gaza, la opinión pública mundial parece haber dado un giro. La solidaridad inicial que obtuvo Israel después del ataque de Hamás ha dado paso a amplias protestas y duras críticas, incluso de países tradicionalmente aliados.
En el terreno, la mayor parte de los rehenes israelíes que fueron secuestrados por Hamás siguen desaparecidos, mientras los líderes militares de ese grupo islamista palestino -como Yahya Sinwar- se han ocultado bajo tierra para eludir la fuerte ofensiva militar ordenada por el gobierno del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, sobre la Franja.
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En la superficie, sin embargo, más de un millón de palestinos han sido desplazados y más de 35.000 han muerto, de acuerdo con las autoridades sanitarias de Gaza, como consecuencia de una ofensiva israelí que ha reducido a escombros buena parte de la Franja.
Esto derivó -entre otras cosas- en protestas en universidades y calles de varias ciudades del mundo; el reconocimiento del estado palestino por parte naciones europeas como España, Noruega e Irlanda, y procesos legales ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y la Corte Penal Internacional (CPI), en los que se le acusa a Israel de genocidio, así como de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
A propósito de la deriva tomada por la guerra en Gaza, BBC Mundo conversó con Alon Pinkas, quien fue jefe de gabinete de cuatro ministros de Exteriores de Israel y participó en los diálogos israelo-palestinos que siguieron a la cumbre de Camp David en el año 2000.
Pinkas, quien fue también embajador de Israel y cónsul general en Nueva York, es una de las voces críticas con la forma en que se ha conducido a la guerra y, en esta conversación, advierte que si Netanyahu mantiene las políticas actuales su país se verá cada vez más aislado.
Israel recibió el apoyo de gran parte del mundo después de que Hamás matara a 1.200 personas y secuestrara a más de 200 durante su ataque del 7 de octubre. Sin embargo, siete meses después ese apoyo parece haber desaparecido. Muchos ven a Israel más como el agresor que como la víctima. ¿Qué ha sucedido?
Bueno, pasaron dos cosas.
La primera fue la desproporcionada represalia militar que llevó a cabo Israel. Puedo entender las razones, incluso puedo justificar el sentimiento, pero la desproporcionalidad continuó durante demasiado tiempo y antes de que te des cuenta -3 o 4 semanas después del 7 de octubre-, el mundo estaba expuesto a escenas de destrucción, matanza y muertes civiles indiscriminadas en Gaza, a lo que siguió una importante incursión terrestre israelí en el norte de Gaza.
Y, de repente, la gente empezó a olvidar qué causó esto y lo que hizo Hamás el 7 de octubre, y lo que vieron cada día fue la destrucción israelí de Gaza. Eso es lo que ha cambiado la opinión pública.
Lo segundo que ocurrió es que a medida que pasó el tiempo, a la gente se le recordó las condiciones que existían incluso antes del 7 de octubre -eso que la gente piensa que es una ocupación israelí despiadada en Cisjordania y un cerco en Gaza- y la gente, particularmente las personas más involucradas políticamente, vieron esto como una prueba y una reivindicación adicional de que Israel es una potencia colonial que desprecia totalmente las vidas y las esperanzas palestinas.
Entonces, sumas los dos y obtienes un cambio importante en la opinión pública mundial.
El gobierno israelí no está de acuerdo con la idea de que está librando esta guerra de manera desproporcionada. ¿Usted considera que esto es una guerra desproporcionada?
Bueno, creo que se podría haber gestionado de manera más inteligente, y esa es la esencia de la crítica estadounidense a Israel: que si bien la guerra en sí es una guerra justa y el uso de los medios militares está justificado, el alcance, la escala y la duración han sido excesivos.
Si Israel hubiera logrado, después de dos, tal vez tres meses, destruir completamente a Hamás mientras intentaba minimizar -ni siquiera digo lográndolo, pero al menos intentando minimizar seria y sinceramente- las muertes de civiles, entonces creo que el mundo sería crítico, pero tolerante de lo que había pasado.
La verdad es que ya son casi ocho meses y no se vislumbra un final. Entonces, sí, en términos de cómo Israel empleó la fuerza militar, estoy de acuerdo con ello.
Sudáfrica ha llevado a Israel ante la CIJ, Turquía ha suspendido el comercio bilateral, la Asamblea General de la ONU ha presionado para el reconocimiento de un Estado palestino, hay protestas en muchas ciudades y universidades contra Israel e incluso el gobierno de Estados Unidos hizo una pausa en la entrega de algunas armas. Y, ahora, el fiscal de la CPI solicitó una orden de arresto contra Netanyahu y su ministro de Defensa, Yoav Gallant.
¿Corre Israel el riesgo de convertirse en un Estado paria?
Eso depende de Israel, depende de si hay un cambio en la política. Mientras este gobierno esté en el poder y Netanyahu sea el primer ministro, no veo cómo cambiará la política.
No creo que Sudáfrica tenga éxito en la CIJ porque están argumentando que esto es un genocidio y para probar eso hay que demostrar que había la intención de cometer genocidio y eso va a ser extraordinariamente difícil.
Sin embargo, si toma todas las cuestiones que usted mencionó y conecta todos los puntos, entonces se presenta un panorama sombrío de un país que todavía no es un paria, pero que cada vez más está aislado y señalado.
Usted ha dicho recientemente que Israel estaba como convirtiéndose en un paria en cámara lenta…
Correcto. Si las políticas persisten, si esta trayectoria de políticas persiste, ese lamentablemente es el camino por el que nos dirigimos.
¿Cuáles son los factores que están contribuyendo al aislamiento de Israel?
Bueno, la política.
El hecho de que Israel no tenga y, de hecho, se haya negado a presentar una política de posguerra en Gaza; el hecho de que Israel haya dicho que no se quedaría en Gaza, pero el hecho de que se quede en Gaza; el hecho de que Israel no esté siguiendo los consejos de EE.UU.
Sumas todas estas cosas y ves el proceso -que llamas- de convertirse en un paria en cámara lenta.
Bueno, esa fue una cita suya. Netanyahu ha dicho que Israel seguirá adelante con la guerra incluso si necesita hacerlo solo...
Eso es una tontería. No puede hacerlo solo. Ese es él siendo arrogante, pero al mismo tiempo incapaz.
Sabe que no se puede y lo dice para consumo interno en Israel.
Las únicas razones por las que dice esto es por razones políticas.
¿Le preocupa el daño a largo plazo a la imagen de Israel en el mundo?
Sí, mucho. Creo que los estadounidenses, el secretario de Estado -Antony Blinken-, advirtieron a Israel que está causando un daño generacional a su propia reputación y marca.
Usted mencionó el futuro de Gaza. ¿Cuál es su opinión sobre la aparente división dentro del gabinete de guerra israelí sobre el futuro de Gaza? Benny Gantz, miembro de ese gabinete, puso una fecha límite para que Netanyahu presente un plan...
Bueno, no. Todo lo que pidió fue que Netanyahu elaborara un plan. Así que es concebible que Netanyahu pueda idear un plan que no tiene intenciones de llevar a cabo y que satisfaría a Gantz.
No veo divisiones reales dentro del gabinete de guerra en este momento.
Pero el Ministro de Defensa, Yoav Gallant, dijo que la falta de un plan estaba perjudicando a Israel y se opone a un gobierno militar a largo plazo por parte de Israel sobre Gaza...
Así es, pero eso es para después de la guerra y la guerra ni siquiera ha terminado, por lo que no puedo decirle que esto refleje algún tipo de división que pudiera causar problemas políticos.
Podría hacerlo si Gantz y Gallant trabajan juntos y le presentan a Netanyahu un ultimátum serio. No un discurso para el público, sino un ultimátum serio: veamos el plan o denunciaremos tu farol.
Entonces, puede que sea útil y sustancial, hasta entonces, todo es chulería política.
Algunas personas señalan las dificultades para la entrada de ayuda humanitaria en Gaza como una señal de falta de empatía hacia la población civil de Gaza por parte de Israel. ¿Qué les diría?
Hubo falta de empatía por la devastación y el dolor que sufrió Israel el 7 de octubre.
Fue sólo después de una gran presión estadounidense que Israel permitió que entrara esta ayuda humanitaria y creo que usted sabe que Israel no puede darse el lujo de seguir siendo percibido como un país que impide la ayuda humanitaria.
El hecho de que Netanyahu no parezca aceptar una Autoridad Palestina que gobierne Gaza, la actual operación en Rafah y el hecho de que su gobierno no parezca capaz o no esté dispuesto a detener las agresiones contra los palestinos en Cisjordania son elementos utilizados por los críticos de Israel para decir que Israel quiere conquistar todos los territorios “desde el río hasta el mar”…
Eso es una tontería. La opinión pública está en contra de esto, no se puede hacer realidad en la práctica y lo que se escucha de los políticos de derecha es simplemente una tontería.
Esto no sucederá. Entiendo que los críticos utilicen esto como un tema contra Israel, pero simplemente no ocurrirá.
Muchos expertos y personas que se consideran amigos de Israel en Estados Unidos y otros lugares hicieron desde el principio llamamientos a Israel para que evitara este tipo de guerra. Argumentaban que le haría el juego a Hamás. ¿Realmente no había alternativas a la forma en que Israel ha librado esta guerra?
Por supuesto, había muchas alternativas.
Amenazar con una invasión, hacerlo rápidamente y primero asegurar un acuerdo para liberar a los rehenes. Había varias otras formas de hacerlo.
Por cierto, empezar por el sur, donde está Rafah, y no por el norte, porque si Hamás está concentrado en Rafah, ¿por qué entonces invadir el norte y provocar una crisis humanitaria?
Había muchas formas operativas militares de conducir esta guerra de manera diferente.
Algunos analistas dicen que esta guerra ha alejado aún más a Israel y a los palestinos y que se necesitarán generaciones para curar las heridas, pero al mismo tiempo hay un gran impulso por parte de Estados Unidos y otros actores a favor de la solución de dos Estados.
¿Cuán cerca o lejos cree que estaremos de eso después de esta guerra? ¿Algo de esto hará que la solución de dos Estados sea más difícil o más fácil?
Esa es una gran pregunta, pero es hipotética. Depende de cómo termine la guerra.
A primera vista estamos más separados, pero también nos damos cuenta de que el status quo no puede sostenerse, por lo que en realidad estamos más cerca, pero no con estos gobiernos.