El avance de los movimientos islamistas que combaten junto a los rebeldes sirios, algunos de ellos vinculados con la red terrorista Al Qaeda, ha puesto en alerta a los servicios de inteligencia europeos, que no han dudado en ofrecer su cooperación al régimen de Bashar al Asad. Así lo confirmó a la BBC el vicecanciller sirio Faisal Mekdad.
"No especificaré, pero muchas agencias de inteligencia extranjeras han visitado Damasco para interesarse por los islamistas", le dijo Mekdad a la BBC.
Quien sí detalló las nacionalidades de los espías ha sido el diario "The Wall Street Journal", que indicó que desde noviembre del año pasado han llegado a Damasco representantes del Reino Unido, Francia, Alemania y España. Todos lo han hecho vía Beirut.
"Cuando estos países piden cooperación en materia de seguridad, parece que hay un cisma entre los líderes políticos [que apoyan a la oposición] y los de seguridad", agregó Mekdad.
"Hablando con franqueza, el espíritu está cambiando", concluyó el vicecanciller.
En las últimas semanas ha causado una fuerte preocupación en Occidente la fragmentación de la oposición siria. Tanto el Frente al Nusra como el Estado Islámico de Iraq y Siria (ISIS) responden a la red terrorista Al Qaeda y se han desmarcado del Ejército Libre Sirio, que agrupa a las facciones rebeldes desde el inicio de la guerra civil en marzo del 2011.
"The Wall Street Journal" precisa que los funcionarios trasladados a Damasco querían información de al menos 1.200 yihadistas que se habrían unido a milicias locales.
Las declaraciones del viceministro Mekdad se conocen un día después de que el presidente francés François Hollande revelara que 700 personas han viajado desde Francia para combatir en Siria.
De acuerdo con la AFP, los yihadistas británicos que combaten en Siria podrían ser entre 200 y 366, según estimó Shiraz Maher, investigador del Centro internacional para el estudio del radicalismo del King's College de Londres.
El mes pasado, el reino Unido y Estados Unidos suspendieron su ayuda no letal a la oposición por sus temores a la influencia de los combatientes islamistas en la oposición.