Tras el ataque sorpresa de Hamás en territorio israelí el 7 de octubre, Israel le declaró la guerra al movimiento islamista palestino y empezó a bombardear Gaza de manera incesante. El ejército israelí ordenó a los cientos de miles de palestinos del norte del enclave ir al sur porque permanecer en sus casas no era seguro. Pero este lunes Israel extendió su operación terrestre también al sur, tras pedir a los civiles que se vayan. Ahora muchos no saben a dónde escapar, pues los palestinos están cada vez más acorralados.
La mañana del domingo, el ejército israelí arrojó panfletos con órdenes de evacuación en varios distritos de Jan Yunis, instando a la población a abandonarlos de inmediato más al sur, hacia la frontera con Egipto.
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Luego, el ejército advirtió a los civiles que evitaran la principal carretera norte-sur entre Jan Yunis y la ciudad central de Deir al-Balah. Sostuvo que esa carretera se había convertido en un “campo de batalla” y era “extremadamente peligrosa”.
A Jan Yunis han llegado cientos de miles de personas que escaparon del norte de Gaza al inicio de la guerra.
De acuerdo con la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), casi 1,9 millones de personas, más del 80% de la población total de Gaza, han sido desplazadas desde el comienzo de la guerra.
Cerca de 1,2 millones de estos desplazados internos se refugiaban en 156 instalaciones de la UNRWA en toda Gaza. Una gran mayoría, casi un millón de personas, se refugian en instalaciones en el centro y sur de Gaza, en lugares como Jan Yunis y Rafah.
Este lunes, decenas de tanques israelíes entraron al sur de Gaza, cerca de Jan Yunis, que tenía una población de 460.000 habitantes antes de la guerra. También ingresaron vehículos de transporte de tropas y topadoras, comprobó la agencia AFP.
“Los tanques están ya en la carretera de Salaheddin”, que cruza la Franja de Gaza de norte a sur, dijo a la AFP un testigo, Moaz Mohammed, de 34 años.
Israel cree que líderes de Hamás se esconden en Jan Yunis. Uno de ellos sería Yahya Sinwar, jefe del movimiento palestino en Gaza, que es de esa ciudad.
En la noche del domingo, el portavoz del ejército israelí, Daniel Hagari, había confirmado que su país iba a extender sus operaciones militares “en el conjunto de la Franja de Gaza”.
Esta nueva fase de la ofensiva terrestre se da a la par de la intensificación de los bombardeos en el sur de Gaza desde el 1 de diciembre, cuando se reanudaron los combates luego de una tregua de siete días que sirvió para el intercambio de rehenes de Hamás por presos palestinos liberados de cárceles israelíes.
Solo el domingo, los ataques de Israel causaron al menos 316 muertos y 664 heridos, según cifras reportadas a Naciones Unidas por la entidad sanitaria de Gaza controlada por Hamás.
“El ejército opera en todas partes donde Hamás tiene bastiones”, declaró el Hagari.
¿A dónde escapar?
La agencia EFE ejemplificó el drama que viven los desplazados al exponer el caso de Ashraf al Nahal, quien junto con su esposa y diez hijos tuvo que abandonar su hogar en el campo de refugiados de Al Shati, en el norte de la franja, para buscar refugio en la ciudad de Gaza, el centro del enclave palestino.
Cuando la ciudad de Gaza quedó reducida a escombros por los bombardeos y se vio rodeada por las fuerzas terrestres de Israel, huyó al sur del enclave, específicamente a Jan Yunis.
Pero ahora que Jan Yunis ha sido calificada por Israel como una “peligrosa zona de combate”, Ashraf al Nahal y su familia tendrán que irse de nuevo.
Los refugios que hay en Gaza ya están desbordados y tanto Israel como el vecino Egipto se han negado a aceptar refugiados.
Además, Israel ha prohibido el regreso de quienes huyeron del norte, incluso durante el alto el fuego vigente hasta hace unos días.
“Mi familia y yo hemos empezado a desear la muerte... al menos estaríamos en paz. Para qué seguir vivos si de todas formas solo viviremos para que los israelíes nos quieran muertos. Si ya estuviéramos muertos, al menos estaríamos libres de toda esta miseria y este dolor”, dijo Ashraf a EFE.
Halima Abdel-Rahman, viuda y madre de cuatro hijos, dijo que había dejado de acatar las órdenes de evacuación de Israel. En octubre huyó de su casa a una zona a las afueras de Jan Yunis, donde se alojaba con familiares.
“La ocupación (israelí) te dice que vayas a esta zona, luego la bombardean”, dijo por teléfono el domingo a la agencia AP. “La realidad es que ningún lugar es seguro en Gaza. Matan gente en el norte. Matan gente en el sur”.
Los que se irán de Jan Yunis tendrán que desplazarse a Rafah, una ciudad ubicada junto a la frontera con Egipto que también ha sido bombardeada de manera regular.
“Las carreteras que conducen al sur, hacia Rafah, están atascadas de coches y carros tirados por burros llenos de gente y de sus escasas posesiones”, dijo Thomas White, director de UNRWA.
EFE explicó que en Rafah ya viven hacinados cientos de miles de desplazados, muchos a la intemperie en pleno invierno, en medio del brote de epidemias, el colapso de los hospitales y la escasez de agua, alimento, medicinas, electricidad y combustible.
La guerra estalló el 7 de octubre tras un ataque de Hamás que dejó más de 1.200 muertos en Israel.
Desde entonces, las fuerzas aéreas, navales y terrestres israelíes han atacado la Franja casi sin cesar, dejando 15.899 muertos, 42.000 heridos y más de 7.000 desaparecidos.
La tregua de la semana pasada facilitó la liberación de 105 de los aproximadamente 240 rehenes israelíes y extranjeros llevados a Gaza durante el ataque del 7 de octubre, y la liberación de 240 palestinos encarcelados por Israel. La mayoría de los liberados por ambos bandos eran mujeres y niños.
Estados Unidos y la presión a Israel
De acuerdo con la agencia AP, Estados Unidos está presionando a Israel para que evite más desplazamientos masivos y asesinatos de civiles.
El sábado, La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, quien asistió a la cumbre climática COP28 en Dubái, dijo que Estados Unidos no permitiría la reubicación forzosa de palestinos fuera de Gaza o de la ocupada Cisjordania, ni el rediseño de las fronteras de Gaza.
“Israel tiene derecho a defenderse. Pero también debemos tener en cuenta que demasiados civiles palestinos, personas inocentes, han perdido la vida, y es imperativo que Israel haga más para proteger a los civiles inocentes”, manifestó Harris en una rueda de prensa en Dubái.
“No al desplazamiento forzado, no a la reocupación, no al asedio o bloqueo, no a la reducción de territorio y no al uso de Gaza como plataforma para el terrorismo”, subrayó Harris.
Cabe precisar que Estados Unidos ha prometido apoyo inquebrantable a Israel desde el ataque del 7 de octubre.
Israel ha rechazado las sugerencias de Estados Unidos de que se entregue el control de la Gaza de posguerra a la Autoridad Nacional Palestina reconocida internacionalmente como parte de nuevos esfuerzos para resolver el conflicto general mediante el establecimiento de un Estado palestino.
El fin de semana, las esperanzas de otra tregua en Gaza se desvanecieron luego de que Israel llamó a sus negociadores. Esas conversaciones fueron coordinadas por Qatar, con el apoyo de Egipto y Estados Unidos.
Hamás ha dicho que las conversaciones para la liberación de más rehenes deben estar vinculadas a un alto el fuego permanente en Gaza.