El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió el lunes sobre una prolongada guerra en Gaza, truncando cualquier esperanza de un rápido fin al conflicto que ya lleva tres semanas.
"Ha sido un día difícil, doloroso", dijo Netanyahu en un discurso televisado al país.
"Necesitamos estar preparados para una campaña larga. Vamos a seguir actuando con fuerza y prudencia hasta cumplir con nuestra misión", agregó. Dijo que las tropas israelíes no abandonarán Gaza hasta que hayan destruido la red de túneles de Hamas.
Unas 1.060 personas han muerto en Gaza, en su mayoría civiles. Israel perdió a 48 soldados y siete civiles fallecieron por cohetes lanzados por palestinos.
La presión extranjera sobre Netanyahu ha aumentado para que frene su ofensiva.
Israel quiere garantías de que Hamas no tendrá más túneles ni reservas de cohetes. Le preocupa que los islamistas palestinos aprovechen las conversaciones de paz mediadas por sus aliados en Qatar y Turquía para avanzar en un alivio del bloqueo israelí-egipcio sobre Gaza.
En su discurso, Netanyahu dijo que cualquier solución a la crisis debe incluir la remoción de todas las armas a Hamas.
"El proceso de evitar que una organización terrorista se arme y de desmilitarización de la franja de Gaza debe ser parte de cualquier solución. Y la comunidad internacional debe demandar esto con firmeza", sostuvo el primer ministro.