La votación del lunes provocó una ola de protestas en todo el país.
La votación del lunes provocó una ola de protestas en todo el país.
/ JACK GUEZ / AFP
Renzo Giner Vásquez

La crisis social que desde inicios de año atraviesa a causa de una polémica reforma judicial impulsada por el gobierno marcó una nueva escalada esta martes 25 con llamados a protestas más radicales y huelgas indefinidas.

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La razón de este pico en el descontento popular fue la votación parlamentaria del último lunes 24, en la que los 64 congresistas que conforman la coalición gubernamental aprobaron la primera ley de la reforma, la misma que anula la denominada cláusula de “razonabilidad”, vulnerando así los poderes que hasta el momento poseía el Tribunal Supremo en dicho país.

Desde su anuncio, la reforma del primer ministro Benjamín Netanyahu recibió el masivo rechazo de la población, que considera el proyecto como un atentado contra el equilibrio de poderes en el país. Pese a ello, y a los más de siete meses consecutivos de protestas, el jefe de gobierno no ha dado marcha atrás.

Pese a la oposición popular, Netanyahu no da vuelta atrás en su controvertida reforma judicial.
Pese a la oposición popular, Netanyahu no da vuelta atrás en su controvertida reforma judicial.
/ JACK GUEZ / AFP

REFORMA POLÉMICA

Israel no tiene una Constitución como tal. Su lugar lo cubren las Leyes Básicas, las cuáles son interpretadas por el Tribunal Supremo representando un balance entre el gobierno de turno y la estabilidad de la nación.

Netanyahu, sin embargo, tiene a la Corte en la mira desde hace por lo menos cinco años, cuando comenzaron a estallar los múltiples escándalos de corrupción que hasta la fecha pesan en su contra.

Por ello, uno de los objetivos de ‘Bibi’ cuando regresó al poder en diciembre del 2022 fue implementar una reforma con la que restarle facultades al Poder Judicial.

La anulación de la cláusula de “razonabilidad” va justamente en esa línea, pues le permitía al Tribunal revisar y revocar decisiones o nombramientos gubernamentales y es vista por el movimiento de protestas como una garantía democrática fundamental frente a abusos de poder.

En la votación del lunes, la coalición del gobierno anuló la cláusula de “razonabilidad” del Tribunal Supremo.
En la votación del lunes, la coalición del gobierno anuló la cláusula de “razonabilidad” del Tribunal Supremo.
/ RONALDO SCHEMIDT / AFP

PROTESTAS SIN FIN

Durante las más de 30 horas que duró el debate en la Knéset (Parlamento israelí), manifestantes opositores a la reforma se mantuvieron frente a la sede legislativa. Al conocerse el resultado de la votación se desencadenaron diferentes movilizaciones en Tel Aviv que fueron seguidas por una ola de protestas espontáneas en todo el país, la misma que se prolongó hasta la madrugada del martes.

Este 25 de julio los principales periódicos del país salieron con una portada negra y letras blancas en la que se podía leer “un día negro para la democracia israelí”, una campaña impulsada y financiada por el movimiento de protesta de empresas del sector de alta tecnología contra la reforma judicial.

Sin embargo, el ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, denunció que no se trata de “una protesta popular” sino que las portadas fueron compradas por “entidades extranjeras que financian las manifestaciones” y que “están haciendo una campaña para destruir el país”, según la agencia EFE.

Por otro lado, en Tel Aviv se registraron enfrentamientos entre los manifestantes y la policía. Estas escaramuzas se saldaron con al menos 18 detenidos y 10 policías heridos e incluyeron el uso de cañones de agua y la policía montada para dispersar a los manifestantes. En total, unas 58 personas fueron detenidas en todo el país a causa de las protestas.

La Asociación de Médicos de Israel, por su parte, anunció que entraba en huelga en señal de protesta a la votación, por lo que solo brindó un servicio restringido o se limitó a tratamientos de emergencia.

La Histadrut, la federación de sindicatos de trabajadores de todo el país, aseguró por su parte que está evaluando la posibilidad de llamar a una huelga general, una decisión que ya tomó en marzo de este año cuando Netanyahu cesó al ministro de Defensa, Yoav Gallant, por pedirle que frenase su polémica reforma.

Las autoridades utilizaron cañones de agua para replegar a los manifestantes en Tel Aviv.
Las autoridades utilizaron cañones de agua para replegar a los manifestantes en Tel Aviv.
/ JACK GUEZ / AFP

El primer ministro, por su parte, se ha limitado a brindar un escueto mensaje televisado el lunes, donde asegura que la votación de la ley en la Knéset fue “una etapa democrática necesaria”.

Su principal rival político, Yair Lapid, calificó a Netanyahu de haberse convertido en “una marioneta de extremistas mesiánicos”, en referencia a la coalición con partidos de extrema derecha gracias a la que ‘Bibi’ volvió al poder en diciembre y que, se estima, estaría detrás de varios de los puntos más polémicos de la reforma.

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