Las alarmas antiterroristas se han vuelto a encender en Europa como consecuencia de la guerra desatada entre Israel y Hamás, luego de que se registraran diferentes atentados, ataques a instituciones y alertas de posibles bombas en diversos países del Viejo Continente durante las últimas semanas.
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El jueves 19 de octubre los ministros del Interior de los 27 países que conforman la Unión Europea se reunieron para discutir cómo abordará el bloque este clima de crecientes tensiones de seguridad. Los representantes han expresado su preocupación por el auge de ataques antisemitas, la radicalización de jóvenes en internet, el empleo de servicios encriptados de mensajería por parte de extremistas y la necesidad de acelerar las deportaciones de personas que pueden suponer un peligro.
Las conversaciones, sin embargo, se enfrentan a un gran obstáculo social pues tendrán que abordar la compleja crisis migratoria en la que se encuentra sumida Europa desde hace más de una década y donde los intentos de regulación suelen ser calificados como discriminatorios o represivos.
Solo desde el 7 de octubre, cuando Hamás perpetró un coordinado ataque terrorista en el sur de Israel que ha dejado al menos 1.400 muertos hasta la fecha, se han registrado atentados terroristas en Francia y Bélgica, además de alertas de seguridad a las que también se han sumado Alemania e Italia.
Cabe resaltar que Israel respondió al atentado con una incesante operación militar sobre la franja de Gaza que hasta la fecha ha dejado casi 4.100 muertos y más de 12 mil heridos, lo que ha llevado a que diferentes gobiernos árabes condenen al gobierno hebreo y en algunos casos incluso llamen a “días de ira” en contra de los judíos y sus aliados.
Francia. El viernes 13 de octubre, un profesor fue asesinado en la ciudad norteña de Arrás por un joven ruso-checheno de 20 años radicalizado. El ministro del Interior, Gérald Darmanin, confirmó que existía un vínculo entre el crimen y la guerra en Gaza.
Adicionalmente, los últimos tres días se han evacuado decenas de aeropuertos, suspendido más de 130 vuelos y desalojado icónicos lugares como el Palacio de Versalles o el Museo de Louvre por alertas de bomba.
El ministro Darmanin agregó que desde el atentado de Hamás se han detenido a 183 personas por actos antisemitas en Francia.
Bélgica. El lunes 16 por la tarde dos ciudadanos suecos fueron asesinados en el centro de Bruselas a manos de Abdesalem Al Guilani, un islamista radicalizado que fue posteriormente abatido por la policía local. Las autoridades elevaron el nivel de alerta antiterrorista al máximo y se reforzaron las fronteras.
Italia. Si bien hasta el momento "no hay amenazas directas hacia Italia", el país de la bota decidió elevar "el nivel de alerta sobre el terrorismo" hace días por temor a que se emulen los atentados perpetrados por Hamás, esto último lo explicó la primera ministra Giorgia Meloni. En medio de esta situación el miércoles 18 fueron arrestados dos hombres de origen egipcio en Milán acusados de pertenecer al Estado Islámico, según detalló el ministro de Exteriores, Antonio Tajani.
Alemania. La madrugada del miércoles 18 dos sujetos arrojaron cócteles molotov contra una sinagoga y un centro comunitario judío en Berlín. Los ataques fueron calificados como "inhumanos" por el canciller Olaf Scholz y la policía se encuentra investigándolos.
Tensión y preocupación en la población
“Desde hace dos o tres días ha habido alertas de bomba en numerosos aeropuertos, se han evacuado varios museos de París, prendes la televisión y todos hablan del atentado en Bélgica”, asegura a El Comercio el historiador peruano y analista internacional radicado en París Rodrigo Murillo, quien explica que la preocupación se percibe con intensidad entre la sociedad francesa.
“De por sí la situación geopolítica en Europa era muy compleja por el conflicto entre Rusia y Ucrania, también por la extrema polarización que ha generado la guerra entre Israel y Hamás. Tienes actualmente en Europa, notablemente en Francia, una población importante de orígenes norafricanos, que profesan la religión musulmana o que tienen vínculos familiares con esa cultura, que apoyan o consideran justas las acciones de Hamás. Eso es tremendo porque esa población en el pasado para expresarse, al menos en Francia, no ha limitado sus reivindicaciones o sus ataques contra objetivos israelíes o proisraelíes sino contra el país entero. Se empieza a sentir, a nivel de la sociedad civil, un verdadero miedo”, agrega.
Esta situación ha puesto como prioridad en la agenda dos temas que a lo largo de los años han demostrado ser difíciles de debatir: la cooperación en seguridad entre las agencias nacionales y las reformas migratorias del bloque.
Los ministros del Interior de Francia y Bélgica, Gérald Darmanin y Annelies Verlinden respectivamente, pidieron durante un desayuno de trabajo celebrado el jueves 19 junto a sus pares regionales facilitar el trabajo de las fuerzas de seguridad para combatir el terrorismo, permitiendo un mayor control de las comunicaciones de sospechosos, incluso de los mensajes encriptados.
“Esto va a generar que los servicios de Inteligencia sean mucho más potentes, servicios de policía encubierta, que el Ministerio del Interior se dedique casi en su totalidad a detener los atentados. El miércoles, por ejemplo, habló el ministro del Interior (francés) diciendo que en lo que va del año se han detenido casi 40 atentados antes de que sean cometidos”, explica Murillo.
En ese sentido, por ejemplo, el ministro Darmanin también informó que más de mil menores de edad estaban fichados en el país por islamismo radical, luego de detectar que “se intercambian imágenes de decapitaciones y que consultan propaganda del Dáesh (Estado Islámicos)”.
El problema migratorio
El segundo factor detrás de la crisis es quizás uno de los más espinosos y complejos que enfrenta la Unión Europea durante los últimos años: la regulación migratoria. Los ministros del Interior de los 27 países han expresado la necesidad de acelerar las deportaciones de personas que pueden suponer un peligro para la población, pero estos pedidos han sido acompañados de una profunda inquietud porque las soluciones planteadas podrían socavar la libertad de movimiento y el derecho de asamblea en Europa.
Pese a ello, Italia, Alemania y Eslovenia han anunciado que tomarán nuevas medidas fronterizas. En el caso del país balcánico se aplicarán en las fronteras que comparte con Hungría y Croacia desde este sábado 21.
Según Murillo, sin embargo, es muy complicado que la UE como bloque pueda plantear cambios significativos a nivel migratorio porque “tanto en Francia como en Bélgica al menos la población musulmana es muy importante a nivel electoral. Además, los líderes que proponen poner un coto a la migración son catalogados automáticamente de racistas o extremistas por una parte importante no solo de opositores sino por medios de comunicación moderados”.
“Eso se debe a que tienen un mercado de ciudadanos con todos los derechos y deberes que se sienten atacados cuando alguien habla mal de la migración. Hay franceses, por ejemplo, con esos orígenes que se integraron totalmente a la sociedad, que trabajan y pagan sus impuestos. Ellos sienten que esto es una generalización, por eso no creo que se pongan límites reales a la migración. Eso complica mucho el problema porque los Estados no siempre tienen las capacidades de filtrar a quienes llegan o qué creencias tienen”, agrega el analista.
Sobre dicho punto también se refirió el ministro Darmanin, quien defendió ante sus homólogos la necesidad de unos procedimientos de asilo “más rápidos” que permitan decidir con más celeridad si un migrante tiene derecho a permanecer o no en la UE, así como a un mejor control de fronteras.
La inacción europea o la laxitud en estos casos han demostrado provocar situaciones de riesgo, como la registrada el viernes 13 en Arras. “El profesor que murió en dicho ataque fue asesinado por un checheno a cuya familia se intentó expulsar en el 2014, pero en Francia existen organizaciones supergarantistas, dedicadas únicamente a promover la integración y proteger a poblaciones que podrían ser peligrosas. Hoy tenemos un muerto por aquella persona de la que el Estado intentó librarse”, asegura Murillo.