Expectantes y preocupados, los activistas climáticos argentinos ante el Gobierno de Milei

Expectación y ganas de luchar, aunque también preocupación y, sobre todo, incertidumbre. Esta mezcla de emociones es la que viven los activistas argentinos durante la Cumbre del Clima COP28 que se celebra en Dubái ante el nuevo Gobierno negacionista de Javier Milei.

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“No tenemos miedo, pero sí tenemos que estar muy atentos, más atentos que nunca, a defender y proteger cada una de las conquistas que hubo del movimiento climático en los últimos tiempos y tratar de poner en agenda a los nuevos desafíos y los próximos desafíos”, aseguró a EFE Carolina Mónaco, de la ONG Eco House, en un día en el que la juventud es el tema principal de la jornada de la conferencia.

La llegada este mes de Milei como “primer presidente liberal libertario” de la historia, algo de lo que presumió tras proclamarse ganador de las elecciones generales de 2023 en Argentina, también viene de la mano de la negación del cambio climático, al menos de que haya sido provocado por los humanos.

De hecho, en el segundo debate presidencial, Milei sentenció que “todas esas políticas que culpan al ser humano del cambio climático son falsas”.

Pero Carolina tiene claro que su trabajo y el de los activistas climáticos de Argentina es una “conquista que va mucho más allá de un periodo presidencial y de una de una dirección política actual de un país”, y añadió: “seguiremos trabajando sin miedo”.

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¿Qué puede afectar un gobierno negacionista?

En el nuevo gabinete no hay Ministerio de Medioambiente y a escasos dos días de la toma de posesión de MIlei, las cuestiones entre los activistas climáticos surgen más que nunca.

“Una forma en la que puede afectar un presidente negacionista, por ejemplo, es que se sigan demorando las legislaciones” como la Ley de Educación Ambiental Integral, que realmente es “muy necesaria”.

Por otro lado, la argentina Camila Mercure, que trabaja en el área de Política Climática de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), dijo a EFE que están “muy expectantes” de lo que vaya a pasar, ya que “no hay ninguna decisión ni política establecida”.

Lo que Camila sí mostró es la disposición de reunirse con el Gobierno para abordar estas cuestiones climáticas, que son unos “problemas de larga data” y que tienen que ver también con la situación económica del país.

Entre los mayores desafíos ambientales de Argentina son las prácticas de “fracking”, la megaminería y la deforestación para el uso de los suelos con fines comerciales, así como los continuos incendios forestales.

Precisamente, un informe de Amnistía Internacional de principios de este año sobre los incendios “reiterados” que arrasaron con más de medio millón de hectáreas en 2022 decía que es “esencial que el Estado argentino avance en el cumplimiento de sus compromisos internacionales en materia de protección del ambiente y los derechos humanos”, algo que podría quedar en un impás con el ultraderechista Milei.

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¿Persecución a los activistas?

Diferentes activistas climáticos argentinos entrevistados por EFE en la cumbre, que prefirieron el anonimato por la sensibilidad de este tema, señalaron que el nuevo Gobierno de Milei está recibiendo “muchas señales” de que no se puede retirar por completo del tema medioambiental, sobre todo por la inversión económica que se está realizando.

“No estar en una conversación climática es perderse oportunidades”, aseveraron, aunque agregaron que si realmente este Gobierno de Milei sigue las reglas del mercado, se podría ver en Argentina “un desarrollo grande de renovables, porque es lo que va a favorecer al mercado”, aunque recordó que también están los “lobistas” de los combustibles fósiles presionando, ya que Argentina es un productor de hidrocarburos

“Es una prueba” para Milei, coincidieron todas las fuentes consultadas.

Pero también hay una cuestión que viene por la posible persecución - como uno de los escenarios - contra los medioambientalistas, uno de los temas más dolorosos para los activistas de Latinoamérica.

La asociación Global Witness registró que 200 personas defensoras de la tierra y del medio ambiente fueron asesinadas en 2021, lo que representa un promedio de casi cuatro personas por semana, y más de tres cuartas partes de los ataques registrados ocurrieron en América Latina.

En este informe destaca la muerte en la Patagonia argentina del joven mapuche Elías Garay en noviembre de 2021.

De acuerdo a las fuentes, “otro de los temores” es la persecución de los activistas que podría haber en Argentina.

Podría haber dos escenarios, apuntaron, uno en el que el nuevo Gobierno adopte una posición de “no me importa” lo que hagan, pero otra que señala a un “mensaje de odio” que les tiene preocupados.