Violentos enfrentamientos se produjeron este miércoles entre palestinos y policías israelíes en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, provocados aparentemente por el proyecto de extremistas judíos de acudir a este lugar santo venerado por ambas religiones, reseñó la agencia AFP.
Los enfrentamientos son el último capítulo en la serie de altercados ocurridos los últimos meses en la Explanada y en Jerusalén oriental, parte árabe de la ciudad ocupada y anexionada por Israel.
La policía israelí no explicó las razones de estos nuevos enfrentamientos. No obstante, se sabe que unos extremistas judíos habían llamado a visitar en masa la Explanada este miércoles para manifestar su apoyo a Yehuda Glick, un militante del derecho de los judíos a rezar en este santo lugar, víctima de un intento de asesinato el 29 de octubre pasado en Jerusalén.
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Los altercados de este miércoles estallaron al amanecer, al abrirse la puerta de los Magrebíes, por la que los visitantes no musulmanes acceden a la explanada que alberga la mezquita de Al Aqsa y el Templo de la Roca.
Numerosos palestinos habían permanecido por la noche en la Explanada, aparentemente a la espera de visitantes judíos. Cuando la puerta se abrió, decenas de ellos, con el rostro cubierto, lanzaron piedras y petardos a los agentes israelíes que se encontraban allí, según la versión de la policía.
Los policías antidisturbios entraron entonces en la Explanada, obligando a recular a los palestinos hasta la mezquita de Al Aqsa.
La novedad en esta ocasión, según reconoció la portavoz de la policía Luba Samri, es que los agentes penetraron algunos metros en la mezquita para quitar las piedras que bloqueaban las puertas y poder cerrarlas. No hubo ninguna detención porque "es un lugar santo", según la portavoz.
En cualquier caso es la primera vez que los policías israelíes se adentran tanto en la mezquita y se acercan al minbar, la cátedra del imán, según Adnan al Huseini, gobernador de Jerusalén oriental.
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Tras esto, los policías se posicionaron en los tejados que dominan la Explanada, constató la AFP.
Los incidentes se extendieron a otros puntos de la Ciudad Vieja, donde desde hace días patrullan cientos de policías. Un palestino resultó herido, según la policía.
ATENTADO TERRORISTA
Unas horas después del inicio de los choques en la Explanada de las Mezquitas, un capitán de la policía israelí de fronteras murió y trece personas más resultaron heridas de diversa consideración en el ataque de un conductor kamikaze palestino en Jerusalén, el segundo que ocurre en la ciudad santa en las últimas dos semanas y que ha disparado la tensión.
Testigos explicaron a Efe que, sobre las 12.00 hora local (10.00 GMT), un hombre al volante de una furgoneta blanca penetró en la líneas del tranvía y cruzó a máxima velocidad frente a la estación de Shimon Hatzadik, muy utilizada por ultraortodoxos para rezar en una conocida tumba judía homónima en Jerusalén Este.
Allí atropelló al oficial y a otros tres miembros de una de las decenas de patrullas que el Gobierno Israelí ha desplegado en la parte este de la ciudad desde que el pasado 22 de octubre dos personas perdieran la vida de la misma manera en un ataque similar a apenas un kilómetro de distancia.
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El conductor recorrió al volante unos 200 metros más, antes de chocar con dos vehículos en una intersección.
"Se volvió loco, sacó una barra de metal y comenzó a intentar pegar a la gente y a gritar 'Alahu Akbar' (Alá es el más grande)", declaró a Efe Yosef, miembro de la comunidad haredí (ultraortodoxa) que se encontraba en la zona.
"Llegó la Policía enseguida, lo rodeó y le disparó cuando corría por aquí, por estas vías", agregó, mientras señalaba con el dedo una mancha de sangre entre los raíles.
Apenas una hora después, el movimiento islamista Hamas aplaudió la acción del kamikaze, identificado como Ibrahim Al Akari, de 48 años, al que calificó de "uno de nuestros mártires, defensor de la mezquita de Al-Aksa".
Los barrios árabes de Jerusalén son testigos de una creciente tensión desde que a principios de julio ultranacionalistas judíos quemaran hasta la muerte a un menor palestino, en venganza por el asesinato tres semanas antes de tres estudiantes israelíes a manos de exconvictos de Hamás en Cisjordania ocupada.
Desde entonces, los ataques con piedras al tranvía, que corre a lo largo de la línea verde de 1967, se han repetido, así como las agresiones de colonos y los enfrentamientos entre jóvenes palestinos y agentes israelíes.