El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, trasladó sus condolencias a los israelíes y a la familia del ex primer ministro Ariel Sharon, fallecido este sábado, a quien describió como "un líder que dedicó su vida a Israel".
En un comunicado, el mandatario señaló: "Reafirmamos nuestro compromiso inquebrantable a favor de la seguridad de Israel. Seguimos luchando a favor de una paz y una seguridad duraderas para el pueblo de Israel, incluso a través de nuestro compromiso de cara al objetivo de dos Estados viviendo uno al lado del otro en paz y seguridad", en referencia a los territorios palestinos.
"Mientras Israel se despide de su primer ministro Sharon, nos unimos a los israelíes para rendir homenaje a su compromiso hacia el país", añadió.
El ex primer ministro israelí murió a los 85 años en un hospital cercano a Tel Aviv, en el que llevaba ocho años en coma tras sufrir un derrame cerebral el 4 de enero del 2006.
EL VICEPRESIDENTE IRÁ A ISRAEL
El vicepresidente estadounidense Joe Biden fue designado para representar a su país en los funerales que se celebrarán en Israel.
"Lideraré la delegación estadounidense en la ceremonia para honrar al hombre y homenajear su vínculo inquebrantable entre Estados Unidos e Israel", declaró Biden, citado en un comunicado.
Según la prensa israelí, está previsto que los funerales militares por Sharon se celebren el lunes en Jerusalén.
La parquedad del comunicado presidencial contrastó con la reacción del secretario de Estado, John Kerry, quien ha visitado diez veces la región desde que asumió el cargo, en marzo de 2013, al hacer del proceso de paz entre israelíes y palestinos uno de los principales ejes de su política exterior.
"El viaje de Ariel Sharon fue el de Israel", declaró Kerry en un largo pronunciamiento. "El sueño de Israel fue su razón de vivir y entregó cuerpo y alma para dar vida a este sueño", añadió el líder de la diplomacia estadounidense, quien tuvo su primer encuentro con Sharon cuando éste fue electo primer ministro el 6 de febrero del 2001.
"No es un secreto que Estados Unidos tuvo divergencias con él a lo largo toda su carrera política. Pero estuviera uno de acuerdo o no con sus posiciones, no podía sino admirar a este hombre, determinado a garantizar la seguridad y la supervivencia del Estado judío", añadió.