Jerusalén, EFE
Manifestantes palestinos y agentes de la policía israelí volvieron a enfrentarse, por tercer día consecutivo, en diversos barrios de Jerusalén Oriental. Hasta el momento no se han registrado víctimas mortales.
Los enfrentamientos, que comenzaron por la mañana y alcanzaron la zona este de la ciudad, donde residen unos 300.000 palestinos, estarían motivados por la muerte de un adolescente el domingo por heridas sufridas la semana pasada, en un suceso que aun viene siendo investigado.
Los primeros brotes de violencia se registraron hoy en los alrededores de la Universidad Al Quds, en la aldea de Abu Dis.
Testigos palestinos señalaron que agentes israelíes se desplegaron en la zona desde primera hora y pidieron a los estudiantes que se identifiquen, hecho que consideraron una provocación.
Los primeros entredichos derivaron en un violento enfrentamiento en el que los agentes emplearon equipos antidisturbios contra unos 400 jóvenes que les lanzaban piedras y objetos incendiarios, informó un portavoz policial.
En los disturbios resultó herido de forma leve un agente de la policía israelí.
En otro caso, a varios kilómetros, jóvenes palestinos encapuchados lanzaron piedras contra los policías en el campo de refugiados de Shuafat, en una protesta que fue disuelta también por la fuerza.
EL INICIO DE LAS PROTESTAS
La ola de violencia que sacude Jerusalén comenzó el domingo con la muerte de Muhamed Sunuqrut (16), herido en una protesta hace una semana, en un hospital de la parte oeste de la ciudad.
El padre de Sunuqrut sostiene que agentes israelíes lo mataron al dispararle demasiado cerca una bala de goma, sin que el joven mediara provocación. La policía asegura que el menor se golpeó en la cabeza mientras huía de los agentes durante una protesta.
Horas después del fallecimiento, jóvenes palestinos asaltaban y destrozaban una gasolinera israelí y al día siguiente miles de manifestantes se volvieron a enfrentar con la policía durante su funeral.
"Supongo que no es el último enfrentamiento (...) Estamos pasando un período difícil", reconoció el jefe de policía, comisario Yosi Pariente, durante una visita a la estación de servicios atacada.