Israel vuelve a estar en el ojo de la tormenta por un nuevo ataque contra civiles. La noche del domingo, al menos 45 personas murieron por un bombardeo contra un campo de desplazados en Rafah, en el sur de la franja de Gaza, desatando la condena e indignación mundial y la promesa de una investigación por parte del Gobierno Israelí, que calificó de “accidente trágico” y “grave” lo ocurrido.
En la mañana del lunes, en el campamento de desplazados ubicado en el barrio de Tel Al-Sultan, en el oeste de Rafah, todavía podía verse el humo salir de los escombros debido al incendio que siguió al bombardeo y que consumió las precarias chozas hechas en muchos casos de plástico, reportaron las agencias internacionales de noticias.
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El ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás, dijo que la gran mayoría de los 45 muertos eran mujeres, niños y adultos mayores. La autoridad alertó que la cifra de víctimas mortales podría aumentar conforme se remuevan los escombros y porque varios de los heridos sufrieron graves quemaduras.
La Media Luna Roja informó que sus ambulancias trasladaron a un “gran” número de heridos a la clínica Tal as Sultan y a hospitales de campaña en Rafah, donde apenas quedan centros médicos operativos, y que “numerosos” civiles quedaron atrapados por las llamas que dejó el ataque.
El oeste de Rafah había sido designado por el ejército de Israel como una zona segura para el desplazamiento de los palestinos que debían abandonar las zonas de la ciudad donde empezaron a operar los militares desde el 6 de mayo.
Pero los palestinos que escaparon hacia el oeste de Rafah volvieron a comprobar que no hay zonas seguras para ellos en Gaza.
Aben Mohammed Al-Attar, uno de los miles de palestinos desplazados en medio de la guerra en Gaza, perdió a familiares en el bombardeo en Tel Al-Sultan. Este hombre le aseguró a la agencia Reuters que el Ejército israelí mintió al afirmar que el oeste de Rafah era una “zona segura”.
“El Ejército miente. No hay seguridad en Gaza. No hay seguridad, ni para un niño, ni para un adulto mayor o una mujer (...) ¿Qué hicieron para merecerlo? Ahora sus hijos son huérfanos”, cuestionó Al-Attar al lamentar la muerte de su hermano y su cuñada.
Este ataque se dio días después de que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de la ONU ordenara a Israel detener sus operaciones en Rafah. Además, Estados Unidos había pedido de manera reiterada al gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu que evite el castigo a los civiles que se han refugiado en Rafah.
Se calcula que a Rafah llegaron más de un millón de palestinos escapando de las operaciones de Israel en otras zonas de Gaza. De acuerdo con Naciones Unidas, más de 800.000 personas se fueron de la ciudad luego de que se les ordenara hacerlo.
La mayoría se desplazó a las playas de Al Mawasi, donde permanecen hacinados sin acceso a servicios de saneamiento o agua potable.
La guerra estalló el 7 de octubre, cuando Hamás se infiltró en Israel y mató a unas 1.170 personas, en su mayoría civiles.
Los islamistas también secuestraron a 252 personas y se las llevaron a Gaza. Israel afirma que 121 permanecen secuestradas, de las cuales 37 habrían muerto.
En respuesta, Israel prometió “aniquilar” a Hamás y lanzó una ofensiva contra Gaza, que hasta el lunes deja 36.050 muertos, en su mayoría mujeres y niños.
Netanyahu: Fue un "accidente trágico"
El bombardeo del domingo se produjo horas después de que Hamás disparara cohetes contra la ciudad israelí de Tel Aviv y otras zonas del centro de Israel. Las defensas aéreas israelíes derribaron a la mayoría de cohetes y no se registraron víctimas, reportó la agencia AFP.
Sobre lo ocurrido en Rafah, el ejército de Israel aseguró el domingo que había llevado a cabo un ataque aéreo dirigido contra un complejo de Hamás en el campamento atacado y que tenía constancia de que un incendio originado en el lugar que había causado daños a civiles.
Luego, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) informaron que dos dirigentes de Hamás habían muerto en el ataque.
Sin embargo, este lunes el propio Netanyahu reconoció la gravedad de la situación al calificar lo sucedido en Rafah como un “accidente trágico”.
El primer ministro pronunció un discurso en la Knesset donde aseguró que se está investigando lo ocurrido.
“En Rafah evacuamos a un millón de residentes que no están implicados y, a pesar de nuestros esfuerzos, ayer (domingo) se produjo un accidente trágico”, sostuvo Netanyahu.
Por su parte, la abogada general del Ejército de Israel, Yifat Tomer Yerushalmi, dijo que el bombardeo era “muy grave” y aseguró que “las Fuerzas de Defensa de Israel lamentan que no-combatientes hayan resultado heridos durante la guerra”.
Avi Hyman, portavoz del gobierno israelí, confirmó en una conferencia de prensa que se ha abierto una investigación.
“Según los primeros datos, se desató un incendio tras el ataque. Los terroristas se escondían en el sótano”, dijo Avi Hyman.
“Estamos investigando. Cualquier pérdida de vidas, de vidas civiles, es grave y terrible”, añadió.
Aunque no se refirió directamente al bombardeo, el exjefe del Ejército de Israel y miembro observador del Gabinete de Guerra, Gadi Eisenkot, pidió el lunes al Comité de Asuntos Exteriores y Seguridad del Parlamento suspender la ofensiva en Rafah para asegurar el retorno de los rehenes.
Por Francisco Belaunde Matossian
Analista internacional
¿Por qué Israel no acata la orden de la CIJ? Siempre se dice que el derecho internacional es relativo y aleatorio, en el sentido de que uno está sujeto a sus disposiciones si es parte de los tratados, pero la aplicación de sus órdenes es muy complicada porque no hay policía internacional que obligue a los Estados a hacerlo.
Entonces, queda un camino para que un país pueda ser castigado por no cumplir las normas: el Consejo de Seguridad de la ONU. Pero en este organismo está Estados Unidos, que va a vetar cualquier resolución contra Israel; por ello este país siente que tiene absoluta impunidad.
Estados Unidos también ha presionado a Israel para no operar en Gaza, pero no le han hecho mucho caso. Además, el propio presidente Biden ha dicho que está dispuesto a sancionar a los fiscales de la Corte Penal Internacional (CPI) por haber solicitado una orden de detención contra Netanyahu. Así, con Washington no se puede contar.
Ahora, el problema para Israel es básicamente político y de aislamiento. La situación en Gaza podría hacer que, eventualmente, algunos países adopten sanciones de algún tipo en su contra de manera individual, como las económicas.
En cuanto a si lo ocurrido en Rafah puede hacer a Israel repensar la guerra en Gaza, eso podría darse debido a las presiones que cada vez son mayores, más después la orden de la CIJ. Pero hay que tener en cuenta que internamente el Gobierno de Israel está formado por extremistas. Si bien es verdad que en el Gabinete de Guerra hay moderados, de todas maneras los extremistas del Ejecutivo tienen peso. Entonces, Netanyahu deberá medir las reacciones de estos si quiere mantenerse en el poder.
Indignación mundial
El bombardeo en Rafah generó una ola de condenas internacionales contra Israel.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, un aliado muy cercano de Israel, se mostró indignado por lo ocurrido y dijo que “estas operaciones deben cesar”.
“Indignado por los bombardeos israelíes que ha causado numerosas víctimas entre los desplazados en Rafah... No hay zonas seguras en Rafah para los civiles palestinos. Llamo al pleno respeto del derecho internacional y al cese del fuego inmediato”, escribió en la red social X.
La Casa Blanca se declaró “impactada” por las imágenes del bombardeo donde murieron “palestinos inocentes”, y pidió a Israel “tomar todas las precauciones para proteger a los civiles”.
Sin embardo, Washington precisó que “Israel tiene derecho a atacar a Hamás, y entendemos que en el bombardeo murieron dos terroristas de alto rango”.
El jefe de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, dijo estar “horrorizado por las noticias que llegan de Rafah sobre los ataques israelíes que mataron a docenas de desplazados, incluidos niños”.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, calificó de “horrendo” el bombardeo israelí y pidió al Gobierno de Netanyahu que “respete plenamente la Corte Internacional de Justicia y que detenga inmediatamente su ofensiva militar en Rafah”.
Michel le recordó a Israel que el Acuerdo de Asociación UE-Israel “se basa y debe seguir basándose en el respeto de los derechos humanos y del derecho internacional en consonancia con nuestros valores”.
El comisionado general de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini, alertó de que “no hay ningún lugar seguro en Gaza”.
”No puedo hacer comentarios sobre este asunto, porque no nos hemos comunicado correctamente con nuestros equipos sobre el terreno. He visto fotografías aterradoras e inquietantes, y creo que está completamente claro que no hay ningún lugar seguro en Gaza”, manifestó Lazzarini.
Egipto denunció que fue un “ataque contra civiles indefensos”, Jordania acusó a Israel de cometer “crímenes de guerra” y Arabia Saudita condenó “las continuas masacres cometidas por las fuerzas de ocupación israelíes”.
Turquía prometió hacer “todo lo posible para que estos bárbaros y asesinos rindan cuentas”.
Qatar advirtió que el bombardeo podría “obstaculizar” las negociaciones para una tregua.
El presidente de la Unión Africana, Mousa Faki Mahamat, dijo que “Israel sigue violando el derecho internacional impunemente y despreciando una sentencia de la CIJ de hace dos días que ordenó que ponga fin a su acción militar en Rafah”.
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